domingo, 19 de septiembre de 2004

El mercado de Abastos

A principios de verano la Empresa Nacional Mercasa presentaba el Informe sobre nuestro Mercado Central. Esta empresa estatal es especialista en la modernización de los Mercados Minoristas Municipales, de los que dice son “una forma comercial que sigue teniendo un gran futuro en España”, para ello la sociedad tiene un Programa de Remodelación y Modernización de estos mercados, que debido a su éxito está exportando a otros países. Entre los últimos estudios realizados figura el de los cincuenta mercados de la Villa de Madrid.

Motivado por esa amplia experiencia, el Alcalde encargó a Mercasa los estudios de remodelación de los Mercados de Ceuta firmando el entonces Presidente de Procesa, Juan José Rosales, y el Presidente de Mercasa, Miguel Ramírez, un convenio de colaboración para el estudio de la viabilidad y la remodelación de los Mercados de Ceuta, allá por enero de 2003. Tras casi año y medio de profundos estudios tan sólo nos presentan el Informe sobre el Mercado Central de Abastos, del resto nada se sabe, debe ser esa la política del Sr. Vivas, al igual que en el Informe Inmark sobre el comercio en el que se despachaba con tres líneas el resto de zonas comerciales fuera del centro de la ciudad. Para el Alcalde todo lo que esté más allá del Puente del Cristo no existe.
 
El trabajo realizado por Mercasa sobre el Mercado Central de Abastos es excelente, sobre todo en la faceta que más conoce que es el funcionamiento de los Mercados Minoristas, aunque se encuentran pequeños detalles que pueden hacer pensar el uso de un estudio típico para los mercados y que sólo se hubiera copiado el manual de que dispone la empresa. La solución que aporta en cuanto a su conversión en un centro especializado con una oferta integral de productos de compra cotidiana en el centro de la ciudad es quizás la única solución factible para relanzar nuestra “Plaza”. Pero, como el propio estudio indica, es absolutamente necesario que los concesionarios acomoden su mentalidad y comportamiento a las exigencias de una distribución moderna, debiéndose reconvertirse en un centro comercial con personalidad y gestión propia. Ello significa que deben asumirse una serie de condiciones de política comercial, de servicios y gerencial por todos que suponga la creación de una verdadera estructura comercial. En su exposición indica que el Mercado debe centrarse en dos locomotoras la propia Sala de Mercado de productos frescos y un Supermercado, que complete la gama de productos de compra cotidiana en Alimentación Seca, Bebidas, Limpieza del Hogar y Aseo e Higiene Personal (supongo que se pensará en alguna de las enseñas nacionales que aún no están presente en nuestra Ciudad para poder abrir la competencia), así como la creación de un Área de Calidad con tiendas especializadas en productos ecológicos, de dietética, enología, etc.
 
La prestación de un adecuado nivel de servicios debe ser uno de los objetivos primordiales del nuevo Mercado (Oficina de Atención al Cliente, Consigna frigorífica y reparto de la compra a domicilio, Promociones y Ofertas Comerciales conjuntas, Ayudas al transporte, Tarjeta de Pago y admisión de tarjetas de crédito) puesto que cuanto mayor sea el valor añadido que se ofrece al cliente mayor capacidad de atracción tendrá, lo que permitiría un aumento de las ventas.
 
Donde ya empieza a fallar el Informe de Mercasa es a la hora de elegir una solución a la ubicación del Mercado. Ahí su propuesta en la parte libre de la manzana entre Jaudenes, Victori Gañalons y Gran Vía, no parece el lugar más idóneo, primero porque incumple el principal requisito que el propio estudio da y los comerciantes exigen: el aparcamiento; el nuevo edificio no llevaría subterráneo, con lo que la posibilidad de satisfacer ese deseo queda anulada. En segundo lugar, se reduce casi a la mitad la superficie comercial, pasando de 4.721 m2 a 2.494 m2, lo que conllevará una selección de los actuales concesionarios.
 
El Informe nos indica “la inadecuación de la estructura física y la oportunidad de liberar superficie ocupada al cauce del foso seco”, creía que la idea de rehabilitar el foso seco era del Grupo Independiente Liberal (GIL) ¿tan falto de proyectos anda el Partido Popular que debe asumir los del GIL?
 
En la actualidad el proyecto se encuentra parado, pero no por las exigencias de los concesionarios del Mercado, quienes no ven en el traslado a este nuevo edificio la solución a sus problemas, sino por la falta de financiación del mismo. El coste de la construcción se eleva a 9.610.750 euros (unos mil seiscientos millones de pesetas) a los que habría que añadir el valor de la expropiación de parte del solar más los costes que supondría el derribo y desalojo del antiguo (con los inquilinos de los locales comerciales del perímetro de la Plaza todavía no se ha negociado). La solución que planteaba el Sr. Vivas era que una empresa constructora asumiera el coste de la obra y se quedara con las plantas residenciales que irían en el edificio, pero para que el negocio resultara rentable era necesario construir dieciocho plantas (imagínense el impacto visual de tamaña mole en el centro de la ciudad, pero a los atentados urbanísticos ya estamos acostumbrándonos).
Nos encontramos una situación a la que nuestro Primer Edil no sabe darle una solución, ni se atreve a remodelar el actual edificio con un estudio que le dice que es un local ordinario y caduco, ni tiene capacidad financiera para construir el nuevo. Como viene siendo habitual en el Sr. Vivas, nos muestra su faceta de “gran gestor”, siendo incapaz de encontrar una opción viable, puesto que no quiero pensar que haya parado la búsqueda de una alternativa a nuestro Mercado ante la implantación de una gran superficie en nuestra ciudad.
 
 

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