Hoy tomaba posesión de su nuevo cargo como delegado del gobierno de España en nuestra ciudad
D. Nicolás Fernández Cucurull, ante la vicepresidenta
del gobierno, Dña. Soraya Sáenz de Santamaría, y nuestro recién “poseído”
alcalde, D. Juan Vivas, además del séquito exigido para el caso. Ha debido ser la segunda quien colaborara con el acto
del juramento, ante el "olvido" de la organización del texto que debía pronunciar
y sobre todo de la Biblia, hemos de agradecer que Dña. Soraya recordara sus cercanos
inicios en el Servicio Jurídico del Estado, lo que ha permitido dictarle, cual apuntador
en la concha, a D. Nicolás, no he podido vislumbrar si también sacaba una biblia
del bolso para que el juramento tuviera el valor apropiado.
Parece que toda la sociedad ceutí, bueno más que la sociedad, los
medios de “contaminación”, ha acogido el
nombramiento con gran regocijo y esperanza, como si el Sr. Fernández fuera una
de esas personas que logra aunar tras de sí, el esfuerzo y la colaboración de
todas las fuerzas sociales en una piña que avanza con una fuerza imparable, como si fuera capaz de afrontar la solución de
los graves problemas que tiene la ciudad
y encauzarlos en una dirección definitiva en los próximos cinco meses. Desde
que se conoce la elección de la persona para el puesto tan sólo he oído y sobre
todo leído loas y alabanzas hacia su persona, que bien podría entender en su
partido y en la gratificada prensa del régimen,
pero lo que no logro entender es que el PSOE de Ceuta, por boca de su
portavoz en el Ayuntamiento nos diga que es un “nombramiento acertado”, debe
ser esa nueva fase de entendimiento, comprensión y sumisión a la
que la deriva del partido les ha llevado y que ya señalaban los de Caballas,
porque si continuara el “Niño de papá”, digo el Sr. Carraco, supongo que la memoria le hubiera hecho opinar de muy distinta manera.
Dicen los mentideros de la corte del Alcalde Perpetuo que,
como un Marlon Brando cualquiera en su gran interpretación de “El Padrino”,
díjole a D. Nicolás “voy a hacerte una oferta que no podrás rechazar”, y ante
tal propuesta el Sr. Fernández no pudo negarse y tuvo que ceder a pesar de su “reticencia”
a volver a la vida pública y la de su partido a llamarlo. Pues debo ser el
único que recuerda su abrupta salida de la vida pública, al negarse a continuar
en el puesto de senador donde su organización lo quería y necesitaba, ya que el
partido no quiso complacerle con su deseo de ser diputado, donde continuó al que
ahora sustituye. La elección estaría motivada más por los defectos de sus
oponentes en la terna, que por sus virtudes para el cargo y, a pesar de la fuerte
oposición de una gran parte de la dirección del partido, se optó por ceder y
aceptar que fuera designado para el oficio, “sólo por seis meses” apuntillaron.
Aunque hasta alguno pensó en que para ese tiempo sería inmejorable el Sr. Moro,
dicen que tras observar el demudado rostro del Sr. Vivas, añadió, que era
broma.
Los elogiadores del Sr, Fernández aluden a su preparación
como si fuera el único factor necesario para detentar un cargo público como el
de delegado del gobierno o cualquier otro, sea público o privado. Y añaden la de su larga experiencia,
tanto en el Senado, como en las empresas municipales que permitirá su acceso a
cualquier institución “conoce a casi todos los que se sientan en la bancada
azul”, subrayaba un plumilla en todo un argot parlamentario. Puede que sea una ventaja el haber estudiado
con los jesuitas en ICADE, puede que le enseñaran todas las virtudes, las
teologales y las cardinales, pero parece que en estas últimas su
aprovechamiento académico no fue del todo correcto.
Ya en su primer discurso ha dejado bien claro cuál va a ser su
cometido: “mi labor será continuar con el
trabajo iniciado”, no esperen nuevas propuestas, nuevas actuaciones o nuevos planes,
el Sr. Fernández se limitará a proseguir con la tarea realizada por su predecesor,
no crean que porque piense que es lo mejor para la Ciudad, sino sencillamente
porque ni él, ni su partido tienen soluciones para nuestros problemas, así que
para lo que me queda en el Convento, ya saben. El Sr. Fernández seguirá
haciendo lo que ha hecho en su larga y glorioso carrera, nada. Si ahondan un
poco en los “logros” conseguidos por este senador, descubrirán que lo que Ceuta
ha conseguido, ha sido a su pesar.
Todavía
recuerdo aquella infamante moción
en el Senado en la que “se insta al Gobierno a la realización de una campaña de
comunicación que tenga por objetivo mejorar el conocimiento de la realidad de
las ciudades de Ceuta y Melilla” en febrero de 2003, tras las consabidas loas en la prensa del
movimiento, deberían leer el diario de sesiones para conocer lo que sus
compañeros de escaño opinaban. Sus cuatro negativas a aceptar la modificación
del REF, su voto en contra de ampliar la subvención al transporte de los canarios
al 50%, que podría haber facilitado su trasvase a los ceutíes mucho antes de
que los socialistas la implantaran; demuestran que
todas las actuaciones del senador Fernández solo tuvieron un interés, el
del Partido Popular, nunca su intervención en la vida política nacional
defendió los intereses de Ceuta.
Si pasamos a su actividad política local, poco positivo podemos obtener, aquel I Plan de
Barriadas que tantos problemas generó; el desdoblamiento de las Palmeras que acabó
costándonos el doble; la Manzana del Revellín, un agujero negro, que el TSJA
terminó por ratificar la ilegalidad de
la licencia que había firmado. Eso son algunos de los grandes éxitos del “candidato
preparado”, sólo por hablar de los más llamativos, que hicieron al Sr. Vivas
prescindir de él en su gobierno. Y si pasamos por su etapa en Procesa, poco se
puede salvar, ya escribía el otro día
que debía estar tan ocupado en su
nuevo cargo que se olvidó de colgar los formularios del plazo abierto para las
subvenciones de la empresa que le paga. Quizás deberíamos repasar de vez en cuando
las hemerotecas (aunque algunas tiendan a desparecer) para recordar quienes
somos, son nuestros hechos los que nos definen, no las palabras de quienes
quieren hacernos creer que el mundo es de color de rosa si lo domina quien le
paga.
En cuanto a su capacidad personal para relacionarse con los
demás a sus logros me remito, en poco tiempo consiguió poner en contra a toda
la oposición, sus insultos, sus desplantes y su soberbia, le granjearon la enemistad de
cualquier contrincante, dentro o fuera de su partido. Así que imaginen cómo
debe andar el Partido Popular para nombrar a su “mejor” opción como delegado
del gobierno.
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