domingo, 8 de agosto de 2004

El Informe del Tribunal de Cuentas: XI Conclusiones

A lo largo de los artículos anteriores he intentado acercarles un resumen del Informe que el Tribunal de Cuentas ha realizado sobre el periodo 1998 a 2001, años en los que han gobernado durante un año y medio Jesús Fortes, otro año y medio Antonio Sampietro y casi un año Juan Vivas, para que pudieran obtener sus conclusiones sobre la gestión de cada uno de ellos.

Son demasiadas las anomalías encontradas por el Tribunal para que pasen desapercibidas, no sólo referidas a la etapa del Grupo Independiente Liberal (GIL) de las que sobresalen sus tropelías en los gastos de representación (el viaje a Argentina, la peregrinación a Santiago del Sr. De La Rubia o los 18 millones de pesetas que se gastaron los jefes de gabinete y secretarias de la Presidencia sin justificación documental) o su especulación con la Manzana del Revellín (de la que todavía hoy el Partido Popular sigue sin querer aclararnos las cosas), cuestiones que eran esperadas por el funcionamiento que tenía este supuesto partido político. Pero tampoco debe asustar mucho pues, si el Sr. Sampietro se gastó algo más de 38 millones de pesetas en el año 2000 en gastos de representación y protocolo, el Sr. Fortes hizo lo mismo con casi 37 millones en el año 1998, o incluso llegó a pagarle a El Pueblo de Ceuta casi dos millones de pesetas por publicar la conferencia que dio en Madrid el 31 de marzo de 1999.
 
Más preocupante es la situación de descontrol interno que sufre nuestro Ayuntamiento y digo sufre porque de las recomendaciones dadas por el Tribunal, a excepción de la contención de los gastos de representación, las demás siguen sin tomarse las soluciones que pongan fin a la caótica situación en que se encuentra, lo que demuestra que a pesar de que la problemática es antigua, en los casi tres años y medio que lleva en la poltrona de la Plaza de África, el Sr. Vivas no ha sido capaz de atajar los problemas con que se encontró, lo que empieza a demostrar que la imagen de gran gestor que nos vendieron, fue sólo eso, imagen.
 
El Ayuntamiento carece de una organización interna que permita utilizar con eficacia sus recursos, los distintos departamentos creados mezclan sus responsabilidades con las numerosas empresas municipales, empresas que podrían ser departamentos del propio consistorio o que deberían desaparecer por cuestiones técnicas (al hallarse en quiebra o casi) pero es práctica de nuestros políticos el crear una empresa cuando tienen un problema. El Sr. Vivas insiste en ello y para ello en el presupuesto del año 2001 asignaba presupuesto para la creación de doce sociedades mercantiles más, de las que ya ha visto la luz la empresa de Ora y Grúa. A día de hoy nuestro Alcalde sigue empeñado en crear nuevas empresas, a pesar de las recomendaciones del Tribunal de Cuentas, y ahora tiene en estudio la creación de una Sociedad de Servicios de Apoyo.
 
Pero los departamentos que deben realizar el control siguen sin tener el personal suficiente (los Servicios Jurídicos, los de Tributos o el de Intervención) vaya a ser que se pasen en su celo profesional. Si el Tribunal se quejaba de que los puestos decisivos de Intervención y Tesorería no estaban cubiertos por personal con los requisitos legalmente establecidos, ahora se une el de Secretario. Los tres son accidentales con lo que la independencia con la que deben actuar puede quedar limitada al ser nombrados a dedo y la posibilidad de ser destituidos si sus actuaciones no entran dentro de los planes de nuestro Alcalde. Incluso el Sr. Vivas se permite el lujo de retribuir ilegalmente al Interventor, pues la Ley de Haciendas Locales define la función interventora incluyendo el control de la gestión económica, no sólo de la corporación municipal, sino también de sus Organismos Autónomos y Sociedades Mercantiles y nuestro Alcalde ha aprobado una retribución de 60.000 Ptas. mensuales para el Interventor accidental por cada sociedad municipal.
 
Una vez conocido este incumplimiento ¿obligará el Sr. Vivas a devolver las cantidades incorrectamente percibidas por el Interventor accidental como hizo con el Sr. Iñiguez o le permitirá continuar con éstas ilegales prebendas?¿Continuará con las actuales designaciones a dedo u otorgará definitivamente las plazas a funcionarios con los requisitos que la Ley exige para que puedan tener la independencia que el control de los fondos públicos requiere?
 
Sigue sin realizarse la Relación de Puestos de Trabajo, cuestión a la que obliga la Ley además de ser una promesa electoral, lo que ha permitido al Sr. Vivas pasar de tener un 14,56% de personal no funcionario en el Ayuntamiento en el año 1998 a un 47,52% en el año 2001, dándose el mayor incremento de contrataciones de personal no funcionario en ese año con 508 personas, ahora achacan el retraso al Ministerio de turno. Al no estar definidos los puestos de trabajo del Ayuntamiento, le permite al Sr. Vivas contratar según sus deseos lo que induce, como denuncia el Tribunal de Cuentas, a no garantizar los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, vulnerándose el Convenio Colectivo del municipio. Con lo que se crea un aparente nexo entre trabajo y voto.
 
Hay que resaltar el posible problema que puede plantear el personal de las Sociedades mercantiles, pues en sus Convenios se incluyen cláusulas de que pasarán al Ayuntamiento en caso de cese o disolución de la empresa, si a ello se añade la falta de control en la selección de personal por parte del consistorio quien es el último responsable, estas empresas se transforman en una puerta trasera para convertirse en funcionario sin tener que realizar las exigentes pruebas de unas oposiciones. 
 
Además, como ya he señalado en otros artículos, la creación de las distintas cooperativas ha creado un problema de incertidumbre para el Ayuntamiento, pues ya ha recibido varias sentencias de la jurisdicción laboral condenando al consistorio a la readmisión de los despedidos de estas cooperativas, pues se puede considerar que tiene la responsabilidad subsidiaria y por tanto reconocerles sus derechos. Igual ocurre con el personal de los Planes de Empleo.
 
El grupo de empresas municipales es una constante sangría de recursos, que han supuesto al Ayuntamiento unas pérdidas de casi 10.000 millones de pesetas en los últimos cuatro años, pero lo preocupante es que si en el año 1998 perdían 1.417 millones, en el 2.001 pierden 3.783, un 267%, la tendencia de estas empresas a lo largo de los dos últimos años no ha mejorado y así en el año 2004 nos encontramos que el Ayuntamiento prevé transferir a sus sociedades un importe cercano a los 5.150 millones de pesetas. Si añadimos la deuda que tienen estas empresas 7.220 millones de pesetas al finalizar el año 2001, la situación financiera del Ayuntamiento debe superar con creces el famoso 25% de endeudamiento legalmente establecido, pero la utilización “contable” de estas sociedades permite diluir la deuda y evitar tener que pedir autorizaciones y sobre todo dar explicaciones.
 
En cuanto a las contrataciones que realiza el Ayuntamiento de obras y servicios deben evitarse la utilización de los procedimientos de urgencia, sobre todo cuando luego se tardan más de seis meses en otorgar el contrato o en ejecutar la obra o servicio que urgía, y sobre todo porque es una forma fácil de saltarse algunas normas de control. Es necesario que se supervisen los pliegos de condiciones y ejecuciones de obras para evitar que deban modificarse una vez otorgados los concursos, lo que conlleva el incremento del precio y de la duración (en la actualidad sigue ocurriendo lo mismo recuerden el caso de la desalinizadora que incrementó su precio más de un 55%; o los retrasos y modificaciones en el Desdoblamiento de las Palmeras o en el agujero negro de la Manzana del Revellín).
 
El Ayuntamiento debe realizar de una forma perentoria el desarrollo de una normativa para la entrega de subvenciones, a pesar de la moción de urgencia que presentó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aprobada por unanimidad y de la que nunca más se supo, sobre todo para que el ciudadano sepa como obtenerlas y que dejen de otorgarse de una forma subjetiva que puede inducir a beneficiar a grupos cercanos antes que al interés del municipio.
 
Nuestro Ayuntamiento necesita una buena reforma, pero para ello es necesario tener voluntad política para acometerla y nuestro Alcalde no parece tener la bastante para desterrar los vicios de nuestra corporación municipal, sino que nos está hundiendo cada vez más en ellos, endeudando a la Ciudad y sin dar soluciones que nos permitan ver un futuro de prosperidad para los ciudadanos.

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