Con unos diez minutos de retraso se iniciaba el solemne
acto de celebración del Día de la Autonomía de nuestra Ciudad. Allí había
acudido la flor y nata de nuestra sociedad encabezada por nuestro actual Alcalde
y su insigne invitado el Duque de Braganza y Jefe de la Casa Real de Portugal D.
Duarte de Braganza. Pero por lo visto no todos fueron, pues si las sillas
reservadas para el público estaban llenas, un tercio de la de invitados quedó
vacía. Fue curioso ver a los miembros de la Cofradía de Pescadores entre los
Hermanos Mayores de Cofradías y Hermandades, debe ser cuestión del protocolo eso
de unir cuestiones religiosas con económicas.
El presentador de la gala nos hizo una breve biografía del invitado de nuestro Alcalde, añadiendo que está emparentado con la familia real española, por lo que puede decirse que ésta está representada en este día. Curiosa forma de hacer presente a quien no lo desea. Si nuestro Rey ha declinado toda invitación que se le ha ofrecido para estar en nuestra tierra, no necesitamos que nuestro Alcalde se invente intermediarios para excusar su presencia. Ni está, ni se le espera.
Pero más grave aún es la
ausencia de las Instituciones de nuestro Estado, al parecer nuestro Alcalde ya
ha reconocido que no se ha invitado a nadie, nuestro Alcalde ha apostado por un
regreso nostálgico al pasado, a nuestra etapa de unión con Portugal, no sabemos
si en un deseo actual de retorno a esa Historia o en un intento de olvido de la
pérdida del poder central. Puesto que en la misma boda a la que asistió nuestro
primer Edil y donde ofreció al pretendiente al trono de Portugal y Brasil su
visita a nuestra ciudad, se encontraban todas y cada una de las personas que
ostentan los más altos cargos de nuestras Instituciones. ¿No era ese el momento
para haber mostrado el interés de nuestra Ciudad, como Institución del Estado,
en que alguna de esas personalidades nos acompañara en este Día? ¿O sólo era el
momento de invitar al aristócrata familiar del Rey? ¿O antepuso nuestro Alcalde
los intereses de su partido a los de nuestra Ciudad como es habitual en sus
actuaciones?
Nuestro Alcalde debería explicarnos cuáles han sido las razones
para que en este día, que nuestros políticos quieren imponerlo en nuestras
tradiciones como uno de los días grandes de nuestra Ciudad, no haya asistido
ningún miembro de las Instituciones de nuestro Estado, sustrayéndole a los
ceutíes la posibilidad de sentirse integrados en España. Excusas como la del año
electoral no hay quien se las crea, pues si en mayo podía invitar al
aristócrata, también podía haber realizado el esfuerzo para que nos visitara
algún representante oficial de nuestra España, pero ni una sola carta, llamada o
recado ha salido de nuestro Ayuntamiento hacia nuestras Instituciones Estatales.
El reconocimiento de que no se ha invitado a nadie es un grave fallo de
protocolo y la cuestión no se puede saldar con un simple “tirón de orejas”, como
le gusta hacer a nuestro Alcalde, su numerosa corte de asesores debe asumir las
responsabilidades políticas correspondientes y presentarle la dimisión, o ser
cesados de inmediato por si ineptitud para atender las cuestiones inherentes a
su cargo, si no sirven ni para llevar una agenda ¿qué favores les está pagando
nuestra primera autoridad a toda esa caterva que le rodea con cargo al
presupuesto municipal?
El Sr. Vivas ha hecho un uso partidista de la Ciudad,
anteponiendo los intereses de su partido a los de los ciudadanos, incluso
aprovechó el discurso oficial para explicarnos las supuestas bondades de su
política económica y social (haciendo hincapié en el comercio, ¿ahora hay que
exigir la frontera comercial?) e incluir la problemática inmigratoria ( como si
este año fuera el primero que tuviéramos este problema) y, sobre todo, imponer
unas líneas de diálogo a los partidos de la oposición en el desarrollo del nuevo
estatuto, después de decir (¿cínicamente?) que nadie está legitimado para
imponer sus pretensiones a los demás y nadie debe aceptar tales imposiciones, al
señalar que no significa, ni debe significar una duplicidad de funciones, la
asunción de competencias no deseadas y más gastos. ¿O sólo se refería con eso de
la imposición a quienes ya han empezado a mostrar las primeras ideas sobre el
nuevo Estatuto?
Bien haría nuestro Alcalde en dejar las confrontaciones con
el partido socialista si desea que nuestro pueblo avance, su política de
enfrentamiento sólo puede perjudicar a Ceuta y debe empezar a pensar en
construir nuestro futuro contando que, por ahora, en Madrid manda el Partido
Socialista Obrero Español.
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