sábado, 26 de octubre de 2002

Diestro o ¿siniestro?

Es curioso el planteamiento que suelen realizar algunas personas al intentar desvincularse de la política cuando están metidas de lleno en ella; refugiándose bajo la inofensiva piel de técnico pretenden convencernos de que su tarea es como la de aquellos tecnócratas del tardofranquismo que intentaban conducir a nuestra sociedad hacia altas cotas de progreso con la finalización de la autarquía y los planes de desarrollo, pero sin verse inmiscuido en las oscuras luchas políticas que no suelen estar bien vistas y de las que ellos ni saben ni entienden, pero participan. Cuando uno es elegido de una forma directa para asumir un cargo con responsabilidad en la aplicación de una política en la Administración, uno es un político; y debe partir de esa premisa para evitar caer en errores no sólo de interpretación, sino de acción u omisión.

El pasado domingo el responsable de Procesa, empresa municipal, otorgaba una entrevista al decano de la prensa local; en ella hacía una libre interpretación de nuestra situación económica y se planteaba las posibles soluciones a la supuesta crisis que padecen los empresarios y los trabajadores, no los técnicos como él que bastante hacen con intentar pensar en alguna solución o en buscar fuentes de financiación que ni siquiera se utilizan por el desconocimiento de los usuarios.

Según nuestro refutado técnico nuestra sociedad es como una mesa con una sola pata, que es el comercio, y para darle un mayor equilibrio a esa mesa y evitar que se desmorone, es necesario buscar otras patas donde apoyarse y así nos indica que deberíamos basar nuestra obsoleta estructura económica en el turismo y en la industria. Nuestro turismo lo define como un “diamante en bruto”; aunque ahora, y en vista no sólo de los resultados sino de las políticas que se aplican, deberíamos decir que es una piedra, un canto rodado que se va limando con los golpes de los errores de la concejalía. ¿Habrán conseguido encontrar la definición de turismo cultural? ¿Y la de turismo ecológico? O quizás sea eso que menta como el turismo “relacionado con el mar”. Sin embargo para conseguir pulir ese canto es necesario dotar de “las infraestructuras mínimas necesarias y con el esfuerzo promocional”. Entonces la rehabilitación de las Murallas Reales, los miradores, la “cubrición” de la Basílica Tardorromana, la construcción de la Manzana del Revellín ¿qué son? Y la asistencia a Ferias, Congresos, Seminarios, Mesas Redondas y demás Saraos de nuestra afamada concejala del ramo, ¿no es un esfuerzo promocional? ¿O es turismo personal? ¿O quizás quiera indicarnos que la creación de estas infraestructuras y de ese Plan de Dinamización del Turismo no son los más adecuados para hacer de Ceuta un destino turístico que se convierta en una de esas patitas de su mesa? ¿Se le escapó la vena técnica?

Con relación a la industria, nos indica nuestro técnico que se han esforzado en la pequeña y mediana industria transformadora para que aprovechen las Reglas de Origen (aquellas que en el año 2.000 hubo que salir corriendo a renovar para que no se perdieran). La explicación que nos ofrece sobre las mismas debe ser fruto de la mala baba interpretativa de la prensa canallesca, puesto que si su razonamiento es tal como se expresa en esas líneas les recomendaría a nuestros industriales italianos que no pierdan el número de teléfono del señor ministro porque deberán facilitárselo a los aventureros que se arriesguen a producir bajo esas normas y acabar llamándole para ver si algún sesudo técnico logra descifrar si “El nuevo reglamento sí es aplicable, pero es difícil de aplicar (...) y las empresas tienen que preguntar si su producto es susceptible de acogerse”. Pero se pregunta ¿antes o después de montar la industria? Porque con estas normas ya me dirán que empresas se deciden a invertir por mucho que se les financie el cincuenta por ciento.

En cuanto a las infraestructuras industriales, nuestro técnico nos indica que se va a poner a disposición de las empresas el suelo necesario; si de una vez por todas se falla el concurso habilitado para ello, porque lo que no indica es que es la segunda vez que se saca la creación del Polígono Industrial (mientras los otros polígonos “comerciales” duermen el sueño de la alegalidad absoluta). Tampoco nos indica como realizarán el transporte de mercancías nuestros industriales con esos precios de las navieras, ni cuál va a ser la fuente energética que les permita poner en marcha sus industrias o si el abastecimiento de agua será suficiente y a precios competitivos. Eso son cuestiones menores que no tienen ninguna importancia para la creación de una empresa. Lo que no faltará será personal preparado dentro de cuatro o cinco años cuando sepamos los especialistas que necesitan las industrias.

Por último nuestro técnico hace una defensa a ultranza de los Fondos Estructurales de la Unión Europea, tranquilidad en la ciudadanía, no nos asustemos: la sopa boba seguirá viniendo a Ceuta, aunque pasemos a ser una Unión Europea de veinticinco países, los fondos continuarán llenando nuestras arcas porque nuestro PIB per capita, que es el parámetro que indica si cobramos o no esos fondos estructurales, pasará de ser sólo el 67.2% de la media comunitaria al 73.8%, lejos todavía del 75% que delimita la definición de Región Objetivo I. Y además todas estas inversiones que se realizan con los Fondos Europeos no conseguirán añadir ese 1,2% que nos falta, que ya se encargarán de evitarlo vaya a ser que perdamos la sopa boba.

sábado, 19 de octubre de 2002

El Estatuto de la discordia.

Es cierto que al denominado Estatuto de Autonomía de Ceuta (que este es el nombre que figura en la ley y no otro) no le sale ningún defensor, pero es que ahora no lo quieren ni sus padres: nuevamente vuelve a ser objeto de disputa entre nuestros partidos nacionales, porque los partidos localistas lo consideran un hijo bastardo al cual hay que repudiar de una forma categórica sin derecho a bien alguno.

Con el referido Estatuto, que parieron los dos partidos nacionales con mayor representación (PP y PSOE, en aquel momento más PSOE que PP), no se ponen ni de acuerdo en la paternidad del muchacho y tampoco sería tan complicado el responsabilizarse de tamaño desafuero, que no hay mayor virtud que la de reconocer los errores, pero ya sabemos que eso es una cuestión de sabios y de esos abundan pocos por la filas de nuestra política, por no hablar de otras cualidades más necesarias para ejercer un cargo público. Ahora la disputa ha comenzado con unas declaraciones del Presidente Popular contestadas por la Secretaria General Socialista, que más parecen aquellas peleas infantiles del “yo no he sido, ha sido éste, señorita”. Que si uno quería una Carta Municipal, que si el otro estaba en la defensa de la autonomía desde el principio; y es para preguntarse de qué sirven estas acusaciones cruzadas para nuestro futuro, supongo que para que puedan vanagloriarse de los “logros” conseguidos.

Pero, a decir verdad, el susodicho Estatuto no ha solucionado nada, para unos seguimos siendo la Cenicienta del cuento, donde estamos excluidos de nuestro reconocido derecho constitucional a la autonomía; para otros es un arma arrojadiza al contrario con la que azuzar a las masas cuando se acercan las consabidas elecciones de turno (y ahora lo estaremos dos años seguidos). Y no sé para qué queremos tanta autonomía o el exigir tener capacidad legislativa cuando no podemos ni con la capacidad reglamentaria asumida, puesto que no son suficientes nuestros veinticinco representantes municipales para sacar los Reglamentos de las pocas competencias asumidas, que lo dice el Foro del Estrecho, que para realizar tanta labor serían necesarios el doble de personas; pues si con veinticinco tenemos lo que tenemos imagínense con el doble.

Deberíamos asumir que somos un territorio de algo más de diecinueve kilómetros cuadrados con alrededor de setenta mil habitantes y que, desde mi punto de vista, no podemos crear toda una estructura de autonomía con consejeros, viceconsejeros, directores generales, coordinadores, etcétera, etcétera. Nuestros políticos deberían pensar en ofrecer algo adaptable a nuestras características, ¿quizás sea pedirles demasiado que adapten las estructuras de la administración local a las verdaderas necesidades de la gestión que tienen encomendadas? ¿o cuántos favores deben para colocar a esa caterva de vividores? La solución al mapa regional español con “el café para todos” no es las más razonable, aunque sí las más rentable políticamente. La pretensión de otorgar una Carta Municipal a la Ciudad, con la asunción de una competencias asumibles por nuestros veinticinco concejales y nuestra adscripción a la Comunidad Autónoma de Andalucía es la solución más factible para nuestra tierra. Por un lado seríamos considerados como lo que somos, un Ayuntamiento con unas características un tanto especiales y estaríamos incluidos dentro de una Comunidad Autónoma como el resto de nuestros paisanos. Esta fórmula nos hubiera permitido evitar la problemática legal que se plantea con las dos ciudades y las competencias no asumidas por ellas, cuestión que ahora queda un tanto indefinida.

Es una idea que siempre he considerado y de la cual ni me avergüenzo ni me arrepiento, mientras no me convenzan unos u otros de la bondad de un Estatuto de Autonomía seguiré pensando que mi pueblo es un Ayuntamiento y como tal hay que tratarlo; con algunas características peculiares, pero Ayuntamiento al fin y al cabo.

sábado, 12 de octubre de 2002

El futuro nunca llega

Nuevamente vuelve a ser noticia nuestro futuro económico, ahora no sólo envuelto en las maravillosas propuestas de nuestro partido gobernante y sus fabulosos Presupuesto Generales del Estado, donde se incluyen infinidad de inversiones para nuestra ciudad, al menos en el papel, luego ya veremos si realmente se llevan a la práctica o no ( como ese otro mundo virtual en el que vive el Gobierno; el de la radio digital con menos de mil receptores; o la televisión digital sin receptores; o la telefonía móvil de tercera generación cobrado pero sin tecnología para emitir; etc.). Sino en la preocupante situación de saber hacia dónde vamos. Esta vez ha sido nuestro Presidente del Consejo Económico y Social quien le ha sacado los colores nuestro gobierno local.

En el último (y segundo) número de la revista “Participación Ciudadana” editada lujosamente por la concejalía del ramo para mayor gloria y honor de su tránsfuga de turno ( en la cual sale su persona en ocho páginas , es decir el 25% de su tamaño, vaya publicidad), Basilio Fernández en una entrevista que le realiza algún sufrido currante sin derecho a salir (como toda la revista que esta basada en el anonimato) nos dice que “hay otra cuestión que debe preocupar a los ceutíes y que debe tomarse su solución con la rapidez que la situación requiere “establecer el modelo que queremos tener para los próximos años, no podemos estar meditando constantemente en si Reglas de Origen sí o no, Aduana comercial si o no, integración en la UE totalmente o seguir con un régimen especial. Cualquiera puede ser bueno, pero establezcámoslo, porque no podemos seguir dando tumbos, no hay mucho tiempo que perder””.

Es decir que después de un año de estar meditando sobre cual va a ser el modelo de desarrollo económico una de las personas más influyentes de la ciudad todavía no sabe cuál va a ser. Es demasiado grave, pues ahora en los dos próximos años electorales nuestros políticos van a estar con sus pensamientos en obtener el voto y eso de pensar (que ya de por sí es un ejercicio harto improbable en sus mentes de cortopensantes) lo tendrán puesto en el golpe de imagen para la próxima elección.

Si nuestro futuro económico debe estar definido para el 2.010 como fin del desarme arancelario de nuestro vecino o para el 2.005 con la ampliación de la Unión Europea hacia el este; poco tiempo nos queda para seguir moldeando nuestro futuro. Hace ya un año que vengo indicando la necesidad de definir este modelo, por una cuestión de seguridad para las posibles inversiones productivas que generen nuevos empleos y para poder generar las infraestructuras necesarias para ese modelo. Nuestros políticos siguen pensando en el corto plazo, tal como escribía en noviembre del año pasado “no sólo el trabajo conduce a la obtención de resultados, el estar muchas horas trabajando puede no ser lo mejor si no sabemos hacia donde vamos o el camino que hemos tomado se decidió incorrectamente”. Podemos ir hasta los fines de semana a trabajar, pero si los proyectos están equivocados solo retrocederemos.

Es necesario y urgente definir nuestro modelo de desarrollo. No podemos esperar dos años a que nuestros políticos se decidan ( que eso de que tomen decisiones ya es raro); si ellos no lo hacen nuestra sociedad civil debería enseñarles el camino.

sábado, 5 de octubre de 2002

Alabado sea el PP nuestro señor

Alabado sea el PP nuestro señor y dichosos sus parlamentarios, que han conseguido de nuestros próceres tamaña inversión nunca vista para nuestros hogares. Dichosa su comisión ejecutiva, encabezada por su abnegado presidente y el resto de sus dirigentes. Dichosos una y mil veces por tanta fortuna que traerán a nuestra tierra. Los Presupuestos Generales del Estado como lotería de Navidad repartirán la nada despreciable suma de 71 millones de euros (unos 11.800 millones de nuestras enterradas pesetas). Y no sólo eso, de aquí a final de año, si los ingresos de nuestra depauperada economía no llegan a lo presupuestado, nuestro glorioso gobierno central en una alarde de magnánima justicia nos reportará otros 18 millones para que nuestro esforzado responsable de la hacienda local pueda cuadrar su presupuesto y pagar las merecidas nóminas de las huestes que dirigen nuestra ciudad, para que vean compensados sus denodados esfuerzos para conseguir que la sopa boba siga llegando hasta sus bolsillos.

Como insólito han calificado las cantidades que los Presupuestos Generales del Estado han destinado a nuestra ciudad, mas que las cantidades habría que calificar de insólito la totalidad de los Presupuestos, que parecen realizados para ese país tan virtual al que le encanta hacer referencia a nuestro Presidente Aznar , pero que en nada se asemeja a la realidad económica que padece nuestro país sumida en una fase de recesión. Para nuestros gobernantes imbuidos como Alicia en su País de la Maravillas, la realización de los Presupuestos ( herramienta vital para nuestra economía) se ha basado en una serie de premisas sin fundamento real alguno. El primer requisito ha sido el cumplimiento de la Ley de Disciplina Presupuestaria, ley que exige que los ingresos sean iguales a los gastos. A partir de esa regla aritmética y para no herir sensibilidades en este año electoral nuestros responsables económicos han empezado a construir un edificio sobre patas de papel.

Para nuestro ministro de Hacienda nuestra economía crecerá el año que viene un 3%, dato que debe dar a cualquier asesor económico la risa floja, pues en este año 2.002 en el cual se realizaron unas previsiones parecidas (2.9%) terminaremos, como ya dicen hasta voces del propio gobierno “en torno al 2%” (o sea al 1,8%). Hasta el Fondo Monetario Internacional con los datos suministrados por el Gobierno para realizar sus presupuestos, rebaja el crecimiento al 2.7%. Nuestra tasa de inflación (el IPC) se situará en el 2%, cuando en este año acabaremos en el 4%. Si las bases de nuestra economía son el sector exterior y el turismo con la pérdida de competitividad derivada de la inflación y de nuestra reducida productividad y la fuga del turismo de masas hacia lugares más baratos, impiden que la tasa de crecimiento del PIB sea verosímil.

Los ingresos fiscales prevén que crezcan un 5,5% apoyados en un crecimiento de la recaudación del Impuesto de Sociedades del 7%, es decir que dada la cifra record de beneficios de este año (aupada por las ventajas fiscales de acumular plusvalías) de las empresas españolas, este ejercicio del 2.002 que será el que se liquide el próximo, las empresas declararán más beneficio, cuando en los seis primeros meses del año las empresas no financieras redujeron sus ganancias casi un 48%. Aún así nuestros responsables económicos creen que nuestras empresas tributarán más. Además se producirá una reducción de los ingresos por IRPF. Con esta base de ingresos ya es factible hacer crecer las inversiones del Estado en el porcentaje que quieran y en cualquier área, incrementar los gastos sociales y conseguir el déficit cero para que nuestros socios en Europa vean que nuestra economía va estupendamente y que no es necesario esperar al 2.006 para conseguir el equilibrio presupuestario, es que estos europeos no saben ni la cuenta de la vieja.

Si nuestros presupuestos se basan en la irrealidad, comprenderán que su credibilidad sea mínima, por lo que a los proyectos que nuestros esforzados representantes han conseguido arrancar de nuestro gobierno les veo una corta vida; a no ser que hagan como algunos avispados de nuestros concejales “me lo gasto que ya vendrá alguien a pagar, que ese ya no es mi problema”. Permítanme que dude de cualquier proyecto cuya financiación está en completa incertidumbre.