domingo, 24 de septiembre de 2006

Un poquito de por favor, Señor Delegado

El Delegado del Gobierno manifestaba que no va a firmar el documento “Propuesta de actuaciones para la reactivación económica”, puede que tenga toda la razón del mundo, e incluso que muchas de las medidas a las que hace alusión sean “inasumibles” o que algunas pocas ya estén siendo estudiadas por el Gobierno que representa para llevarlas a cabo; pero lo que no me ha gustado es la forma en que se dirigía a los agentes sociales para indicárselo. Mas bien parecía el arrebato de un cansado político defendiéndose de los que “me han llamado mentiroso, traidor, prácticamente vago y maleante”, como si buscara una defensa numantina ante quienes pueden conseguir una victoria pírrica.

A primeros de marzo del año 2.004 defendía en un artículo la necesidad de un cambio de gobierno y argumentaba: “En primer lugar, porque creo en el diálogo y la negociación, nadie detenta la verdad y por ello deseo que se oigan y, sobre todo, escuchen a todos los que formamos parte de este país, que todas las opiniones puedan ser expresadas libremente y tenidas en cuenta”. Si algo me atrae de nuestro actual Presidente, el Señor Rodríguez Zapatero, es su capacidad de diálogo, su forma en que escuchaba cuando tuve la oportunidad de dialogar con él en su visita a Ceuta como Jefe de la Oposición, me permitió comprender que una de sus cualidades es la capacidad de escuchar a su interlocutor. De intentar comprender las ideas de quien le habla y acercar su postura para lograr un acuerdo, para sumar a su proyecto a todas los que pueda.

De ahí que crea que nuestro Presidente del Gobierno no esté muy de acuerdo cuando alguien, que se arroga su representación, que incluso llega a decir “Soy el Gobierno en esta Ciudad”, señale que “no puedo suscribir un documento que le pone tareas sólo al Gobierno central” argumentando que “al Gobierno de la nación solamente se le pueden poner tareas en el Congreso de los Diputados y en los debates parlamentarios, pero no en un documento que recoge toda una serie de inquietudes y problemas”. Negándose en rotundo a participar en la llamada “Mesa por la Economía”, donde se encuentran debatiendo las posibles soluciones a nuestra crisis económica sindicatos, empresarios y la Cámara de Comercio y, en la etapa anterior, hasta la propia Delegación del Gobierno se sentó a escuchar las propuestas de los agentes sociales.

Una actitud, la de nuestro Delegado del Gobierno, que dice bien poco de ese órgano al quien dice representar o, mas bien, ser, en una concepción muy decimonónica de las instituciones; un Gobierno que en cualquier otro lugar busca el diálogo y el acuerdo, parece ser que, según su representante, aquí en nuestra tierra no es posible la negociación, el debatir simples ideas para afrontar un futuro con garantías para nuestra ciudad, con propuestas apoyadas por todos los agentes sociales, eso es lo que ha venido a decirnos nuestro Delegado del Gobierno: que no va a compartir ninguna conversación con los agentes sociales para buscar soluciones a nuestra crisis económica.

No son las únicas declaraciones salidas de tono de nuestro Delegado del Gobierno, D. José Genaro García-Arreciado Batanero, recordemos sus desafortunadas opiniones sobre la cárcel de los Rosales, o sobre los medios que se han puesto para la Administración de Justicia, manifestaciones que parecen buscar más el enfrentamiento con los sindicatos que la coincidencia, en el representante de un Gobierno que busca más el diálogo que la confrontación. Menos mal que cuando llegó se definió como un “hombre de encuentro”.

Qué pronto ha finalizado ese buen talante con el que sorprendió a propios y extraños, cuando, en su toma de posesión en el edificio de la Plaza de los Reyes, cedía la palabra a nuestro Alcalde, miembro del partido opositor por excelencia al que él pertenece. Aunque quizás creía volver a su Huelva natal y pensaba que quien estaba frente a él no era el Sr. Vivas, sino D. Pedro Rodríguez, otro alcalde del Partido Popular y con quien tan grandes proyectos realizó, como el dejar fuera del Consejo de Administración del Puerto de Huelva al Grupo Municipal Socialista. Ahora sus palabras nos recuerdan más a aquel Jefe de Gabinete del Delegado anterior que decía cosas que nos suenan muy parecidas: “no vamos a aceptar intromisión en la actividad del Gobierno” o “somos el Gobierno de la nación, nosotros colaboramos con la gente, no pedimos”, que con aquella prepotencia que le caracterizaba intentaba zaherir a una asociación cultural de nuestra ciudad por criticar un proyecto del Gobierno.

Bien haría nuestro Delegado del Gobierno en cambiar de actitud, en sentarse a dialogar con los agentes sociales para demostrarles que muchas de sus propuestas no tienen fundamento económico o que otras se están desarrollando, aunque ello le suponga tener que estar en nuestra ciudad algún que otro ratito más. Ese es el mejor legado que podría dejarles a sus compañeros de partido.