domingo, 13 de diciembre de 2015

¿Vuelven los “cuneros”?



El Partido Popular de Ceuta ha elegido como candidato al Congreso por nuestra ciudad a un tal Sr. D. Juan Bravo Baena (quien no tiene nada que ver con nuestro D. Juan Bravo) , que hasta el día trece de noviembre pasado tenía como mérito ser el Delegado de Economía y Hacienda en nuestra localidad, cuando fue cesado por Orden Ministerial para acceder al cargo de “candidato a diputado” por nuestra localidad (así al menos es como se cataloga en el librito de caras).

En primer lugar indicar que el término “cunero” (con “n” de Navarra, no con “l” de Lugo) era el utilizado para denominar en la época de la Restauración (último cuarto del siglo XIX) a aquellos candidatos que el poder ejecutivo colocaba en los distritos rurales que controlaba, garantizándoles el escaño seguro sin tener que esforzarse mucho. Hay quienes indican que el término deriva de las llamadas “Casas Cunas”, donde eran acogidos los hijos ilegítimos, entendiéndose que tan ilegítimo es quien desconoce una circunscripción, como esos niños que eran amparados por esas instituciones.  

La fórmula ha sido utilizada por los grandes partidos nacionales, ya sean por los  llamados de la casta o por los supuestos renovadores de la política. Así el Partido Popular ha llenado las listas de “provincias” con candidatos en puestos seguros, igualmente lo ha realizado el Partido Socialista; pero lo más sorprendente ha sido la utilización de este método por el partido Podemos, adalid de la democracia interna (sobre todo en la ubicación de candidatos de Iglesias en Andalucía), que levanta más dudas sobre su real compromiso con lo que ellos han dado en llamar la “nueva política”, pero que no deja de utilizar las mismas  formas que los antiguos partidos a los que tanto denuncian. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en nuestra ciudad, donde una coalición se ha hecho con las riendas de este supuesto nuevo partido y lo controla, desplazando de su interior a quienes no comulgan con sus intereses o han  intentando, de una forma legítima,  dirigirlo. Ya saben aquello de “como somos mayoría, lo queremos de Almería”.

En el Partido Popular, la elección de su candidato, bueno más bien la decisión que ha tomado el Sr. Vivas sobre quién sería su candidato al Congreso, ha dejado trastocado a toda su militancia, se ha decidido por un desconocido de la sociedad ceutí, un “cunero” mallorquín, que aprovechando su paso por la ciudad en un puesto técnico-político ha medrado dentro de su pequeño círculo de amistades para ascender en la estructura de valor de nuestro Alcalde Perpetuo (ya saben esa de: vale más quién más le loa). Y ante la imperiosa necesidad del Sr. Bravo, actuó como el mejor de su corte de aduladores para poder optar a ese ansiado puesto de diputado. Un cargo que le permitirá seguir obteniendo un gran sueldo, que su familia permanezca en la ciudad y continuar con su carrera política en los “madriles”, donde otros hicieron grandes negocios y sobre todo obtuvieron una buena agenda que lograr abrir muchos consejos, digo puertas.

Indican del Sr. Bravo que es un gran profesional, con experiencia en gestión administrativa y que ha “sacrificado” su prometedora carrera en la AEAT al anteponer los intereses generales de los ceutíes, y ponerse a la entera disposición del Sr. Vivas para ser nombrado candidato a diputado.

Otra versión muy distinta es la que corre por los mentideros de la ciudad sobre ese reciente fervor patriótico del Sr. Bravo, esa desazón por el interés por defender los intereses de nuestra ciudad y los de los ceutíes. Excepto una delegada de la AEAT, el resto de los que han ostentado el cargo no ha durado más de cuatro años en ese puesto, de donde salen para retornar a cargos no tan apreciados como el que dejan (es que regresar a ese despacho de inspector de provincias es muy duro), con ese boato con el que se le trata en esta ciudad a quien detenta un puesto que debe estar al servicio de la ciudadanía, no del nombrado. Así que sabedor que su futuro no era muy halagüeño en la Hacienda Estatal y a través de ese reducido círculo de “virreyes” de la administración y unas pocas amistades autóctonas, conocedor de la brecha abierta entre el diputado Sr. Márquez y nuestro ínclito Alcalde, decidió dar ese paso, abandonando esas prebendas de su cargo y dando un paso firme y decidido en defensa de sus intereses.

Si analizamos cuál ha sido su papel en el cargo que hasta ahora ha desarrollado, poco bueno puede decirse de él. En cuanto a la Delegación de Hacienda, internamente sufre una gran desorganización, que este esmerado experto no ha podido solucionar; la falta de recursos y su incapacidad para gestionar los que tiene, ha sumido a la entidad en un descontrol que está provocando graves retrasos en las actuaciones de la AEAT, ocasionando un malestar general tanto en los funcionarios como en los contribuyentes y pérdidas a las arcas estatales.
Si pasamos a examinar la solución a los problemas que la Ciudad tiene con el Ministerio, nada ha hecho. Las mismas cuestiones que existían cuando llegó hace tres años y medio siguen existiendo, agravados por el paso del tiempo. Por no señalar todas las que ha abierto por ese afán recaudatorio que ha seguido a instancias de su jefe y que ha provocado enfrentamientos con bastantes colectivos. Por lo que podemos concluir que esa “gran gestión” de la que hablan es la misma que ha hecho el Sr. Vivas en el Ayuntamiento: quebrarlo. Pero todas estas “simplezas” no deben tenerse en cuenta, el Sr. Bravo es un gran profesional y la persona adecuada del Sr. Vivas para defender sus intereses en el Congreso.

Si supuestamente este “cunero” es lo único de que disponía el Partido Popular mal debe andar la cantera ¿o era el único suficientemente alabador para convencer al líder de su capacidad para representarlo?  Quizás de quien no se fía nuestro Perpetuo Alcalde es de su militancia, que empieza a estar ya harta de tanto fichaje galáctico.