domingo, 17 de diciembre de 2017

Un nuevo centro penitenciario



El pasado treinta de octubre las fuerzas Vivas de la Ciudad junto con el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, puesto que el Sr. Ministro (ese cachondo sevillano) tenía la agenda muy prieta para poder asistir,   inauguraban el nuevo Centro Penitenciario de Fuerte Mendizábal, por fin, tras dos años de finalizada y numerosos anuncios de su apertura, han decidido ponerla en marcha, una inversión que ha costado según diferentes cálculos entre 92 y 120 millones de euros y que ha absorbido casi en su totalidad las inversiones de los Presupuestos Generales del Estado de los últimos cinco años en nuestra ciudad. 



Pero como todo lo que hace el Partido Popular en nuestra ciudad es inaugurar los proyectos de otros y dejarlo todo a medias o peor que antes, con la “macrocárcel” no iba a ser menos. En este caso, con la apertura del Centro Penitenciario nos prometieron, aparte de que se abriría mucho antes,  que supondría el triplicar “los ingresos que la vieja prisión proporciona a la ciudad”, entre otras cosas porque, de disponer de una capacidad de 224 internos, se ha logrado alcanzar casi los 1.400 residentes, a lo que hay que añadir el Centro de Inserción Social con capacidad para unas cincuenta personas.


Toda una infraestructura que, según señalaba nuestro perpetuo Alcalde el día de su inauguración, era “un motivo de satisfacción (…)  porque se puedan ver cumplidas en el futuro las expectativas que alumbra la apertura de un Centro Penitenciario  (…) en el ámbito de la economía local, pues a medida que vaya creciendo su ocupación, lo hará la plantilla y, por ende, las posibilidades de que genere renta, consumo, empleo… en definitiva, actividad económica”.



Vamos que a ojos de estos dos funestos políticos la cárcel va a suponer la locomotora de la nueva estructura económica de la ciudad, una estructura que “viva” de las administraciones, lo que toda la vida se ha llamado “estructura colonial”, a vivir de los fondos de la metrópoli, lo que va a provocar que la sociedad ceutí deje de tener futuro, nadie puede sobrevivir en una economía con solo  la administración como fuente de ingresos, es imprescindible la  existencia de un sector privado fuerte que sea el que genere la mayor parte del empleo. 


Estos dos patéticos individuos puestos a cargo de nuestras instituciones prefieren volver al concepto de ciudad presidio en el que convirtieron nuestro pueblo los gobiernos centrales hasta bien entrado el siglo XX, antes que perder la sopa boba de la que se alimentan asienten sumisos a las infraestructuras que nos impone Madrid, sin exigir las que realmente necesitamos, sí que era necesaria una nueva cárcel, pero no, una “macrocárcel”.



Puesto que no había presupuesto ni para plantillas, ni para medios materiales, ni por supuesto voluntad política para exigirlo por esta panda de vividores de la cosa pública, se ha decidido abrirla con el personal que existía en Los Rosales y con los obsoletos medios de que disponían, así nos encontramos con una cárcel que no dispone de los funcionarios suficientes para afrontar, no solo ese “salto cualitativo” del que tanto se ufanan los irresponsables que padecemos en ambas administraciones, sino para la que existía.


Si ya en la antigua cárcel de Los Rosales se estimaba un desfase de un 20% en el personal de estructura mínimo para gestionar este tipo de institución, en la nueva prisión de Fuerte Mendizábal no parece que los medios existentes puedan llevar a cabo una labor medianamente correcta, por lo que se hace necesaria la inmediata ampliación de la plantilla para cubrir el funcionamiento del centro penitenciario en la actualidad.



Recordemos que fue el PSOE quien pergeñó esta idea de “macrocárcel” y que el Partido Popular la ha  inaugurado, un proyecto que, como todo lo que hacen estos dos partidos, no se adaptó a las necesidades reales de nuestra ciudad, sino que se copió el modelo estándar y se nos encasquetó, prometiendo una lluvia de empleos directos, hasta 450 dijeron, por no hablar de la actividad económica que generaría y redundaría en nuevos empleos, hasta hablaban de atraer un cierto tipo de “turismo”. Pero ya saben del dicho al hecho…


Señalaba el inepto que padecemos como Delegado del Gobierno, “que la cárcel sólo acogerá presos con arraigo en Ceuta y no peligrosos”. Según los informes de Instituciones Penitenciarias, los internos con arraigo que no están en Ceuta se elevan aproximadamente a unos 135, que unidos a los 200 existentes en Los Rosales podrían, si todos quisieran venir, un total de 335 internos para una cárcel de 1.400 plazas, no llegan a cubrir el 25% de la misma.


Si el penal de Fuerte Mendizábal solo va a servir para internos que tengan ese arraigo, desde un principio se conocía cuál era esa cantidad, por lo que se habría realizado una dilapidación de los fondos públicos, el invertir en una “macrocárcel” que no se va a utilizar es despilfarrar unos recursos que se podrían haber invertido en otras infraestructuras más necesarias para nuestra ciudad y que cualquier representante público que defienda los intereses generales de esta ciudad debería haber exigido, pero ya saben lo que tenemos, una panda de sumisos vividores que para evitar perder el pesebre comulgan con ruedas de molino.


Si como indica nuestro incapaz Delegado del Gobierno, sólo vendrán los ceutíes, no será necesario abrir todos los módulos, con abrir dos de los nueve construidos será más que suficiente, por lo que la plantilla se adecuará a esos datos, es decir que o miente cuando dice que sólo vendrán internos con “arraigo” en nuestra ciudad, o lo hace cuando habla de generar 450 empleos.


A pesar de las promesas de nuestro inepto Delegado del Gobierno sobre los elegidos para residir en la nueva prisión, no es quién para decidir quiénes son los que van a disfrutarla, la política penitenciaria depende del Gobierno de turno y será quien decida quiénes en un principio podrán habitarla, y en segundo lugar serán los tribunales los que en última instancia autoricen los traslados. Los presos del norte de Marruecos ya han empezado a solicitar los traslados hasta nuestra nueva “macrocárcel” a Instituciones Penitenciarias puesto que saben que el proceso administrativo será largo, pero al final se lo concederán y a ellos los que les sobra es tiempo, a nuestros gobernantes les falta vergüenza. 

martes, 12 de diciembre de 2017

Un poco de prudencia



Conmemorando el pasado día seis el trigésimo nono aniversario de la aprobación de la Constitución Española, el máximo responsable del Gobierno de España en nuestra ciudad, el inepto Delegado del Gobierno, en su intervención sacaba una “conclusión: por favor, un poco de prudencia; en esto, como en tantas otras cosas en la vida, no todo vale, o visto lo visto, no todo debería valer”.





Así se refería este individuo, que no olvidemos que se encuentra a las órdenes de su partido político y no, al servicio de los intereses generales de los ceutíes, a la situación que la desidia de los distintos gobiernos centrales ha provocado en la frontera, como si los años de abandono que hemos sufrido pudiera solventarse con un poco de prudencia.


Lo que los ceutíes necesitamos son soluciones, unas que deben ser inmediatas y que deberían haberse puesto en marcha hace ya un par de años, como el envío de refuerzos a la corta plantilla que existe y la instalación de los lectores de pasaporte, y otras medidas a medio y largo plazo como sería la apertura de nuevos pasos fronterizos y la ampliación y modernización del actual.


Unas son unas medidas que no dependen de ninguna negociación con nuestro vecino, sino de un verdadero compromiso con nuestra ciudad del gobierno central, el que actualmente encabeza el Sr. Rajoy, que es de quien dependen las instalaciones en nuestra frontera. Unas inversiones que sí se han realizado en el aeropuerto de El Prat, donde el pasado mayo el Gobierno central acordaba enviar un refuerzo de 144 policías nacionales y la instalación de 50 lectores digitales de pasaportes, donde las colas habían llegado a durar hasta tres horas.



Cada vez que nuestro inefable Alcalde acude a Madrid, solo o en compañía de nuestro inepto Delegado del Gobierno o de algún otro miembro de su Corte de los Milagros, a explicar los problemas que nuestra ciudad tiene y que necesitan una respuesta urgente, vuelve con las manos vacías, pero pleno de nuevas promesas, demostrando que ni él ni su gobierno central, ni por supuesto su partido, aportan soluciones a nuestros problemas. Lo único que queda absolutamente claro es su sumisión  a quienes lo colaron para hacerle ilegalmente Alcalde, a quienes les debe estar eternamente agradecido.

  


Lo que necesitamos los ceutíes no es solo prudencia, Sr. Delegado del Gobierno, entendida ésta como el buen juicio para elegir lo que es bueno para el bien común, lo que necesitamos son individuos también con fortaleza, para poder afrontar con coraje y vigor los   problemas que tiene nuestra ciudad, con la templanza suficiente para dominar los instintos de sumisión a los intereses de su partido, y con la justicia que le permita dar de sí lo mejor para el bienestar de la comunidad. Eso es lo que le exigimos los ceutíes, a los que deben gobernarnos. La prudencia que usted nos pide es el silencio a las críticas porque durante casi medio siglo nuestros pasos fronterizos han sido olvidados por los distintos gobiernos centrales, eso es subordinar los intereses de Ceuta a sus deseos de silenciar la desidia de los Gobiernos centrales, incluido el actual de su Presidente del Partido Popular Sr. Rajoy.


El pasado junio nuestro apócrifo Alcalde junto con el inepto Delegado del Gobierno y sus correspondientes en Melilla se reunieron con el Gobierno del Sr. Rajoy para analizar, entre otras cosas, la situación de nuestras fronteras “ante la creciente presión sobre las mismas se hace necesario tomar una serie de medidas correctoras, para lo cual se han analizado diversas propuestas cuyo estudio y puesta en marcha se llevará a cabo en el menor plazo posible. Como anticipo ya se ha determinado una atención preferente a Ceuta y Melilla en materia de refuerzos de las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como intensificar el apoyo a ambos gobiernos autonómicos en relación con el fenómeno de los MENAS” decía su fantasiosa nota de prensa. Sin embargo la “atención preferente” del Gobierno del Sr. Rajoy ha sido nula, ni los refuerzos en plantillas, ni en medios técnicos, eso sí el dinero que han enviado para los Menores extranjeros no acompañados si ha llegado para callar la boca de nuestro sátrapa Alcalde y que se lo gaste en lo que considere más oportuno no, en MENAS.



No se puede vivir siempre de la fe, Sr. Delegado del Gobierno, en la creencia de que ustedes harán algo alguna vez y tener la esperanza de que al final de los tiempos nuestros problemas los solucionarán, ni vamos a tener la caridad de creer en su Gobierno mientras no haya acciones que tiendan a resolver los graves problemas que su desidia ha provocado en nuestra ciudad.


Claro que no todo vale, Sr. Delegado del Gobierno, no vale estar prometiendo una y otra vez unas actuaciones que nunca se hacen realidad, unos refuerzos de plantilla que se desmienten tras cruzar el despacho del ministro de turno, unas fronteras inteligentes que se quedan en Algeciras o unas negociaciones con nuestro vecino, cuyo Walid se niega a recibirle. Entiendo que no todo vale y el primero que no vale es usted, que solo ha demostrado su ineptitud para estar al frente de un puesto que le viene demasiado grande y desde el que se ha plegado a los intereses de su partido, que nunca han coincidido con el interés de Ceuta.


En su discurso, nuestro incapaz Delegado del Gobierno, expresaba “el compromiso firme de la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma de Ceuta en la lucha contra las actividades fraudulentas (…) (que) no son la parte principal del problema”, pasa de puntillas sobre el origen del mismo. Su falta de control, tanto ahora como cuando fue irresponsable de la Hacienda local, provocó que las importaciones se hicieran sin la verificación correcta dando pié a que se introdujera en nuestra ciudad el comercio del bulto y otras muchas irregularidades, al Desgobierno del Sr. Vivas nunca le ha interesado controlar las importaciones, puesto que la compensación del IPSI importación le ha permitido asegurar la recaudación, por lo que ambos han sido colaboradores necesarios para que se produjera el fraude, tanto nuestro perpetuo Alcalde como su inepto Delegado del Gobierno.



Lo que Ceuta necesita no son peleles sometidos a los designios de sus dueños, sino personas con los redaños suficientes para que puedan exigir las soluciones que necesitan los ceutíes y que sí se han aplicado en otros lugares. Por eso seremos muchos los que mañana salgamos a exigir esas soluciones que ineptos como nuestro Delegado del Gobierno y nuestro apócrifo Alcalde no pueden ofrecernos.

sábado, 9 de diciembre de 2017

La corrupción



Hoy se conmemora el Día Internacional contra la Corrupción, que las Naciones Unidas tengan que implantar un día para recordarnos que hay que seguir luchando contra esta lacra que provoca subdesarrollo, inseguridad y guerras, nos debe hacer reflexionar sobre lo incrustada que se encuentra, no sólo en el mundo. sino en nuestra sociedad, la española que considera el problema de la corrupción y el fraude el tercero más importante, tras el desempleo y el tema de Cataluña, que lo ha desbancado de la segunda posición.




Curioso que ningún partido político, de estos que realizan todo tipo de manifiesto sobre las cuestiones más insospechadas, haya abierto la boca para condenar tan deleznable práctica y exigir la dimisión inmediata de los cargos públicos que se vean investigados por los delitos de corrupción. Algo tendrían que decir sobre la ola de corrupción que recorre España y sobre todo por las medidas que piensan implantar para acabar con tanto corrupto, pero su silencio es más que significativo o quizás es que todos estén de puente y se hayan olvidado de hablar de corrupción.


En España el coste de la corrupción se evalúa en unos 88.000 millones de euros al año, unos 48.000 corresponderían a los sobrecostes en las administraciones públicas por la falta de competencia  en las licitaciones públicas, el resto sería el fraude a la Seguridad Social y los que se realizan a la Hacienda Pública. Estos últimos perdonados por el peor Ministro Hacienda de la democracia a cambio de un mísero tres por ciento con una amnistía fiscal que el Tribunal Constitucional declaro ilegal  y sobre todo inmoral, pero cuando ya habían prescrito los delitos.



En nuestra ciudad también existe corrupción política, muchas veces imposible de probar, pues el mantenimiento de una red clientelar a base de subvenciones hace que la relación probatoria de la causa sea un acto irrealizable. Pero aquellos casos que llegan al juzgado, los encausados se niegan a abandonar el cargo público, alegando el principio de la presunción de inocencia y dejando pasar el tiempo para que se olviden los hechos, como parece que otras formaciones han podido hacer. Mientras los responsables por acción u omisión siguen aferrados a sus cargos públicos.


Que una juez tenga que advertir sobre la presunta existencia de una organización criminal debería haber hecho derrumbarse a más de un partido político, no por la acción, sino sobre todo por la omisión del deber de controlar que todos los representantes electos tienen; ese es el principal reproche que hay que achacarles a quienes se esconden tras la presunción de inocencia, su dimisión debe exigírsele por permitirlo, por no realizar el control que sus votantes le exigían, a unos por detentar el poder y a los otros por omitir la oposición. Tan sólo leer en  el auto que “las viviendas de Ceuta se daban por unos pocos, a otros pocos y sin criterio alguno”, en cualquier persona con principios éticos propios de una cultura progresista le hubieran hecho irse a su casa.



La corrupción también se produce cuando no se aplican las normas exigibles por nuestro ordenamiento jurídico, cuando uno se salta la ley para asaltar el poder, cuando no se lucha contra el fraude fiscal porque los ingresos te los asegura el Estado o la laxitud conviene a ciertas personas, cuando se reinterpreta de una forma torticera las leyes para adaptarlas con  calzador a su interés, cuando uno se rodea de condenados, expedientados, investigados, imputados y demás calaña a la que no apean del cargo porque se vaya a ir de la lengua.


La política en España debe afrontar un cambio radical si se quiere que los ciudadanos vuelvan a confiar en los políticos, quienes además de condenar de boquilla la corrupción política, actuaran sin dilación y con contundencia con cualquier investigado, la situación podría revertirse. Mientras la abulia sea la respuesta a estos casos, la desafección de los españoles hacia sus políticos será cada vez mayor.



La regeneración ética de nuestra política y por ende de quienes la hacen, debe ser una de los objetivos prioritarios de aquellos que nos preocupa la cosa pública, debemos ser combativos contra esta tropa de vividores que sólo buscan  mantener sus privilegios frente al interés general.