domingo, 25 de abril de 2004

Un esperpéntico premio

La pasada semana se desplazaban a Lima el Director del Centro Asociado de la Universidad Nacional a Distancia (UNED), D. Fernando Jover, y el Decano de la Facultad de Humanidades, D. Javier González con sus respectivas señoras para recoger el “grandioso” “Premio Iberoamericano a la Excelencia Educativa”, galardón otorgado por el autodenominado “Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa”, a ellos se añadían los de “Doctor Honoris Causa” para el Director de la Institución y el de “Magíster en Gestión Educativa” para los Gestores de los Centros Educativos.

La cuestión no pasaría de ser un mal chiste si por medio no estuvieran implicados fondos públicos y el prestigio de una institución como la UNED. Tras el supuesto premio, y en nada que cualquier persona de mediana inteligencia hubiera realizado sus pesquisas hubiera percibido la realidad, sólo existe un negocio de una empresa, Eventos Internacionales SAC, que se dedica a realizar este tipo de acontecimientos para incautos o listillos que quieren completar su currículo vitae, de excelencia educativa no hay nada de nada.

Para iniciar el negocio se envían miles de correos electrónicos a cualquiera que tenga una dirección de correo expresando el “reconocimiento por la importante labor que desarrolla frente a la Institución que dirige tan acertadamente” e informándole que “han sido seleccionados para participar en el Premio a la Excelencia Educativa 2004”; “para acceder al Premio debe postular solicitando las Bases”. Una vez abierto el deseo de reconocimiento en el ingenuo, se le da una dirección electrónica para acceder a las mismas. Y en ella queda claro el tingladillo montado, previo pago de trescientos dólares americanos, se facilita una clave para acceder a los formularios en los que el avispado postulante puede incluirse en algunas de las cerca de ciento cincuenta categorías (donde se incluyen hasta las empresas de limpieza) y si no encuentra alguna en la que se enmarque su inigualable aportación a la excelencia educativa, puede añadirla en el apartado de otros, con tal de que abone el importe dará igual si usted es el repartidor del butano, el limpiador del centro educativo o el mensajero (con todos mis respetos a estas profesiones).

Cuando el agudo postulante ha enviado el formulario, el siguiente requisito para poder acceder al premio es el recogerlo in situ, hay que desplazarse hasta Lima para que se haga efectiva la entrega del premio. Y ahí empieza la segunda parte del negocio, la de agencia de viajes, a través de la página de Internet se ofrecen una serie de itinerarios que, dependiendo de los lugares visitados, varían desde los 440$ por día y persona hasta los 833$ para cada uno de los tres días de estancia. A estos costes hay que añadir los billetes de avión hasta el continente americano. Así que pueden hacer un simple cálculo del montante que cuesta comprar el excelso Premio.

El chanchullo que tiene montado el tal Willy Hidalgo Rojas, presidente de la institución, no oculta nada, pues en sus bases queda todo bien claro, es un premio de pago y el título que otorgan es un camelo que no tiene ninguna validez en el mundo académico pues detrás de él no hay ninguna Institución sólida ni tan siquiera dedicada a la enseñanza. Son 262 los premiados, lo que a grosso modo puede darle una facturación de unos sesenta millones de pesetas en esos tres días, tirando por lo bajo. A ello hay que añadir, la publicidad que debe incluirse en la “incunable” edición de lujo de un libro que van a distribuir en “el sector Educación a nivel Iberoamericano” (otros cincuenta millones). Entre los “agraciados”, unos serán los primos que han querido dejarse engañar, otros ejercerán de listillos queriendo tomarse unas vacaciones a costa de la Institución que les paga; y aún habrá pretenciosos que pensarán lucir el título de Doctor Honoris Causa en su despacho creyendo que ello aumenta su capacidad docente.

El Sr. Jover ha indicado a la prensa que, por ahora, los desembolsos los ha realizado de su bolsillo y esperemos que siga siendo así, pero lo que no podrá remediar es el prestigio perdido por el centro que dirige y si le queda algún gramo de cordura debería presentar su dimisión para evitar mayor escarnio.

domingo, 18 de abril de 2004

¡Todo el peso de la Ley!

En estos quince días que le quedan a nuestro Delegado del Gobierno en funciones empezará a recibir homenajes, felicitaciones y cuchipandas varias para agradecerle los servicios prestados durante los últimos seis años que ha pasado en su puesto de la Plaza de los Reyes. Una gestión que muchos considerarán excelente y que difícilmente podrá ser superada por su sustituto. Quizás sea esa una evaluación demasiado benevolente con el hombre fuerte del Gobierno de Aznar en nuestra ciudad.

El señor Moro, criado en la cantera de Abril Martorell, arribó a Ceuta en unos momentos en que la seguridad ciudadana estaba en sus niveles más bajos y campaba en nuestro pueblo una sensación de poder mafioso que se apoderaba de la ciudad. Bajo una pantalla de cierta dureza intentó acabar con esa situación con su famosa frase de “caerá sobre ellos todo el peso de la Ley”. Todavía estamos esperando que la Ley caiga sobre ellos. Las elecciones municipales del año 1999, le obligaron a entablar unas duras relaciones con el gobierno del Grupo Independiente Liberal (GIL) encabezado por Antonio Sampietro (quien con sus huestes marbellíes intentó humillarlo a base de insultos callejeros). En ese combate supo colocar como escudero a Juan Vivas, imponiéndolo a la dirección del Partido Popular (PP) como su valido para el puesto de Alcalde; tras año y medio de utilizar todas las armas a su alcance, acabaron con el nombramiento de Juan Vivas como Alcalde con el apoyo de los cinco tránsfugas. Durante los últimos tres años ha intentado impulsar el constante apoyo de la Administración Central con la municipal.

Si se realiza un balance de la gestión del Sr. Moro en estos años de ejercicio de su cargo más parecen acudir a mi memoria las carencias que los éxitos. Aunque la seguridad en nuestras calles parece haberse elevado, seguimos sufriendo más de lo deseable algún que otro tiroteo en supuestos ajustes de cuentas entre clanes mafiosos; nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado siguen careciendo de una plantilla adecuada y eso es achacable a su gestión. Aunque la frontera se ha impermeabilizado, seguimos observando como siguen apareciendo inmigrantes en nuestras calles con un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) al completo, a pesar del constante traslado a la península. Nuestros comerciantes sufren la tensión de la frontera, se cerró el paso de Benzú, se presentó el proyecto (a bombo y platillo como todos, con un acuerdo con el Gobernador de Tetuán) para abrir el antiguo puente sólo para mercancías, pero nada más volvimos a saber. Como responsable de la Administración Central, no ha sabido acelerar la construcción del nuevo Hospital, un anhelo de nuestra ciudadanía, ni ha podido ofrecernos una plantilla sanitaria adecuada a nuestras necesidades que elevara el nivel de la asistencia que merecemos y con prisas electorales se inauguraba el Centro de Salud de Otero sin cumplir las exigencias legales.

En el campo económico, tampoco nuestra situación es mejor de como la encontró, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), aparte de abrir una oficina, tan sólo nos ha entregado un proyecto “industrial”, un varadero; el Informe del Comercio realizado por encargo del Ministerio de Economía, tiene más de intereses personales que locales. En Educación, seguimos esperando que se construyan los Institutos prometidos y se pueda obtener una ratio educativa como la media nacional.

Lo que sí ha sabido hacer el Sr. Moro es imponer su autoridad en el PP de Ceuta, ha sido quien ha logrado unir a las distintas familias alrededor del poder e imponer a Juan Vivas como Alcalde, desde las elecciones han empezado a salir a flote las rencillas entre las distintas tribus del partido, notándose ya su absentismo de la ciudad que posiblemente acabe con una guerra sin cuartel. También ha sabido traernos a Ministros, Directores Generales e incluso al Presidente de su partido en dos ocasiones, relaciones no le han faltado.
A la hora de su marcha, le deseo los mejores éxitos en sus nuevas tareas, porque aquí, permítame, creo que no lo ha conseguido. Suerte Sr. Moro.

domingo, 11 de abril de 2004

El Estudio Inmark sobre el comercio

La pasada semana se nos presentaba un nuevo estudio sobre la situación del comercio en nuestra ciudad, esta vez era la empresa Inmark la encargada de realizarlo al ganar el concurso realizado por el Ministerio de Economía. El Informe poco nuevo aporta, pues parte de las hipótesis de trabajo de los ya existentes como el del Consejo Económico y Social (CES) de la ciudad del año 2000, en el cuál ya se adelantaban muchas de las propuestas ahora recogidas en este estudio.

Como siempre lleno de errores sintácticos, gramaticales, con invento de palabrones como “emprenditorialidad” (que ellos sabrán lo que significa) y que creen que dan más enjundia y sentido técnico, incluso han estudiado “la situación general de Melilla” y “la situación del comercio melillense”, es decir que hasta se puede poner en duda qué es lo que han estudiado, pero esto pasa por no leer lo que escriben.

La primera conclusión que obtengo de su lectura es la deficiente clase empresarial que, con honrosas excepciones, padece nuestro pueblo, con una autocomplacencia desconcertante indican que su oferta es la más moderna y competitiva del mercado, cuando la inmensa mayoría de los consumidores opinan lo contrario; unos empresarios que esperan de las administraciones públicas el maná que les permita seguir subsistiendo sin caer en la cuenta que deben ser ellos los primeros en arriesgar en las mejoras de sus negocios para poder afrontar la crisis con un mínimo de oportunidades. Si no se solventa esta actitud de los empresarios difícilmente podrán salir de su crisis, las administraciones pueden colaborar, pero nunca sustituir a la iniciativa privada.

Cinco son los objetivos que se persiguen: definir el Modelo Comercial; modernizar, adecuar y fortalecer el tejido comercial; apoyar la mejora empresarial en el comercio; hacer de Ceuta una ciudad comercial abierta; e interaccionar sinérgicamente con el entorno (sic). Pero con las medidas propuestas en algunos casos ni se atacan los problemas o van en contra de las conclusiones del mismo o se presentan medidas que surgen por generación espontánea, sin fundamento en el estudio.

Según el estudio del CES, en el año 1999 los ceutíes realizábamos el 51% de nuestros gastos en el centro de la ciudad (hoy en día estaría desfasado al entrar en funcionamiento Parque Ceuta, pero en esos datos se han basado para realizar el estudio), incluyendo el Mercado Central de Abastos, por ello para el resto de las zonas comerciales se despachan con tres líneas en todo el estudio, será que el estudio pretende que todos vayamos a comprar al centro incluso nuestra molleta.

El 83,5% de los ceutíes valora positivamente la implantación de una gran superficie como un centro comercial, por ello “en cuanto a las medias y grandes superficies se sugiere aplazar hasta 2006-2007 cualquier decisión”, menos mal que el plan se asienta en valores como el “respeto al derecho de la población de tener igualdad de acceso y de elección en relación con la adquisición de bienes y servicios y los canales y lugares de compra, así como a los demás derechos que le asistan como consumidor”. Y eso que según el estudio una de las debilidades es la “ausencia de tractoras comerciales” y que dan ejemplos de grandes superficies donde se ha primado la implantación de los comercios locales, o que los ceutíes “muestran una intensa orientación hacia el disfrute en el acto de compra y su asociación con el ocio/entretenimiento”. O sea que como nos gusta ir a una gran superficie para distraernos mientras compramos, seguiremos evadiendo cada vez más gasto.

Y nos meten con calzador, pues en el estudio no se encuentra bien razonado, el llamado Centro Comercial Abierto, espacio lúdico festivo comercial que irá desde la Plaza de África a la de Azcarate, pero en un principio sería sólo el primer tramo de la Calle Real, no otro. Un proyecto en el que sólo creen 70 comerciantes ( y no todos del centro) de un total de 637, pero nada, las cosas hay que hacerlas con un consenso máximo y si no ven la clarividencia de nuestros líderes ya las verán cuando tengan que afrontar los costes de las mismas (cuotas de participación, incrementos de impuestos, según el propio estudio) sin haber realizado un estudio de viabilidad mínimo que indique las ventajas e inconvenientes del mismo. Esta actuación se lleva el 25,16% del presupuesto presentado con su unidad de gestión, su gerente, su técnico.

Y sobre todo subvenciones, muchas subvenciones, como para “la gestión del cese”, porque según los autores del Informe debe desaparecer el 12% de los locales minoristas de la ciudad en tres años, porque han concluido que hay sobredimensionamiento, pero ¿por qué el doce y no el veinte o el ocho? Y ¿por qué hay sobredimensionamiento? Porque el número de comercios sobre la población es más elevado que la media nacional, no hemos partido de que Ceuta es una ciudad comercial, entonces deberá estar sobredimensionada en esa ratio. Pero si quieren dar subvenciones lo primero que deben hacer es una política de comunicación efectiva, para que todos nuestros empresarios las conozcan, no como ahora que sólo un 55,7% dice conocer alguna, así nos encontramos con créditos blandos sin utilizar, subvenciones sin cubrir o ayudas sin utilizar.

Como conclusión acabaré indicando que el Estudio no afronta los verdaderos problemas del sector (transporte de mercancías y pasajeros, el tema fiscal, la atracción de la demanda, las otras “zonas comerciales”, los mercados de abastos, etc.), se apoya en demasía en la respuesta de las Administraciones como motor del cambio comercial, cuando deben ser los propios empresarios los que se pongan a la cabeza del mismo. Y en algunos casos se priman ciertos intereses por encima de los de la Ciudad. Mal vamos si seguimos con este tipo de estudios.

domingo, 4 de abril de 2004

El servicio de transporte marítimo

El pasado 24 de marzo el Consejo Económico y Social (CES) de nuestro pueblo presentaba en sociedad su informe sobre la “posibilidad de mejora y abaratamiento del servicio de transporte marítimo”, tras dos años y cuatro meses de exhaustivos estudios, observaciones, reuniones, contactos y análisis, nuestro CES ha logrado parir un documento cuya primera consecuencia ha sido el aumento del precio del billete en dos de las compañías que realizan el transporte de pasajeros a Algeciras, menos mal que el informe concluye que “nos encontramos con un servicio con indicios racionales de poder abaratar sus precios”. Como siempre nuestro CES llega tarde.

Tras la lectura de sus cuarenta y ocho páginas sigo sin saber porqué pago 12,30 euros (ahora algo más) en el trayecto a Algeciras y no pago más o menos, pero la compañía naviera ingresa 21,45 que la diferencia se la paga el Estado de los impuestos de todos los españoles. Cualquier análisis económico que quiera llegar a la conclusión de que se puede reducir un precio, primero debe fundamentar los distintos componentes de ese precio para poder deducir dónde se puede acometer la reducción y eso es lo que no hace el estudio. Se echa en falta un análisis de la estructura de los costes, tan sólo nuestro CES es capaz de llegar a decirnos que el precio final está compuesto por un 10% por el coste de las agencias de viajes, otro diez por ciento por las tasas portuarias y el 80% por el coste del transporte marítimo. Pero en ningún momento se hace referencia a una cuenta de explotación que nos diga céntimo a céntimo a qué bolsillo van a parar y por qué.
Además el informe sólo señala costes, en ningún momento hace referencia a beneficios, porque éstos los tienen y si no por qué no incluyen como anexo las cuentas presentadas ante el registro mercantil de las distintas sociedades implicadas que han utilizado. Por ejemplo el año 2002 la empresa Transmediterránea obtenía un beneficio de más de 19 millones de euros (más de 3.160 millones de pesetas), un 6,07% de sus ingresos.

Tampoco el informe ahonda en las necesidades que tiene el transporte marítimo, da por supuesto que la oferta que presentan las distintas compañías se adaptan a la perfección a los intereses que como usuarios tenemos los ceutíes. Para el CES, la implantación de los grandes catamaranes de elevado coste ha supuesto “un salto de calidad tecnológica”, pero creo que sobre todo han beneficiado a las navieras en su interés de tener grandes buques que les permita trasportar grandes cantidades de personas y vehículos en el menor tiempo posible, para hacer el negocio de la Operación Paso del Estrecho. Y sobre el “elevado coste” de los buques decía Chris Norman (de la empresa constructora del Euroferrys Atlántica) “nuestro trasbordador puede transportar a más personas, con mayor frecuencia, reduciendo el tamaño de las tripulaciones y los gastos de capital”, por lo que no entiendo que se achaque al precio del buque (unos 49 millones de euros) el elevado coste del billete, cuando se compró con los avales del Estado Español, supongo que se haría un plan de negocio que permitiría amortizar el buque y obtener beneficios.

Las recomendaciones que realiza en su informe nuestro CES parecen bastante pobres para más de dos años de estudio, cuando no atenta a los intereses de los ceutíes. No se puede solicitar la “racionalización del número de rotaciones de los barcos” para reducir el precio, ello sólo conlleva a justificarle a las navieras sus intereses al implantarnos grandes buques, si se utilizarán barcos más pequeños y más rápidos (como el Hydrofoil, en el que el viaje se hacía en 30 minutos y con capacidad para unas 100 personas) en ciertas fases del día, permitiría que los grandes buques realizarán menos rotaciones y su ocupación se elevaría provocando automáticamente una reducción de los costes de viajes en vacío. Y como siempre, en un mercado de libre competencia, acudir a Papa Estado para que nos saque las castañas del fuego: crear un Consejo del Transporte, aumentar las bonificaciones, reducir las tasas portuarias, solicitar ayudas a la Unión Europea. Y porqué no romper el oligopolio con una compañía de propiedad municipal que permitiera realmente reducir el precio a su verdadero coste y que satisficiese las verdaderas necesidades de nuestro pueblo.

Y ahora nos sale nuestro Alcalde diciendo que tendrá muy en cuenta el Informe (mejor que no porque para el caso que le han hecho las navieras), ya en octubre de 2001 escribía en esta misma página que “suele ser habitual el acudir a las frases grandilocuentes y a los grandes actos de fe cuando nos encontramos sumidos en situaciones como las que vivió Ceuta el pasado puente del Pilar con las comunicaciones con la península más que mermadas. Me parece de lo más estéril las declaraciones del llamado gobierno de la ciudad indicando que va a tomar cartas en el asunto para evitar el oligopolio en la travesía del estrecho”. Casi dos años y medio después estamos en las mismas condiciones, en manos de las navieras y encima se permiten el lujo de seguir incrementando los billetes. ¿Qué ha hecho el gobierno de Vivas? ¿Y el de Aznar? En el oligopolio está la respuesta.