viernes, 19 de junio de 2015

¿Y de lo mío qué?



Como ya saben, los nombramientos de la corte que rodea al Sr. Vivas y que dan derecho a pingües canonjías, se realizan, no en función de los intereses de nuestra ciudad, sino en función de los intereses de nuestro Alcalde Perpetuo, que para eso lo ha puesto el pueblo y es el único que puede conocer qué es lo que necesitamos. Lo que los políticos vienen a denominar como “el interés general”  creyendo que los ciudadanos somos unos ingenuos, pero todos sabemos qué buscan esos nombramientos, pagar favores que antes o después han recibido. Les rogaría que al menos no nos tomen por tontos, dejando de llenarse la boca con tanto interés general y llamen a las cosas por su nombre: “los agraciados con las prebendas para los próximos cuatro años son”, les estaremos eternamente agradecidos.

Debido a que todavía no ha dado la lista de los afortunados por las diosa fortuna para disfrutar de los beneficios de la poltrona, los nervios siguen estando a flor de piel en las filas populares, pues parece que todavía hay alguno que otro que no ha recibido la llamada y empieza a mandar los mensajes con el oportuno: ¿Y de lo mío qué?, esperando que sean contestadas sus oraciones puesto que méritos tienen más que nadie. Quienes comentan que hasta tengo título y otros responden pero eso es solo para los Organismos, en las empresas cabe cualquiera, mira Acemsa.

Este es el caso de uno de ellos, que esta misma mañana consultaba con sus allegados dónde le iban a colocar pues él era el mayor merecedor de una de esas recompensas, ya que gracias a él se había conseguido ganar las elecciones con ese mayoría absoluta que permite seguir gobernando al Partido Popular. Y no debe faltarle razón, si uno se coloca en el punto de vista mercantilista que tienen de la política algunos individuos.

En esta ocasión, esta persona después de ser uno de los pocos escogidos para ir a Sevilla a loar las glorias del Presidente Rajoy en aquel febrero de 2.012 , tras la mayoría absoluta de noviembre anterior y cuando se lanzaba la campaña de las elecciones andaluzas en la que todos veían a un Arenas vencedor; todo era alegría en las líneas populares, abarcaban casi todo el poder existente en España; ¿cómo poder sospechar que llegaría la desgracia? Sí, porque sufrió el “ajuste” que hizo el Sr. Vivas en junio de ese año, no pudo disfrutar ni un  año del cargo, las exigencias de austeridad obligaron a reducir las dádivas municipales. Aún siendo uno de los perjudicados, ya que no pudo encontrar otra puerta de entrada, continúo buscando un lugar donde ubicarse. A él se lo debían. 

Ante la tardanza de ese nombramiento fue distanciándose del partido, buscando otras opciones que le permitieran la vuelta triunfal a la política, ya se sabe que no hay nada que ofenda más a un español que el ninguneo, sobre todo cuando se ha pisado moqueta y se ha sentido uno la persona más imprescindible del mundo. Así aprovechando alguna organización civil para saltar a primera línea de los medios de comunicación y utilizarla para enfrentarse al Gobierno del Sr. Vivas, logró llamar la atención. Todo parecía sonreírle, los partidos políticos se reunían con él, lo alababan, lo engatusaban para que se uniera a ellos; hasta se decidió por una de esas formaciones creyendo que con ello lograría darle una buena lección, iba a saber lo que era tener que ceder.

En la sede de Teniente Arrabal, las encuestas que se manejaban no eran todo lo favorables que se esperaban, se les asignaban entre once y doce concejales, lo que supondría tener que pactar; los partidos emergentes iban a romper los catorce fructíferos años del Sr. Vivas al frente de la Ciudad (ya saben quienes han sido los beneficiarios de ese largo período de logros de nuestra economía: la primera en desempleo, en abandono escolar, en pobreza infantil, en…), porque la culpa no la tenían ellos, los culpables eran la crisis mundial y la pésima gestión de los sociatas que habían hundido el país con la especulación inmobiliaria con aquella ley del Suelo del 2007, encima de un 14 de abril, hasta para eso buscan fechas estos rojos de…. (¡Ah, que gobernaba Aznar!).  Así que había que tomar medidas, no podían perder esa mayoría absoluta que les permitiera seguir luchando por su futuro.

Sin embargo esa pugna  de este pedigüeño por batallar contra su antiguo partido acabó en marzo, la fiereza mostrada se convirtió en una colaboración extrema, se firman los convenios con la Ciudad, renuncia a las glorias del triunfo y vuelve sumiso a esperar ese puesto soñado. Todo fue una maniobra para evitar que otros pudieran planificar su desembarco en la Ciudad y ahora con tan poco tiempo no podrían conseguir arrebatar a Don Juan lo que se merece, esa mayoría que gracias a él y sólo a él se ha obtenido. Aunque hay quien quiere hacer méritos diciendo que lo convenció en aquel congreso de diciembre, no fue así.  Por ello no dirán uds. que esta persona se merece el mejor premio, lograr una de esas canonjías porque si no hubiera sido por él, ninguno de ellos podría disfrutarla ahora, todos deben estarle eternamente agradecidos, a lo mejor sólo cuatrianualmente.

Como pueden observar, si se produjera ese nombramiento  que es única y exclusivamente motivado por el bien de los intereses generales de la Ciudad, todos podemos vislumbrar en esta apasionante historia la defensa a ultranza de las necesidades de los ciudadanos, ambas partes sólo buscan que en los próximos cuatro años  se reduzca el desempleo, se luche contra la pobreza, se consiga reducir las altas tasas de abandono escolar, etc., etc., etc., en esta pequeña, dulce y marinera ciudad…  Pero no vayan a creer que sólo los que mandan reparten prebendas, curioso es lo que otros entienden por pacto de legislatura, tú te quedas con el cargo que yo nombro al personal administrativo, pero esta cuestión la veremos en otro momento. Pues ahora se espera la llamada del  César para ser investido cónsul in pectore y cruzar la Gran Vía con su corona de laurel (debería recordar que la corona la portaba un esclavo que repetía incesantemente: mira hacia atrás y recuerda que sólo eres un hombre), sin embargo olvida que la guardia pretoriana no perdona y como Quinto Servilio Cepión dijo a Audax, Ditalcos y Minuros:  “Roma traditoribus non praemiat”, tras lo cual ya saben lo que les pasó.

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