El agua es un recurso natural que no sólo es escaso en nuestra ciudad, sino en todo el mundo; los manantiales de Benzú y el Arroyo de las Bombas y las dos presas no son suficientes para abastecer las necesidades de agua corriente que necesita nuestro pueblo. A ello se ha unido la escasez de precipitaciones que ha obligado al gobierno municipal a tomar medidas para continuar con el abastecimiento las veinticuatro horas a los vecinos.
Un plan que consiste en la traída de agua desde la península en un buque aljibe, restringir el uso en riegos y baldeos, un seguimiento del consumo doméstico, la instalación de grupos sobrepresores y una campaña para concienciar al ciudadano. A ello se añade la reclamación de la instalación del quinto módulo de la desalinizadora, indicando que la planta sólo produce el 75% del agua que demanda la ciudad.
Entiendo que es necesario que tengamos un abastecimiento de agua las veinticuatro horas, pero lo que no comparto es que el agua, bien preciado y escaso, se tire. Según el Consejo Económico y Social (CES) el consumo en Ceuta en el año 2.003 ascendió a 4.623.475 metros cúbicos, sin embargo se distribuyeron 9.186.141 metros cúbicos, es decir se desperdiciaron un total de 4.562.666 metros cúbicos, para que no me llamen catastrofista, no diremos que la mitad del agua se pierde por las malas conducciones, sino sólo el 49,67%.
Además, según la misma fuente, el ceutí sí está responsabilizado con el consumo, pues en cinco años se ha reducido el consumo medio por abonado en un 15,57%, siendo el año pasado el de mayor ahorro un 7,33%. ¿Calculamos cuanto cuesta esos cuatro millones y medio de metros cúbicos perdidos? Pues si son la desalinizadora unos 450 millones de pesetas, que la empresa explotadora cobra religiosamente, ya pueden imaginarse de donde salen.
Si añadimos que según el contrato que tenía firmado el Ayuntamiento con la empresa Ferrovial Cadagua, ésta se comprometía a que con la construcción del cuarto módulo el caudal de abastecimiento sería de 7.800.000 metros cúbicos de agua al año; lo que supondría casi un 70% más de las necesidades de abastecimiento que tuvo la ciudad en el año 2.003, pero según la Concejala de Fomento la planta sólo produce el 75% del agua que demanda la ciudad, ¿no será del agua que tira la ciudad por su mala red de distribución? Y mira que la privatización de la desalinizadora nos costó dinero, ¿ahora resultará que con el cuarto módulo no se producen los casi ocho millones de metros cúbicos? Pues bien que el importe de las obras se incrementó un 55,58% sin justificación lógica alguna.
Según estos datos no veo razón alguna para solicitar el quinto módulo de la desalinizadora, a no ser que se quiera volver a dar un buen negocio a la empresa explotadora y bien podría explicarnos nuestro gobierno municipal esa concesión, pues aún con la producción realizada en el año 2003 por la planta (5.655.556 metros cúbicos) sobraría un millón de metros cúbicos para cubrir el consumo de nuestra ciudad.
El problema no es el consumo, el problema está en la red de distribución y lo que hay que exigir es que la red se modernice de forma inmediata, no podemos permitirnos el lujo de tirar la mitad del agua que se meten por las tuberías por decir que se cumple una promesa electoral y constándonos 450 millones de pesetas. Para esta modernización sí hay que pedir el apoyo y la solidaridad del Gobierno de la Nación, pues cualquier análisis mínimo de la ampliación de la producción de la desalinizadora se cae por su propio peso. Si hay que cortar el agua de doce de la noche a seis de la mañana se corta, porque aparte del bajo consumo existente, al menos ahorraremos la mitad al no perderse, no es a los ciudadanos a quienes deben pedir un consumo responsable, sino a los gestores que por no rectificar, prefieren seguir tirando el dinero de todos que el realizar una buena gestión, pero a eso de la mala gestión ya estamos acostumbrados.
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