domingo, 3 de diciembre de 2006

La incontinencia del Senador

El senador D. Pedro Gordillo se sinceraba ante las cámaras de Radio Televisión Ceuta (empresa municipal) en el programa 360 grados de Pablo Matés y, con el afán de protagonismo que siempre le ha acompañado, declaraba “¿Qué si sabíamos que antes había estado con la droga? Sí, si yo no lo niego”. Nuestro Senador se refería al anterior asesor del grupo municipal del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento, miembro del Consejo de Administración de Servicios Turísticos S.A.M., Secretario General de Nuevas Generaciones y miembro nato del Comité Ejecutivo del PP, Mohamed Rabeh Hamido Mohamed, alias “Güigüi”. Persona que, según nuestro Castelar particular, nunca tuvo un puesto “relevante” en el PP, menos mal.

No es extraño que una persona tan bien preparada como el Sr. Rabeh, licenciado en el arte de la logística, asumiera el cargo de asesor de un grupo parlamentario, que asumiera el cargo de consejero de una empresa municipal, e incluso se sentara con lo más granado de la cúpula del PP en su ejecutiva. Para nuestro Senador, la “compasión” cristiana estaba por encima de cualquier acto que el “Güigüi” hubiera realizado.

Ahora nos enteramos que ya lo sabían, entonces nuestro gran orador debería explicarnos por qué si sabiendo que tenía problemas con la droga y ,no precisamente de adicción, sino de distribución, no hicieran una pequeña comprobación de sus antecedentes, siendo en aquel momento Delegado del Gobierno el Sr. Moro, Jefe del Gabinete de la Delegación, D. Juan Vivas y asesora Dña. Elena Sánchez. No hubiera costado mucho esfuerzo el saber que tenía una causa pendiente con la justicia por narcotráfico, no por pasar medio kilito, no si no por pertenecer a una red de narcotráfico internacional a la que se le incautaron más de 700 kgs. de hachis. Cómo es que cuando fue detenido por el grupo de estupefacientes de la policía de la costa de sol en coordinación con el de Ceuta, dirigido por un familiar directo de un alto cargo del gobierno de D. Juan Vivas, nadie le dijera quién era el “Güigüi”, o que nadie conociera la condena de su padre por los mismos delitos, por lo visto también fue militante del PP.

Y si lo sabían, por qué nuestro Alcalde, D. Juan Vivas declaraba por esos días “no lo sabía el PP ni nadie porque, si lo hubiera sabido alguien, cuando se le nombró hubiera salido en contestación”. O Dña. Elena Sánchez señalara que era ”una situación de la que no existía conocimiento previo, ya que se trataba de un asunto personal por unos hechos que se produjeron hace seis años”. Momento en el que ambos se encontraban en la Delegación del Gobierno de quien depende la Policía Nacional que participó en la detención del Sr. Rabeh, o es que a lo mejor el Sr Moro sólo tenía los ojos y los oídos puestos en el Ceuta Center para que cayera todo el peso de la ley.

No es nada nuevo el que el PP lo sabía, pues como si no un candidato a la presidencia del partido iba a señalar que no habría personas condenadas por tráfico de drogas en su equipo, ¿una clara referencia al Güigüi o a quién si no? Pero para el Presidente del PP local, el partido le debe parecer la Legión, “cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior”, mientras defienda el interés del Sr. Gordillo para que vamos a mirar el historial, para qué vamos a saber si era un narcotraficante o tenía causas pendientes con la justicia, si nos presta su apoyo para qué vamos a analizar de dónde viene.

Muchas explicaciones debe dar el Presidente del PP a sus afiliados, a sus simpatizantes y sobre todo a los votantes, pues sabiendo que un narcotraficante se introducía en su partido, le permitió llegar hasta los cargos tan poco “relevantes” que asumió, cuáles eran los apoyos que esta persona le daba a la organización para que, con tan amplio currículo en derecho administrativo, sus habilidades en la redacción de mociones, informes o reglamentos, fuera nombrado asesor del Grupo Municipal. En política, la ética debe primar sobre la estética a la que nos tiene acostumbrado el Sr. Vivas, y si tanto presume de honradez, trasparencia y decencia, lo que debería hacer es explicarnos cómo estando condenado casi un año antes, nuestro Alcalde nombra al Sr. Rabeh Asesor del Grupo Municipal. Asesor de qué ¿o es que le llevaba el chocolate al despacho, Sr. Vivas?

Demasiadas lagunas en la parábola que nos cuenta el Hombre Pedro Gordillo, demasiada caridad cristiana, que no despejan las dudas de qué ayudas eran las prestadas por el Sr. Rabeh, y menos traerlo a colocación, a seis meses de las elecciones, por quien pretende ser el número dos de una lista electoral, cuando se intentó ocultar en aquellos días con grandes proyectos urbanísticos (Plan de Vivendas para la clase media, la reforma de la Plaza de los Reyes, etc.), ¿incontinencia verbal del Senador o un plan maquiavélico? Si con ello pretendía aparecer como un buen cristiano, da la sensación de ser un fariseo.

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