domingo, 25 de junio de 2017

En defensa de la autonomía



El pasado Pleno, el Desgobierno del Sr. Vivas presentaba una propuesta para que los grupos representados en el Ayuntamiento  prestaran “el apoyo al Gobierno de la Ciudad de Ceuta en relación a cuantas gestiones de orden político, legislativo y jurisdiccional pueda realizar en relación con la efectiva defensa de la Autonomía de la Ciudad”. Propuesta que tuvo el apoyo del Partido Popular y del Partido Socialista Obrero Español, nada raro, pues fueron ambos los perpetradores de la ley 1/1995 que dicen van a defender.



Señalaba en su exposición, el Vocero del Grupo Popular “que pocos se la han leído”  y que este supuesto  Estatuto le parecía bueno porque primero “incardina a Ceuta en el sistema constitucional”, segundo porque “señala el artículo en que se basa” (el 144) y tercero “porque define los elementos básicos que debe tener un estatuto de autonomía”: denominación, territorio, símbolos e instituciones. No vamos a entrar en la discusión sobre la denominación o sobre los símbolos, pero sí recordarle que en los borradores surgidos en nuestro pueblo y apoyados por el Pleno del Ayuntamiento, se incluía la Isla del Perejil, por lo que muchos podemos pensar que esa Ley 1/1995 no define el territorio de Ceuta, pero es más fácil ceder a los intereses de otros que defender los derechos de los ceutíes. Y en cuanto al artículo 144, tan sólo se utilizaron para Ceuta y Melilla.



Y remarcaba en el Pleno del Ayuntamiento el Sr. Carreira que esta ley remite “exclusivamente a la voluntad de este órgano la regulación de cómo funcionan sus instituciones de autogobierno, solamente a este órgano (el Pleno), ni siquiera el poder judicial lo puede decidir”. Debería el Sr. Vocero del Grupo Popular recordar que en España, aunque su partido no lo entienda y por ello poco lo practique, existe la división de poderes. El Legislativo nos dio esa Ley, el ejecutivo (el pleno) debe llevarla a cabo y el judicial es el que debe conocer si la puesta en práctica se ciñe a lo que dice la Ley o no. Y por ahora, los Tribunales (desde el Constitucional, hasta el Supremo, pasando por el Superior) le han indicado que su Corte de los Milagros no puede hacer lo que le dé la gana. Si la ley les impide, por ejemplo, que puedan nombrar miembros del Gobierno no electos, ustedes no pueden saltarse la ley, en todo caso deberían haberla cambiado.



Y acababa el Sr. Carreira su farragoso discurso indicando que la ley 1/1995 la  “queremos poner en valor y lo que reclamamos de ustedes es que cada vez que se cuestione este valor nos pongamos de acuerdo en cómo realzamos el valor de nuestro autogobierno”. Lo que el Desgobierno del Sr. Vivas desea es que los demás grupos del Consistorio asuman la interpretación que hacen de la misma, acudiendo a vías ilegales para subordinar la norma a sus deseos. Lo que quiere nuestro ínclito Alcalde es, tras el manto de la unanimidad, hacer de su capa un  sayo y que todos los concejales refrenden sus barrabasadas que sólo se encaminan a defender los intereses de su Corte de los Milagros.



Para exigir a los demás que defiendan esta ley 1/1995, lo primero que debería hacer nuestro apócrifo Alcalde es respetarla, tal como decía su Vocero pocos se la han leído y al Sr. Vivas debería recomendarle su atenta lectura, así evitaría denigrarla con sus actos.



Dos sencillos ejemplos del respeto que este individuo tiene por esta ley “suprema” de nuestra organización municipal, el primero de ellos cuando fue nombrado Alcalde; el segundo, el último atropello del que tengo conocimiento.



Dice el artículo decimoquinto de esa ley que tanto dice respetar:“El Presidente, que ostenta también la condición de Alcalde, será elegido por la Asamblea de Ceuta de entre sus miembros y nombrado por el Rey.

La elección, que tendrá que realizarse entre los miembros de la Asamblea de Ceuta que encabezaran alguna de las listas electorales que hayan obtenido escaño, se efectuará por mayoría absoluta. En caso de que ningún candidato obtenga dicha mayoría, quedará designado Presidente el que encabece la lista que hubiera obtenido mayor número de votos.”



En el año 2001, nuestro inefable Alcalde no encabezaba ninguna lista, ni ninguno de los cuatro que le antecedían renunciaron al acta de concejal, por lo que para poder ser elegido Alcalde convinieron en saltarse la ley, pues los cuatro anteriores votaron a favor de su nombramiento y bien claro dice que “encabezaran alguna de las listas electorales”. No todo vale en un estado de derecho, para luchar contra el GIL no era necesario saltarse la ley, tan sólo hacerla cumplir, los atajos no existen en democracia.



La última tropelía de estos autoproclamados paladines de la ley 1/1995 es del mes pasado, ya saben que como dos de sus concejales tuvieron que dimitir al ser detenidas por el Caso Emvicesa, se vio en la obligación de reformar su Desgobierno, nombrando a dos personas no electas y realizando cambios en cuanto a las áreas organizativas, creando la consejería de Presidencia y Relaciones Institucionales que anteriormente no existía. Pues por otro decreto, nuestro inepto Alcalde ha creado la Comisión de Presidencia y Relaciones Institucionales. Una comisión que según el artículo decimonoveno, punto segundo de la ley 1/1995: ”Para dictaminar asuntos concretos o para la preparación de los acuerdos del pleno de la Asamblea podrán constituirse comisiones en las que estarán representados todos los grupos políticos integrantes de la Asamblea de Ceuta, en los términos que se determinen en el Reglamento.”



Y el Reglamento en su artículo 34 “De la creación de las Comisiones. 1. El Pleno de la Asamblea, de acuerdo con el artículo 9 del Estatuto de Autonomía de Ceuta, podrá acordar la creación de Comisiones para dictaminar asuntos concretos o para la preparación de los acuerdos del Pleno”.



Una decisión que debe tomar el Pleno del Consistorio es decidida por nuestro incapaz Primer Edil en un nuevo ucase que señala la falta de respeto de este individuo por las leyes y sobre todo por la ley que debería ser la base donde se alzara nuestra organización política. A esta Corte de los Milagros lo único que le preocupa es poder seguir agarrada a la poltrona para seguir disfrutando de unas canonjías repartidas en función de las loas dadas al líder. La autonomía de Ceuta, su futuro y el desarrollo de la Ciudad se la trae al pairo.



Desde que asaltó el sillón de la Alcaldía, nuestro inepto Primer Edil sólo le ha movido perpetuarse en la poltrona, para ello ha utilizado todos los medios a su alcance y entre ellos la “reinterpretación” de la Ley 1/1995 a su antojo, a pesar de ello, los tribunales una y otra vez le han tirado abajo sus interesadas versiones, costándole a los ceutíes los constantes recursos que interpone para intentar salvar los muebles.



Nada extraño que tan pocos apoyos consiguiera para esta propuesta de “defensa de mi poltrona”, que únicamente busca amoldar la ley al interés de nuestro ínclito Primer  Edil para seguir haciendo lo que más le convenga el poco tiempo que le queda, pues si no se va, pronto lo echarán.

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