miércoles, 16 de febrero de 2005

La ejecutiva ejecutada

Nuestro pasado siempre nos persigue, por mucho que intentemos huir de él. Eso es lo que le ha ocurrido a la antigua concejala del Gobierno del Señor Juan Vivas y tránsfuga del Grupo Independiente Liberal, Doña Aída Piedra, quien creyendo que su completo “curriculum vitae” le permitiría acceder a un puesto ejecutivo lejos de nuestra ciudad, se presentó al puesto de directora del área de internacionalización de la empresa pública Sociedad para el Desarrollo de Cantabria (Sodercan), empresa que depende de la Consejería de Industria del Gobierno autonómico dirigido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Regionalista Cántabro (PRC).



Tan pulcro escribiría la Señora Piedra el expediente de su vida laboral que debió pasar por alto la sentencia que por acoso laboral falló el Tribunal de Justicia de Andalucía el pasado mes de julio, sentencia que hace responsable subsidiario al Ayuntamiento y que nos costará casi seis millones de pesetas; también debió olvidar en su biografía los detalles de su paso por la consejería de Turismo de nuestra ciudad, donde se le permitió realizar una política de turismo personal cuando la época de D. Antonio Sampietro con el GIL o en pago de lo que unos consideraron una traición y otros un alivio democrático, con el Señor Vivas.



El error en la selección no debe achacarse a la sociedad Sodercan, aunque sí habría que reprocharle una falta de celo en la comprobación de los datos y sobre todo una descoordinación dentro del PSOE, pues la candidata bien que pondría el cargo desempeñado en nuestra ciudad y las responsabilidades supuestamente asumidas; y con una llamada a la organización en nuestra ciudad, rápidamente se hubiera descubierto la personalidad de la aspirante. Aunque el verdadero culpable es la empresa consultora encargada del proceso de selección quién no fue capaz de valorar realmente la vida política de la seleccionada, por lo que hay que poner muy en duda la profesionalidad de la empresa.



Pero conocido el entuerto, rápidamente se pusieron en marcha las llamadas de aviso y como regalo de Reyes le llegaba a la Secretaria Regional del PSOE y Vicepresidenta del Gobierno Cántabro un extenso “curriculum vitae” sobre la postulante, lo que le permitió valorar con mayor conocimiento la validez para el puesto y corregir el error que la empresa consultora realizó al seleccionar a tan “brillante” ejecutiva. A la Señora Piedra se le pidió amablemente que abandonara el puesto, sino no pasaría el periodo de pruebas que todo contrato lleva y así evitar un nuevo “manchón” en su historial. Tan sólo le queda a Sodercan solicitar la devolución del importe pagado por tan nefasta selección a la consultora que la realizó.



Hay quienes por imaginar, desean ver la mano de un “bon vivant” y despechado en amores en esta “dimisión” y los celos de quien se ve engañado como razón de esta venganza, otorgándole unas posibilidades a quien ni tan siquiera puede defenderse a sí mismo y se encuentra olvidado por las tierras de Marbella, mas quisiera Don Antonio tener capacidad para vengarse. Queriendo buscar una venganza de amores, que literariamente puede quedar impecable pero que no tiene ninguna base documental, donde tan sólo hay la búsqueda de justicia por algún implicado, que ante tal atropello ha querido que la honestidad, virtud olvidada por políticos más cercanos, volviera a reinar en el mundo de la política. Hasta Asociaciones contra el acoso laboral se han movilizado para evitar que una acosadora pudiera entrar en la Administración Pública. Hay quien para informar, le gusta más imaginar que tener que afrontar una investigación y con remitirse al consabido “me han dicho”, “me han contado”, tienen bastante para lanzar, sin fundamento alguno, cualquier bulo que haga creer que es la persona mejor informada.

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