Quiere convencernos
nuestro Perpetuo Alcalde que la solución adoptada para “solventar” la Manzana
del Revellín, no sólo es la única posible, sino que aportará a la ciudad un
nuevo foco de desarrollo económico empresarial.
Como siempre hace nuestro
apócrifo Alcalde, la decisión que adopta nos la quiere vender como si fuera la
única posible y por supuesto, la mejor. Pero lo que oculta a todos los ceutíes
es que ni es la única, ni es la mejor y se supedita al acuerdo que entre los
desertores del GIL y el Partido Popular llegaron para que el Sr. Vivas asaltara
la alcaldía de nuestro pueblo saltándose la legalidad vigente. Que es lo que
hace siempre, “interpretar” a su gusto las leyes como si tuviera un doctorado
en interpretación del derecho por aquel Consejo Iberoamericano en Honor de la
Calidad Educativa, que ya “premió” a alguna que otra institución local y lo que
nos costó.
Nuestro ínclito Alcalde ha
dicho en infinidad de ocasiones que no acepta de nadie que le implique en un
pelotazo urbanístico o cualquier otra corruptela o especulación, como si antes
de que saliera el grano, anduviera poniendo la tirita; se hizo el indignado
ante la mera posibilidad, avergonzándose
de que sobre él alguien pudiera poner una mácula en su supuesta impoluta carrera
política; quien siga mis artículos sabe a
la perfección que ese expediente político no pasaría el mínimo examen y que más
que inmaculado, estaría lleno de amplios manchones, como los que nos caían en
los cuadernos con aquellos bocadillos de chorizo que nuestra madre nos daba
para merendar.
Como si nada hubiera
pasado, quiere convencernos nuestro ínclito Alcalde que el acuerdo con el banco
propietario de los locales de la Manzana del Revellín es “positivo para el
interés general”. Este individuo ha confundido en todo momento su amor por la
poltrona por el interés general. Este acto no puede mas que enmarcarse en el
acuerdo entre su primer vicepresidente, D. Jesús Simarro Marín miembro del GIL,
y el Partido Popular para que el Sr. Vivas accediera, saltándose la ley, a la
poltrona del Ayuntamiento, en esta felonía eran intocables la Manzana del
Revellín y el contrato con URBASER de la basura, además de otras “pequeñeces”
para los otros cuatro “desertores” del GIL (Ostalé, Piedra, Rosales y Torres)
quienes continuaron gobernando hasta el final de la legislatura en el gobierno
del Sr. Vivas.
Pero quizás sea muy
interesante descubrir cómo la empresa se hizo con unos terrenos municipales y
con unos edificios sin que se haya comprobado que realizara desembolso alguno
por los mismos, es decir que entre todos los ceutíes le hemos regalado los
terrenos y los edificios, todo para que el Sr. Vivas asaltara el sillón de la
Alcaldía y lo disfrute hasta la actualidad.
Hemos de remontarnos al
año 1989, cuando el Ayuntamiento
adjudica un contrato para construir y explotar varios aparcamientos
subterráneos por distintas zonas del municipio, entre ellas uno iría ubicado en los terrenos de la Manzana
del Revellín, obra que no se “inicia” hasta el año 2000, año en el que el
Gobierno del GIL decide la resolución del contrato por “interés general” (los
mismos argumentos que nuestro inefable Alcalde suele utilizar para sus felonías),
tras haberse cedido la explotación de una forma ilegal a una empresa recién
creada, La Manzana del Rebellín S.L.
El Pleno del Ayuntamiento del
5 de julio de 2000, gobernado por el GIL con el apoyo de la tránsfuga socialista Bermudez, decide resolver el contrato de la concesión de la explotación de los
aparcamientos y vender bajo subasta la parcela, por un valor resultante del
valor urbanístico y la indemnización a la empresa, a lo que se añadía para
“facilitar” la venta, la realización de la obra, entregando al municipio el 51%
del aprovechamiento de la parcela para usos culturales.
El uno de septiembre de
2000 se adjudica a “La Manzana del Rebellín S.L.” por la misma cantidad de
salida, 1.566.891.135 pesetas (9.417.200,02), casi la mitad de ese importe es
la “indemnización” por cancelar el contrato de los aparcamientos (784.929.981 pesetas, 4.717.521,51€). Según
el “malvado” Tribunal de Cuentas el expediente de adjudicación tenía tantas
irregularidades que cualquier gobierno posterior, si hubiera sido decente,
debería haber llevado su anulación al primer Pleno municipal que se convocara.
Pero nada se hizo.
En el 2001, el nuevo gobierno del Sr. Vivas y los desertores del GIL decide que, se va a realizar el proyecto
de Álvaro Siza, el Ayuntamiento va a llevar a cabo una serie de edificios
y equipamientos culturales distintos a
los del concurso en la parcela de la Manzana del Revellín, una parcela que ya
ha vendido a la empresa “La Manzana del Rebellín S.L.”. Unas “modificaciones”
que hacen que el Ayuntamiento de Ceuta deba “indemnizar” a la empresa
propietaria por 782.070.019 pesetas (4.700.332.80€), exactamente la parte que
faltaba para llegar al importe por el que se había adjudicado los terrenos
(bueno, 654.29€ más). Y dice el “malévolo” Tribunal de Cuentas: “En virtud de
la compensación de la indemnización, primero, y de la reducción del precio de
venta del solar, después, la empresa adquirente no efectuó ingreso alguno en la
Tesorería de la Ciudad”. Más sangrante es que encima se la haya devuelto
dinero a la empresa (188.009,81 €) por una supuesta reducción del IPSI a pagar al
ser menor el precio de venta de la parcela. Alucinante.
Tras el asalto a la
Alcaldía del Sr. Vivas, se volvió a retomar el proyecto de Siza para el Revellín,
pero nada se hizo sobre la propiedad de los terrenos y edificios, quedando en
manos de la empresa “La Manzana del Rebellín S.L.”, quien como ya argumentó el
Tribunal de Cuentas no pagó ni un duro por ella. La razón la tengo bien clara,
fue el acuerdo al que llegaron el Sr. Simarro y nuestro apócrifo Alcalde para
que este último detentara el poder municipal. De cómo se han financiado las
obras nada se sabe, nadie conoce cuál es la cantidad aportada por la empresa “La
Manzana del Rebellín S.L.” a la construcción del “Complejo”, es decir que si
nadie lo sabe debe ser porque es o nada o menos todavía.
El nuevo proyecto incluía
una zona comercial del 28.94% de la superficie (8.707,45m2), cuestión que fue
anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, y que tras varios
apaños el Pleno de 28 de junio de 2008 corregía dejando la superficie comercial
en 2.188 m2 (un 8.72% de la superficie construida), una vez descontados los
aparcamientos y desparecidos casi 5.000m2 de los que habla la sentencia
(30.084.95 m2 dice la sentencia y 25.105m2 dice el acuerdo, ¿Dónde
están los 4.979,95m2 desaparecidos?).
En el Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU) pendiente de aprobación, de tapadillo, el Sr. Vivas introdujo
un pequeño cambio, como si la terminología utilizada fuera lo de menos, y así
lo que está definido como equipamiento cultural y espacio público en el PGOU de
1992, queda “adscrito a la calificación de equipamiento genérico (17,61 ha),
con objeto de flexibilizar la implantación de aquellos sectores que
coyunturalmente se requieran” así dice textualmente, tamaña tropelía es lo que
vulgarmente se considera “pelotazo” urbanístico.
Ahora el supuesto acuerdo
entre el banco (que dice poseer la propiedad) le va a permitir que la zona
comercial se incremente un 185.33%, pasando de 2.188m2 a 6.243m2, de unos
edificios por los que la empresa que los vendió nada pagó por ellos, es decir
que el “pelotazo” es de escándalo, y no hace falta ni que lo cante Raphael ni
que lo argumente Carreira, esto es un expolio con todas las de la ley.
Ni puestos de trabajo, ni
actividad empresarial, ni gaitas, el acuerdo por el que se le da a la Manzana
del Revellín un mayor uso comercial no es mas que “legalizar” el acuerdo entre
Simarro y Vivas para que asaltaran el poder. Ni más ni menos, y para los
ceutíes es el expolio de su patrimonio, un plan para saquearnos que se inició
con el GIL y se cierra con el Partido Popular, o al menos de quienes lo dirigen
en la actualidad.
La única solución es decirles NO a su PGOU que sólo busca legalizar "pelotazos ubranísticos" como éste.
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