Siempre he
creído que la Administración es segura en los datos que suministra, que se
comprueban una y otra vez hasta que cuadran y más aún cuando de esos datos
dependen nuestras instituciones. O al menos así debería ser, pues qué confianza
da una dependencia que facilita unos datos que no coinciden con la realidad.
Como saben el
pasado veinticinco de mayo acudimos a las urnas para elegir a nuestros alcaldes
y concejales, y en otros lugares hasta eligieron a sus diputados autonómicos,
esa votación dio paso a un escrutinio que en nuestro caso no quedó cerrado
hasta el miércoles veintisiete y parece que se hizo definitivo el pasado dos
de junio, o al menos así consta en la
página del Ministerio del Interior .
El recuento
se paralizó al 88,71% del mismo el domingo a las 23h 18 m, según la Delegación
del Gobierno, el escrutinio se detuvo al detectarse que en once mesas no
cuadraban el número de personas que había ejercido el derecho al voto con el
resultado final recogido en cada una de esas mesas, lo que fue definido como
“descuadres menores” por la Junta, el sistema informático (¡qué bueno que haya
niños!) lo convirtió en “incidencias” que
bloquearon el cómputo y obligaron a esa paralización. Desde la
Delegación se afirmó que todo se había resuelto, pero que los resultados no se
harían definitivos hasta que se reuniera nuevamente la Junta Electoral de Zona.
Quizás
debería lograr que mi Geógrafo preferido inquiriera esos resultados, mucho más
avezado en estos menesteres que uno, pero por más que sumo, resto, divido y
multiplico (ya ven que soy de los de la cuenta de la vieja) los resultados de
ese escrutinio no me cuadran. Según el Ministerio del Interior, con la
conformidad de todos y cada uno de los partidos y agrupaciones electorales que
se presentaron, los votos emitidos son 29.611 (total votantes) que se reparten
entre los votos nulos (434), los votos en blanco (468) y los votos a las
distintas candidaturas (28.723), lo que da un total de 29.625 votos emitidos,
que no coincide con los 29.611 votantes, hay una diferencia de 14 votos de más
o votantes de menos.
En todas las actas que he revisado de los resultados, en
todas se producen diferencias entre los votos emitidos y los conceptos entre
los que se reparten.
Igualmente,
según la página del Ministerio las personas que se han abstenido son 29.801
ceutíes, si sumamos los abstencionistas con los votantes nos da un censo de 59.412 personas con derecho a voto.
Según el INE ese censo es de 61.265 personas
(58.871 residentes en la ciudad y 2.394 residentes en el extranjero). ¿Qué han
hecho las 1.853 personas que ni han votado ni se han abstenido? He comprobado
si esas 59.412 personas coincidían con alguno de los cinco datos que da el INE
para cada uno de los meses de este año 2.015, pero por supuesto ni uno solo de
ellos se acerca a ese dígito.
He realizado
diferentes comprobaciones con bastantes poblaciones, en todas ellas al sumar
los votos a las candidaturas, con los nulos y los blancos, dan el de total
votantes y si le sumamos los abstencionistas concuerda con el censo que el INE
da a uno de mayo. Bueno todas no, todas coinciden excepto Melilla.
Supongo que
si ni un solo partido político ha puesto el grito en el cielo, ha impugnado las elecciones o se ha personado
en el juzgado para denunciar tamaña discrepancia, debe ser que estoy
completamente errado, que los datos que nos da nuestra Administración son totalmente
correctos y que sólo debo ser el único que contempla dichas diferencias. Pues si
imaginamos que estoy en lo cierto, ¿podría uno fiarse de una Administración que
a la ligera corrobora dichos datos sin una pequeña comprobación? ¿qué pasaría
si esos 1.853 vecinos han ejercido su
derecho al voto? ¿Por qué solo se produce en Ceuta y Melilla? ¿es una de las
causas por la que se han impugnado las elecciones en Melilla?
No se
preocupen seguro que solo son elucubraciones y que mis sumas y restas son meros
errores, que no sé ni las cuatro reglas. Perdonen uds. las molestias.
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