domingo, 26 de marzo de 2017

Nos han robado el futuro.



El pasado 22 de marzo se presentaba en el Ateneo de Madrid el Informe sobre el Estado Social de la Nación 2017, un estudio que cada año viene realizando la Asociación estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales y que nos devuelve a la cruda realidad que padecemos en este país llamado España.

A lo largo de sus treinta densas páginas se desgranan un gran número de datos que demuestran con tal evidencia que la sociedad no ha salido de la crisis que da pavor, no los resultados que transmiten, sino la situación en la que nos han condenado a vivir las políticas aplicadas por unos gobiernos que han defendido más al 1% de la sociedad, que al 99% restante.

Frases tan contundentes como “el resultado es una sociedad que ha superado la emergencia social y se ha instalado en un nuevo escenario marcado por la precariedad y la falta de oportunidades de mejora. Hoy nos conformamos con sobrevivir, aunque sea en condiciones precarias”, demuestran que si el Gobierno dice que hemos salido de la crisis será para aquellos que forman parte de los receptores de sus políticas “austericidas”  porque la inmensa mayoría de las personas hemos quedado fuera de esa solución, olvidados por la imposición de unas medidas que sólo benefician a quienes la provocaron y nunca se vieron afectados por la misma.

La pobreza se ha convertido en un problema estructural, no sólo por el elevado número de personas a la que afecta, sino porque su cronificación, que hace casi imposible salir de ella; en España las estadísticas oficiales dan unos tres millones de personas pobres, pero el problema se convierte en dramático cuando el número de hogares sin ingresos se mantiene desde el año 2012 en unos 700.000, 1,3 millones de  personas a las que las supuestas mejoras de la economía alcanzadas por el país  ni les ha rozado. Escondemos esta pobreza en términos más correctos como “insolvencia alimentaria”, al indicar que no pueden realizar una comida de carne, pollo o pescado al menos tres veces por semana, cuando no es otra cosa que hambre.

El Gobierno del Partido popular nos  venderá que los datos de esta pobreza, que los agoreros queremos enfrentar a sus logros económicos, descienden año a año, pero las reducciones son tan mínimas que los ratios nos sitúan muy por encima de las tasas de pobreza que existían al inicio de la crisis. Para los pobres la crisis no ha terminado, se ha convertido en la situación con la que deberán enfrentarse el resto de su vida.

Estas situaciones de pobreza tienen una gran relación con el elevado desempleo, la precariedad laboral y los bajos salarios. Es muy alarmante que existan 8 millones de trabajadores que están por debajo del umbral de la pobreza, lo que confirma que los salarios provocados por la reforma laboral del Partido Popular, ni si quiera llegan para vivir dignamente, antes el “mileurista”  era el paria laboral, ahora se ha convertido en un privilegiado. A lo que hay que añadir la inseguridad que provoca los contratos temporales que atomizan el empleo existente.

Dentro del desempleo quienes están en peor situación son los desempleados de larga duración, más de un millón de personas se encuentran sin trabajo desde hace cuatro años o más, cuando antes de la crisis apenas eran 100.000, en su mayoría mayores de 45 años que se ven excluidos del mercado laboral y que provocan la desmotivación y la pérdida de competencias para el empleo y sobre todo un gran problema para alcanzar una jubilación digna.

Y el camino que llevan todas estas personas es acabar en la exclusión social, es decir que desde una situación de pobreza, como carencia de rentas y carencias materiales pero dentro del sistema y de la que es posible salir con medidas políticas y sociales, se cae en la exclusión social que implica la práctica imposibilidad de reintegrarlos en la sociedad, un modelo de sociedad que provoca la transmisión intergeneracional de la pobreza, la herencia que únicamente reciben los hijos de estas personas a las que hemos excluido es la pobreza de sus padres.

La movilidad social que el estado del bienestar introdujo en nuestra sociedad ha sido dinamitada por las nuevas teorías neoliberales que defienden única y exclusivamente a una mínima parte de la sociedad, y que provocan la desmotivación y la falta de expectativas del conjunto de la sociedad. Con un sistema fiscal que beneficia a los ricos, donde el 85% del esfuerzo fiscal recae sobre las familias, y que hace que hasta el mismo Montoro, uno de los perpetradores del mismo, no entienda que los grupos empresariales tributen a un 7%.

Pero la pobreza, la desigualdad social, la exclusión social, la precariedad laboral, la temporalidad,  los bajos salarios, el sistema fiscal débil e injusto, la demolición de los derechos sociales no son un castigo divino, responden a una política económica que beneficia únicamente al 1% de la población, existen otras políticas que permiten cambiar este rumbo.

El informe acaba con estas palabras: “Con la crisis perdimos empleo, vivienda, ahorros, protección social… Ahora, con su recuperación, nos han robado el futuro.” Sin embargo sé que puede no ser así, que no debe ser así, por eso no te dejes robar tu futuro, movilízate y lucha por él.

domingo, 19 de marzo de 2017

Vivas, ese sátrapa (y III)



Su proyecto faraónico de la Manzana del Revellín, un tribunal le declaró la licencia de obras ilegal, pero usted siguió impertérrito enterrando dinero en una obra que las "subidas" del hierro duplicaron su precio, y aún desconocemos qué cantidad aportó la empresa privada que se hizo con la mayor parte, ¿nada?

Podríamos continuar con el desdoblamiento de las Palmeras, que nos costó el doble de lo presupuestado y no ha servido para solucionar el problema del tráfico en la ciudad, porque nadie se dignó en pensar que a lo mejor realizar un estudio sobre la regulación del mismo era necesario antes de ponerse a hacer obras sin sentido, pero todo sea por el interés de las constructoras. 

Otro de sus supuestos grandes éxitos es el abastecimiento de agua las 24 horas del día, pero lo que no explica es cuánto le cuesta al ciudadano esa distribución. El agua no se suministraba las 24 horas no sólo por una cuestión de aprovisionamiento, “no teníamos agua” dice nuestro ínclito Alcalde, sino por una cuestión económica. La situación de las tuberías provocaba que las pérdidas fueran de hasta el 70%, y en vez de acudir a un plan que cambiara las tuberías, más caro a corto plazo pero mucho más rentable a medio y largo, nuestro apócrifo edil prefirió tirar el agua en una política totalmente populista que le reportaría beneficios políticos solo a él y únicamente a él, sin embargo sería la propia ACEMSA la que sufriría los perjuicios y así lo ha reconocido el Sr. Carreira. 

A día de hoy los responsables de la empresa calculan que las pérdidas pueden rondar el 50%, pero seguimos tirándola sin una planificación de la modernización de la red de abastecimiento. Agua que pagamos entre todos, porque la empresa desalinizadora cobra hasta la última gota, ¿verdad Sr. Carreira? (¡ah! que ya no es miembro de Cadagua, perdone usted mi olvido, que ahora, como antes, está en el Desgobierno del Sr. Vivas que le aprueba a la empresa el precio que nos cobra por el agua).

Su política de barriadas sólo consiste en maquillar los verdaderos problemas de los vecinos colocando losetas que no solucionan sus necesidades, siguen sin tener las mínimas infraestructuras que logren hacer de su barrio un lugar habitable; al menos ya oímos a algunos presidentes, que empiezan a quitarse la venda de los ojos , exigirle que ellos también son ceutíes. A pesar de que las Brigadas Verdes (algo inexplicable en cualquier ayuntamiento español) le diera cuartelillo con algunos de ellos, donde pudieran montar su propia red clientelar. 

Tampoco explican dónde van realmente los fondos de esas millonarias inversiones que dicen realizar en esos planes “quinquenales”, unos planes que huelen a la más rancia planificación soviética, que es como a nuestro inepto Alcalde le encanta organizar nuestra economía: dirigiéndola desde su Soviet Supremo de la Plaza de África, ya saben apoyando las actuaciones que cree que mejor defienden su interés y el de su Corte de los Milagros.

Su política cultural se mantuvo mientras hubo dinero, el todo gratis permitía llenar los espectáculos; pero nunca se dieron cuenta que si se ofrece una programación equilibrada entre calidad y popular puede conseguirse que no le cueste dinero al ciudadano el mantenimiento de la cultura, pero para eso hay que tener a alguien que piense a la cabeza de una concejalía que necesita conocimientos, no a una individua que firma los convenios con instituciones para que le paguen la encuadernación de su tesis doctoral. Por no hablar de su política de abandono de nuestro patrimonio (el último ejemplo el Castillo de San Amaro, o el olvido de la Sirena tras tirar el dinero en su rehabilitación), o si prefiere hablamos de la "cubrición" de la Basílica.

Su política social ha consistido en ceder a las asociaciones no lucrativas sus obligaciones como administración pública, ha desmantelado los servicios sociales que debería prestar nuestro Ayuntamiento. En vez de crear un tejido social municipal que cubra estas necesidades, ha preferido olvidarse de ellas y traspasarlas a estas asociaciones, a las que premia o castiga en función de lo que nuestro apócrifo Alcalde entiende por lealtad, con lo que ha creado  una red clientelar donde poder medrar con unos y otros para colocar a aquellos que pululan alrededor de esa Corte de los Milagros de la que se ha rodeado y que le nutren de votos sumisos y callados.

Su política deportiva se ha basado en mantener un equipo de fútbol en la cuarta categoría nacional para lavar su conciencia de mal directivo y peor tesorero, solución  que no ha fomentado el deporte de base ni ha servido para atraer el “turismo deportivo”, ahora lo intentan dándole una millonada al ejército para intentar aprovecharse de su historia. Seguimos sin tener unas infraestructuras que apoyen a nuestros deportistas; no tenemos pista de atletismo, pero sí, un centro ecuestre. Las instalaciones se caen, me decía un técnico, el problema no es hacer las instalaciones, el problema es que después dicen que no hay dinero para mantenerlas y se nos van cayendo las cosas a pedazos. El  ICD en vez de colaborar con el fomento de nuestro deporte se dedica a poner trabas a quienes tienen ideas y sobre todo ponen mucho trabajo, y prefieren confabularse con las federaciones de sus afines (hasta el presidente de la de fútbol fue candidato del Partido).

A fin de cuentas analice lo que analice, llego a la misma conclusión, lo que ha creado nuestro Alcalde Perpetuo no es una ciudad en la que puede cualquier ceutí pensar en crearse una vida, lo que nuestro inefable Alcalde ha creado es una red clientelar en la que mantener su poltrona, una Corte de Aduladores que le digan lo grandioso hombre de estado que es y recibir a cambio sus canonjías y prebendas, una Corte en la que ha entrado hasta la supuesta oposición, entendiéndose como leal oposición, pues ya saben quien está contra Vivas, está contra Ceuta, o al menos de “su” Ceuta.

El Sr. Vivas se ha creído el papel de “salvapatrias” que el condenado Moro le otorgó y  en esa funesta interpretación que ha realizado en estos dieciséis aciagos años ha tornado su interés personal, el de seguir en la poltrona, en el interés general que todos los ceutíes debemos tener, convirtiendo la mínima crítica en un ataque a Ceuta y sobre todo a España, argumentos que utilizan otros individuos que se han dedicado a saquear las arcas públicas aclamando a ese patriotismo malentendido de charanga y pandereta. Le ha dado igual las artimañas utilizadas para conseguir sus propósitos, por eso si alguna vez fue parte de la solución, cuestión que siempre dudé, ahora nuestro inepto Alcalde es el problema, sin proyecto, sin equipo y con la corrupción acechándole sólo le queda una salida, su marcha voluntaria, antes de que la obligatoria se lo imponga.

martes, 14 de marzo de 2017

Vivas, ese sátrapa (II)



Si intentan entresacar de tanta palabrería, con la que a lo largo de estos aletargadores dieciséis años nos ha ido embadurnando,  un plan, una idea, una luz que haya guiado las actuaciones que a lo largo de su estancia en el poder haya desarrollado nuestro Alcalde Perpetuo no encontrarán nada, absolutamente nada. No hay un proyecto de ciudad a la que nos quiera llevar, un objetivo marcado al que arribar, una estrategia que implementar. Detrás de toda esa charlatanería de feria sólo hay un interés: el suyo propio, que no le quieran engañar con el “interés general” con el que se llena la boca, lo único que pretende nuestro nefasto edil es continuar en la poltrona hasta que se jubile. Lo demás se la trae al pairo, como diría en su jerga marinera.


Y así no has llevado a las más altas cotas de endeudamiento, sin haber logrado poner unas vías de solución a nuestra economía y, lo que es peor, lo reconoce quedándose tan feliz, y sigue sin saber a dónde nos lleva; el número de desempleados se ha triplicado, y como solución nos dice que nos vayamos que somos muchos, que para eso sí que nos dan dinero; el personal dependiente del Ayuntamiento pasó de ser en el 2000 1.575 personas, a 2.553 en el 2011, una locura de crecimiento (62%) que no se respalda en la asunción de más competencias, sino en la política de nepotismo que aplica. 


Desde entonces, ante la imposibilidad de mantener financieramente tamaño dinosaurio, ha descendido hasta las 2.249 personas, a través de las jubilaciones porque no se atreve a aplicar una solución, unas reducciones que han provocado la disminución de personal en los servicios esenciales, como se puede comprobar en la policía local, los bomberos o los servicios sociales. Y todavía estamos esperando que se haga realidad la Relación de Puestos de Trabajo, para impedir que siga nombrando a dedo a quienes pueden poner trabas a sus tejes y manejes.


Como punto positivo remarca que se han ganado unos cinco mil asegurados a la seguridad social en esta siniestra etapa, pero lo que no dice nuestro inepto Alcalde es que entre el 2001 y el 2008 se consiguió aumentar el número en 4.495 afiliados, debido a la entrada en vigor de las bonificaciones en las cuotas sociales, y que en los otros ocho años sólo se ha crecido en 561 personas, que en este periodo se han perdido el 2,61% de los afiliados al régimen general y  que han pasado básicamente al  de autónomos y que el crecimiento se ha debido al sector de empleadas de hogar (un 264,08%). Lo que demuestra que no ha tenido ninguna política económica, pues a pesar de que la crisis no se incrustó en nuestra ciudad hasta el 2013, el crecimiento del empleo ha sido nulo desde el año 2008.Tampoco nos explica, nuestro incapaz edil, que si para el primer periodo en Melilla el crecimiento fue prácticamente el mismo (4.362), en el segundo (2009-2016) se elevó a 2.228 personas, casi cuatro veces más de lo que lo hizo en nuestra ciudad, lo que ha provocado que desde el año pasado nos supere en afiliación nuestra ciudad hermana. 


Mientras en Melilla el vetusto perito mercantil utiliza todos los medios a su alcance para lograr crear empleo, nuestro moderno economista sólo es capaz de encontrar un único nicho de mercado para contratar, tan sólo se encuentra acomodo en su Corte de los Milagros, recuerden aquel que contrataron como “engrasador”,  y aquellos que ceden a sus designios deben supeditarse a lo que un antiguo militante del partido denomina ”la obediencia debida”, o traducido a jerga vulgar: firma donde te diga.


Nuestro Alcalde Perpetuo ha conseguido que su política de pedigüeño nos haga más subvencionados, más dependientes del Estado sin tener una política alternativa que realmente nos dé un futuro, encima se enorgullece de que el Gobierno de Madrid nos da más dinero basándose en un malentendido sentido de la solidaridad; la solidaridad no es que a usted le mantengan esa Corte de los Milagros que es incapaz de generar una sola idea de futuro para Ceuta. 


Ante su ineptitud para crear riqueza,  ha preferido esquilmar los bolsillos de los ciudadanos incrementando los impuestos hasta el infinito, incluso inventando una recaudación ficticia para después recurrir a las Arcas del Estado como ha hecho con la gasolina, hundiendo el sector y provocando un alza en el producto. Su política de despilfarro ha condenado a la ciudad a una losa crediticia que los dos próximos consistorios deberán pagar, una deuda improductiva que sólo ha servido para aclamar sus aires de grandeza y darle negocio al sector bancario.


Sus grandes proyectos se han convertido en rotundos fracasos, sus soluciones empresariales solo consisten en mantener empresas públicas deficitarias, incapaz de colocar al frente de ellas a profesionales que logren dar un giro a su caída, se dedica a premiar con canonjías  a quien mejor le loa, creando una troupe de saltimbanquis. Acuicultura hubo que cerrarla a pesar de que este tipo de industria tiene uno de los mayores futuros empresariales, desde el bosquejo inicial todo se hizo mal, todavía estamos esperando que se asuman responsabilidades o al menos nos den alguna explicación a tamaño desastre. Igual camino llevará el Parque Marítimo, que ha pasado de planificarse como un gran centro de atracción turística a ser una piscina municipal con aires de familia y que las presiones del nuevo gran inquilino le ha obligado a destrozar la estética que el gran Cesar Manrique le dio a esa puerta colocando una pasarela, argumentando una política de accesibilidad, una política de accesibilidad que curiosamente condena a una niña a no asistir al colegio porque no tiene presupuesto para hacer una rampa de 50.000€, esas son sus prioridades o mejor habría que decir, ya sabemos qué intereses defiende.


Por no mentar a ese Puerto que su política ha llevado al ostracismo; un polígono industrial sin industrias, porque no son capaces de explotar las reglas de origen, ni por supuesto pelear con Madrid para que concreten y no nos tomen por piratas cada vez que intentamos exportar un producto a la Unión Europea; un comercio sin salida, porque su inutilidad no sabe qué hacer con los impuestos; ni es capaz de atraer el turismo peninsular porque no sabe negociar un contrato para cruzar el estrecho y mucho menos haber exigido una solución a nuestra frontera,  etcétera, etcétera, etcétera.

domingo, 12 de marzo de 2017

Vivas, ese sátrapa (I)



El 7 de febrero de 2001, rendidas y enfermas las huestes del GIL, el Partido Popular alcanzaba sus últimos objetivos y junto con el Partido Democrático y Social, el Partido Socialista Obrero Español y cinco tránsfugas del Grupo Independiente y Liberal, nuestro “pequeño, dulce y marinero” Sr. Vivas era alzado a la poltrona del Ayuntamiento saltándose la ley, lo que a partir de entonces se convirtió en una pauta para nuestro ínclito edil. 

Hace casi un mes que se acaban de cumplir dieciséis años de tan nefasta fecha, pero debido a la actualidad no ha sido posible ahondar en este período que, si algunos consideraban como la etapa más fructífera de nuestro período democrático, la historia la juzgará como la que ha hundido a nuestro pueblo en la mayor de las miserias.  La efeméride, otras veces aclamada a los cuatro vientos, ha pasado desapercibida este año, debido al sumo placer que siente nuestro inepto primer edil de rodearse de condenados, sancionados, expedientados o investigados, el llamado “Caso Loma Colmenar” ha sumado dos más a esa larga lista y no le ha dado tiempo a celebrarlo como debe, pero ya saben que el Sr. Vivas se ha enterado por la prensa, que él no sabía nada, que claro que oía rumores, incluso recibía en su despacho a personas que le ponían en antecedentes, pero él no es nadie para preguntarle a su Vicenconsejero de Vivienda de dónde sacó ese más que curioso patrimonio, prefería mirar hacia otro lado.

De esa moción de censura, en la que estuvieron implicadas las más altas esferas del Estado, quedan más cuestiones del lado obscuro, que de luz y taquígrafos que una democracia debería exigir: desde cómo se aceptó saltarse la ley, pues nuestro Estatuto deja bien claro quién puede ser elegido Alcalde y quién no puede serlo; hasta los acuerdos para que esas cinco personas aceptaran mudar de bando y sobre todo a cambio de qué se consiguió que Doña Aida Piedra Rubio, la única persona que podía hacer triunfar la moción de censura,  decidiese firmarla. Quizás nunca lo sepamos, a pesar de la rimbombante Ley de transparencia, pues ella misma hace posible cerrar el arcón de la información y lanzar la llave al fondo del estrecho.

Cuando se cumplía el primer cuatrienio, publicaba un artículo titulado Cuatro años de ¡Vivas! , transcurridos doce años más, sigue tan vivo como entonces (el artículo) en muchas de sus cuestiones, en las que ha quedado desfasado es porque la situación ha empeorado, la única razón por la que la ciudad no ha avanzado es por la falta de un proyecto a lo largo en este aciago período. Ni el Partido Popular, ni por supuesto este pequeño Napoleón que padecemos como Alcalde, saben qué quieren hacer con este pueblo.

Hacer balance de una larga etapa sin encontrar algo positivo es frustrante, quizás es que sea demasiado exigente o que sé que mi pueblo podría haber estado de otra forma muy distinta si se hubiera puesto mayor capacidad de trabajo, se hubiera invertido en proyectos productivos y sobre todo se hubieran puesto a las personas más adecuadas en cada momento. Pero nuestro ínclito Alcalde ha preferido rodearse mejor de una Corte de los Milagros que le adulara que de un equipo que contribuyera al desarrollo de nuestra ciudad.

Señala el Sr. Vivas que su mayor logro político es la “estabilidad”, y  se remonta, para intentar conseguir algo de “auctoritas”, a toda la democracia, indicando que antes que él, el caos y sin él, la ruina; en un burlesco intento de convertirse en líder in pectore de una ciudad que empieza a descubrir sus trucos de vulgar trilero. Y de la “potestas” ningún ejemplo ha dado saltándose el primero la ley.

Se hace creador de una “estabilidad política” basada en la continuidad en el cargo. Bien debería entender nuestro inefable Alcalde que comprar voluntades con el presupuesto municipal, no es generar estabilidad, sino un régimen caciquil en el que se ha mantenido a base de prebendas; una prolongación de su estatus que se acabará en cuanto vean que ya no pueden obtenerlas de este tahúr presupuestario. 

Se arroga una estabilidad institucional que ni siquiera sabe qué significa, el ser sumiso con su partido cuando gobierna en Madrid y condescendiente cuando lo hacen otros, no es darle una seguridad a la organización, tan sólo es colocar al Ayuntamiento de Ceuta como un títere, al que no se le supone ni objetivos ni por supuesto estrategias para  conseguirlos. La institución que dice presidir se merece mayor respeto, no se puede hoy apostar por una solución para nuestro Ayuntamiento y mañana la contraria porque su partido político ha decidido que no es el momento de llevarla a cabo cuando ellos gobiernan; si hubiera tenido un mínimo de dignidad y sobre todo una gran consideración por nuestro Ayuntamiento se hubiera marchado en cuanto sintió las primeras presiones de su partido. 

Y por último se apropia de una supuesta estabilidad financiera que tan sólo su ingeniería contable la hace realidad. Una institución que depende de que le tapen su agujero a través de transferencias cogidas con pinzas de leyes presupuestarias, de convenios con ministerios sujetos a la arbitrariedad del titular o de compensaciones de impuestos irrealmente hinchados, no tiene ningún equilibrio. Más aún, el desequilibrio financiero es mucho peor que el existente cuando se hizo cargo de las arcas municipales, la Burocracia que ha montado se lleva el 40% del presupuesto, prácticamente duplicándose el coste sin haberse asumido nuevos servicios; los impuestos que deben ser compensados por Madrid se han aumentado con la incorporación de los hidrocarburos. 

La estructura de recursos financieros que se ha inventado, en vez de sustentarla en el coste real de los servicios que presta a los ciudadanos, en los que se basa la financiación de los demás entes territoriales, ha preferido fundamentarla en unos hipotéticos ingresos que son compensados cuando no se cubren, que ha sido siempre por supuesto, lo que le permite aplicarlos en aquellos fines que mantienen a su Corte de los Milagros y no a los servicios ciudadanos, unos servicios que ha ido desmantelando a lo largo de su perniciosa etapa.