domingo, 21 de agosto de 2005

Todos queremos más

El Presidente de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) , Don Antonio García Sencianes, mostraba, en una entrevista a El Faro, su tristeza ante la imposibilidad de crear empleo y riqueza, “valores fundamentales para cualquier empresario”, debido, según expresaba, a la falta de atractivo del marco fiscal que posee nuestra ciudad. Un régimen fiscal que un reciente libro de una empresa local dirigida por otro empresario ceutí, lo calificaba como “Estudio de un privilegiado, pero desconocido régimen impositivo”.

Para el representante empresarial, a Ceuta “no le queda otra salida que la de ampliar su régimen económico y fiscal(...); por ahora cuando una empresa local decide saltar a la península se le penaliza, dado que aquí disfruta de una bonificación del 50 por ciento en el impuesto de sociedades, pero en cuanto pone un pié fuera de Ceuta pierde la fiscalidad especial que está disfrutando aquí”. Así que lo que nuestro líder empresarial pide no es que se modifiquen las ya ventajosas medidas fiscales que se tienen, sino que se les amplíen para crear riqueza y empleo fuera de nuestra ciudad, que se le den unas ventajas en la península, que el resto de empresarios no tienen, ¿les ha preguntado el Presidente de la CECE, quien tiene parte de sus negocios en la península, a sus asociados de la Confederación Empresarial Andaluza qué opinión tendrían de esa medida, que supondría una competencia desleal, a los empresarios andaluces? Las ventajas económico fiscales tienen sus razones de ser en Ceuta, no fuera de nuestra ciudad, se han realizado para superar las desventajas geográficas y de escasez de recursos de que dispone la ciudad, para que generen riqueza y empleo en la economía local, no para que se realicen contabilidades creativas que enriquezcan a unos cuantos espabilados, como aquel famoso financiero, que residía oficialmente en Ceuta, pero al que nunca se le veía por las calles de nuestro pueblo.

El señor García Sencianes cree que “Ceuta puede empezar a tener un marco atractivo, algo que haga que las empresas piensen en Ceuta como una oportunidad y les haga entender que antes o después es necesario que pongan aunque sea un pié en la ciudad”. De agradecer que el representante de los empresarios desee ampliar el círculo de sus representados y haga un llamamiento a otros empresarios externos para que inviertan en nuestra ciudad, porque según se desprende de sus palabras han de venir de fuera para invertir, pues los empresarios ceutíes no ven, en las atractivas medidas fiscales existentes, ventajas para poner su dinero en los negocios ceutíes y por ello pide que se apliquen esas ventajas en los negocios que los empresarios ceutíes hagan lejos de nuestra ciudad, que allí sí que deben existir grandes posibilidades empresariales, pues aquí las deben ver los empresarios de fuera, como los dos grandes empresarios italianos que, aprovechándose de las Reglas de Origen, han montado una próspera empresa en Ceuta. Los nuestros no deben saber qué son o no deben tener ganas de arriesgar sus cuartos en nuestra ciudad.

Y es tan escasa la iniciativa de nuestros empresarios que según su presidente “Hoy la única ilusión que existe entre padres e hijos es trabajar para el Ayuntamiento de la ciudad”. Lógico si la tasa de temporalidad en los contratos de trabajo es la más alta de España; si nuestros empresarios se dedican a pasar de una empresa a otra de su propiedad, a sus trabajadores para evitar que puedan tener contratos indefinidos e impedirles tener una seguridad que les permita afrontar su futuro con cierta claridad. Si ante las grandes bonificaciones en la Seguridad Social que tienen ciertos sectores económicos de nuestra ciudad tan sólo ha servido para que en el año 2004 se incrementara el número de afiliados a la Seguridad Social en un 1,03% y en los siete meses que llevamos de este año en un 1,76%, cuando esos datos en España han sido de 2,91% y un 3,05% sin esas bonificaciones. Y el mayor incremento se ha producido en el Régimen Especial de Empleadas de Hogar donde el año pasado se produjo un incremento de casi el 10% y este año es del 7,2%, aún así, el número de trabajadores del hogar es un 41% del que hay dados de alta en Melilla, cuestión muy significativa.

Y termina el Señor García Sancianes señalando que “Ceuta está preciosa, muy bonita, pero ni los empresarios ni los comerciantes viven de la estética”, ni los 6.024 parados inscritos en el INEM, después de ocho años de Gobierno del Señor Aznar y cuatro del Señor Vivas, el Presidente de los empresarios se da cuenta ahora que el “marco económico está por encima del estético”. Ceuta necesita de empresarios que no sólo exijan no pagar impuestos, ni IPSI, ni Seguridad Social, necesita emprendedores que sepan aprovechar las numerosas ventajas que existen en nuestro Régimen Económico Fiscal; que utilicen las Reglas de Origen; que de nuestra ubicación geográfica sepan obtener condiciones favorables para sus negocios; pero lo que no necesita Ceuta son empresarios que deseen invertir en otras ciudades o esperen que las subvenciones oficiales les suplante su inversión.

domingo, 14 de agosto de 2005

Aquellos Comandantes Generales

Hay quienes recuerdan con nostalgia aquellos tiempos en los que el Comandante General era la máxima autoridad civil y militar, por supuesto, de nuestra ciudad. Tiempos en el que nuestra sociedad se rendía a las estrellas como símbolo del poder de una dictadura militar que reprimía con dureza a quienes se salían del orden establecido y no demostraban la adhesión inquebrantable al régimen. Unos Comandantes Generales que actuaban como auténticos virreyes para su mayor gloria, rodeados de una corte que los vitoreaba y adulaba hasta la saciedad. Pero con la llegada de la democracia, se instauró un poder civil, representado por el antiguo Gobernador Civil y actual Delegado del Gobierno, que hizo volver a los cuarteles la figura del Comandante General. ¿O no?

Varias actuaciones de nuestro actual Comandante General parecen querer devolver a esa figura, integrada en el organigrama de la Delegación del Gobierno, esa imagen del todopoderoso militar que quiere dirigir la política del gobierno en nuestra ciudad. Así a la noticia que publicaba La Razón sobre la supuesta venta de tanques M-60 a Marruecos, desmentida por el mismo periódico, no sólo la asentía transformándola en una donación, sino que daba plazos de entrega de las unidades a nuestro vecino. Todavía se espera el desmentido del Comandante General a esta noticia que ponía en entredicho al gobierno socialista, una vez conocido que quien regalaba armas a Marruecos era el gobierno del Señor Aznar, no el del Señor Rodríguez Zapatero.

La semana pasada salía de nuevo el Comandante General a los medios de comunicación para anunciar la próxima firma del III Convenio con el Ministerio de Defensa, información que aprovechó la concejala de Fomento y portavoz del Gobierno Municipal, Doña Elena Sánchez, para su lucimiento personal y loar al militar. La Delegación del Gobierno quedó en fuera de juego, cuestión que empieza a ser normal con quien dirige el estamento militar en nuestra ciudad. Pues en esta semana ha vuelto a los medios para desempolvar una antigua polémica, que el senador Gordillo llevó a la alta cámara en forma de pregunta escrita, que de las orales ha debido salir escaldado. Esta vez el asunto ha sido la creación de una guardería dentro del acuerdo de medidas para favorecer la incorporación y la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas; el Comandante General informa que no figura en los proyectos del Ministerio de Defensa la creación de guardería alguna en nuestra ciudad, y que deberemos esperar al próximo plan para poder disfrutar de dicha instalación. No debe haber llegado a manos del Comandante General el Plan de Infraestructuras del Ministerio, donde se incluye para el año 2.006 la construcción de una guardería en uno de los acuartelamientos de Ceuta, o quizás como indica la orden 524/2005 del Ministerio de Defensa no habrá realizado la propuesta para que una de las unidades bajo su mando sea escogida como ubicación de la misma, o considere que en los establecimientos bajo su mando no es necesario ningún centro infantil; o quizás sepa de antemano que no será posible realizar un convenio marco con la Ciudad para instalar la guardería ante la negativa del gobierno municipal.

A estas actuaciones hay que añadir que fue el promotor e impulsor de la candidatura al Premio Convivencia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, una asociación utilizada por el Partido Popular para enfrentarse al gobierno socialista, aunque comprensible por su situación familiar, bien podría haber esperado para estar fuera de un cargo público del gobierno socialista para acometer la propuesta. Porque cuando uno asume un cargo público, lo único que se le exige es un mínimo de lealtad con quien le ha nombrado, a no ser que esa lealtad la haya aprendido de quienes en 1.936 se alzaron contra un gobierno legítimamente constituido. No niego a nadie la posibilidad de participar en la vida social e incluso política de la sociedad a la que pertenece, pero en el caso de los militares saben cuáles son sus obligaciones y primero deben colgar el uniforme para dedicarse a ella, o al menos eso era lo que tenía entendido.

lunes, 1 de agosto de 2005

Tirar a matar

La policía británica asesinaba en el metro de Londres a Jean Charles de Menezes, brasileño de 27 años, al parecer intentó huir de los agentes, quienes interpretaron esa fuga como un acto de un posible terrorista suicida y para evitar un mal mayor decidieron ejecutarlo con ocho disparos. El comisario jefe de Scotland Yard, sir Ian Blair ha pedido disculpas por tan lamentable error y el Primer Ministro Británico, Tony Blair ha excusado a su policía y no ha descartado que pudieran repetirse estos hechos pues se seguirá aplicando la nueva política de disparar a matar a los sospechosos de preparar o cometer atentados.

En nuestro país, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, don Francisco José Hernando justifica esta política del “tirar a matar” porque “estamos ante la III Guerra Mundial, que es la guerra contra el terrorismo. Y en la guerra hay que crear situaciones extremas. Estoy en contra de la pena de muerte. Pero cuando el riesgo que se pretende evitar es mayor o puede producir muerte de inocentes, la evitación del riesgo me parece oportuno”.

Nos extraña oír en una de las máximas autoridades de nuestro derecho semejante alegato, primero porque hablar de Guerra Mundial supone seguir a pies juntillas la política de la administración Bush, que quiere convencernos de que sus actuaciones en cualquier parte del mundo se corresponden con una guerra contra el terrorismo; en segundo lugar porque presupone dar el mismo nivel al contrincante, la guerra sirviéndose del terror debe permanecer en el bando de al-Qaeda; y en tercer lugar, y que me parece mucho más preocupante, la justificación de que “todo vale” para protegernos de los males del terrorismo.

Nuestra sociedad occidental, de la que tanto alardeamos su supremacía, basa su convivencia en el respeto a las leyes, leyes que nos damos entre todos a través de nuestros representantes en los parlamentos, quienes en nuestro nombre las crean y que son interpretadas por unos jueces independientes del poder que las genera. Puede ser un sistema imperfecto, pero es el mejor que nos hemos dado, por ello si desde el poder, que es quien debe ser el máximo valedor de estos principios, se aplican sólo cuando van en defensa de sus intereses se quiebra ese principio de convivencia y nuestra democracia está en peligro. El derecho es el principal valor de nuestra forma de gobernarnos y debemos exigir, desde cualquier lugar que ocupemos en nuestra sociedad, su cumplimiento.

En Gran Bretaña se quieren introducir modificaciones en el ordenamiento jurídico que afectan al derecho a la intimidad (el secreto de las comunicaciones o la inviolabilidad del domicilio) o a la información de los servicios de inteligencia que podrían usarse como pruebas sin descubrir la fuente de la que procede, o a la consideración como delito de ciertas conductas que podrían considerarse como “terroristas”. Cambios que han sido precedidos por la Patriot Act de los Estados Unidos que limita ampliamente los derechos de los ciudadanos. Quizás a Bush y a Blair deberían recordarles las palabras de Winston Churchill en 1.943 ante la amenaza nazi: “El poder del ejecutivo para confinar a un hombre a la cárcel sin formular acusación alguna ante la justicia, y particularmente para negarle el juicio por parte de sus pares, es odioso en extremo, y la base de todo gobierno totalitario, sea éste nazi o comunista”.

Se debe luchar contra el terrorismo, sea cual sea su inspiración, pero la fuerza de esa lucha debe ser legítima, contra el terror la sociedad democrática no puede responder con la barbarie, con actos como las detenciones indiscriminadas en Guantánamo de los apresados en Afganistán; o la desviación a países con una legalidad más laxa de presuntos terroristas para permitir su tortura; o el saltarse la legalidad internacional para invadir un país. Si nos vanagloriamos de nuestra supremacía, ésta es nuestra absoluta obediencia a la ley y es en ese cumplimiento donde debemos ganar al terrorismo.

Cada vez más sufrimos una reducción de nuestras libertades, la exigencia que hace la ciudadanía de una mayor seguridad por el miedo que producen los actos terroristas, conduce a nuestros gobernantes, ante su manifiesta incapacidad para encontrar nuevas soluciones, a responder no con actos que conllevan más seguridad sino que conducen a tener menos libertad. Se produce una mayor seguridad con una mejor educación, con una mayor ayuda internacional que permita el desarrollo de los países pobres y sobre todo con el cumplimiento de la legislación vigente y la exigencia de su cumplimiento a todos los países, nunca reduciendo los derechos de una sociedad en la que son su fundamento y menos saltándose la legalidad para permitir el asesinato indiscriminado de un ciudadano.