martes, 31 de diciembre de 2002

2.002: Un año para la historia, no para el futuro.

El año se iniciaba con la entrada en vigor del euro, introducción que se nos aseguró no causaría mayores problemas que las de la adopción de una nueva forma de poner los precios, tras dos meses de convivencia con nuestra peseta, contribuyó a ahondar en uno de los principales problemas que soporta la economía española: la inflación.

En nuestra ciudad comenzábamos el año con la puesta en marcha de las cooperativas sociales en las que se transformaban los trabajadores de Procesa que se encontraban en una “situación de irregularidad jurídica” como los definía el propio Ayuntamiento. Seguíamos con la creación de la Mesa para el desarrollo de Ceuta, que nos dejaba como herencia un panfleto de incongruencias más cercano a las novelas de ciencia-ficción amadas por algún multicargo de nuestra ciudad, que a un documento serio y riguroso que aportara soluciones para salir de la crisis. Nos llegaba el Hipermercado, nos invadían el Perejil (aunque algunos todavía duden de la soberanía de la isla); se creaba la Plataforma contra la crisis económica y nos inundaban de ministros y altos cargos para explicarnos un plan de acción que nos llevará al país de las maravillas, aunque todavía esperamos al jefe del estado (en veintisiete años de reinado, ni cinco minutos para los norteafricanos, vaya agenda más prieta).

El escenario en que se encuentra la economía de Ceuta al finalizar este año 2002 es de incertidumbre, una indefinición que viene determinada por la falta de concreción en el modelo de desarrollo económico que nuestras autoridades desean para nuestra ciudad. Tras unos primeros pasos titubeantes en los que de una forma irresponsable se lanzaban globos sondas sobre la posibilidad de nuestra integración en la Unión Aduanera de la Unión Europea (se llegó a realizar un seminario sobre nuestra posible integración con la consiguiente pérdida de las ventajas económico fiscales) sin apenas profundizar en las consecuencias que dichas acciones pudieran tener sobre la posible paralización de inversiones en nuestro pueblo.

No es hasta finales de año, al darse el pistoletazo de salida para las elecciones municipales del año próximo, cuando nuestros responsables locales nos presentan un plan de acción a corto plazo basado en tres pilares principales: el puerto, el turismo y el desarrollo de una industria ligera con vocación exportadora; acompañado de una fuerte inyección de las inversiones del Estado (será par lavar la conciencia de abandono de tantos años). Plan que parece realizado con una rapidez inusitada como respuesta a la amenaza real de nuestro vecino tras la invasión de la Isla del Perejil, más que a un proyecto de futuro se refiere a actuaciones para salir del paso y que pueden provocar una reacción contraria a la esperada llevando a nuestra economía a un callejón sin salida.

Los principales defectos que se observan en este proyecto para el muy corto plazo (no olvidemos que el año que viene las urnas harán balance de este gobierno) es una cierta incongruencia entre el peso del desarrollo del puerto como zona industrial y de abastecimiento junto con la implantación de una industria transformadora ligera; y el de la atracción del turismo tanto cultural como ecológico ( o al menos eso se pretenden) cuando parece que la ampliación de la dársena de poniente hacia la playa Benítez supondrá el total exterminio ecológico de esta zona. ¿Cómo desarrollar un puerto para competir con el de Algeciras en cuestión de servicios y redes de distribución o con el de Gibraltar en cuanto a precios? Parece que estas inversiones llegan con más de quince años de retraso.

Igualmente existe una vaguedad absoluta en las denominadas Reglas de Origen (el propio Alcalde lo reconocía en su visita a Sevilla a primeros de este mes) que hace estéril cualquier planteamiento de desarrollo industrial sin conocer cuál es la definición de “producto de origen ceutí”; ¿cómo se puede realizar una inversión o ni siquiera un mínimo estudio de implantación si se desconoce si el producto que se obtendrá como resultado se considerará dentro de las normas de origen y por tanto susceptible de ser importado por la Unión Europea?

Así mismo, los constantes retrasos en el desarrollo del famoso Polígono Industrial por Procesa resaltan la falta de estructuración del proyecto en su conjunto, como también lo refleja la carencia de un estudio sobre las fuentes de energía de las que se surtirán estas posibles industrias (ya hemos padecido el funcionamiento de nuestra central eléctrica con aquellos apagones de noviembre) o el suministro de agua o la solución con las aguas residuales de estas industrias ( a lo mejor en Procesa creen que esto de las industrias transformadoras es meter las materias primas que se reciben en una caja y colocarles un sello de “made in Ceuta”). Tampoco existe un plan de formación profesional que facilite a las posibles empresas inversoras el personal cualificado que necesite para poner en marcha su negocio, pero claro cómo se van a realizar esos planes si no sabemos qué productos serán considerados “ceutíes”. Lo que viene a determinar la inexistencia de una política industrial, cuando se ha permitido la destrucción de las pocas industrias que estaban implantadas en nuestra ciudad. Procesa en vez de hacer lo que su denominación indica, sus técnicos la han convertido en una oficina burocrática de gestión de subvenciones donde más que la promoción de Ceuta con la creación de empresas y por lo tanto la generación de empleo se intenta agradar a agradar a los amigos con el encargo de estudios y más estudios que no aportan nada nuevo a nuestra situación, pero sí a algunos bolsillos; y sin embargo carecemos de una información estadística fidedigna que nos permita conocer cuál es la realidad de nuestra economía; sería necesario la creación de un Instituto de Estadística. No hay una Sociedad de Capital Riesgo (papel que debería asumir Procesa) para iniciar el desarrollo industrial de nuestra ciudad, facilitando la implantación de empresas con la aportación de una parte del capital de las sociedades.

El plan de “Dinamización del Turismo de la concejalía del ramo no explica cómo se producirá la atracción de ese turismo cultural, ecológico y de congresos y convenciones sin contar con las infraestructuras necesarias para llevarlo a cabo (por fin se reconoce que nuestro Parador necesitaba más que una manita de pintura) ni cuenta con una política que incentive acciones para captar ese turismo ( ahora se habla de regalar el billete del barco, cuando se supone que buscábamos un turismo de alto poder adquisitivo que es el que realiza este tipo de turismo, lo que incide en la falta de base de este plan) ni se cuenta con una persona capacitada para asumir un mínimo de responsabilidad en el desarrollo de este plan.

Nuestro puerto sigue sumido en un profundo sueño con el descenso de pasajeros y tráfico portuario, que se achacará a la crisis internacional provocada por los atentados del once de septiembre, pero difícil de creer cuando nuestro vecino de enfrente sigue incrementando sus volúmenes de trabajo, mientras aquí las inversiones para la mejora de nuestro puerto, que llegan con mas de quince años de retraso, tan sólo conseguirán destruir el entorno de la Playa de Benítez sin conocer un plan de negocio que nos indique que dichas inversiones son o no rentables a medio o largo plazo. Eso sí, a pesar de las llamadas mejoras en la estación marítima seguimos disfrutando de unos servicios tercermundistas y tengan cuidado con el arco de entrada.

Se ha echado en falta un proyecto de modernización de nuestro comercio, segundo sector en generación de empleo tras las Administraciones Públicas, tan sólo se hace hincapié en los intentos de ruptura del monopolio de la distribución comercial pero sin aportarse ideas que posibiliten la reconversión de nuestro comercio tradicional buscándoles nuevas salidas o facilitando su adaptación a usos más modernos.

En empleo, nuestras tasas de parados inscritos en el INEM se han elevado con relación al año anterior; nuestra economía es incapaz, en su estado actual, de crear los suficientes puestos de trabajo necesarios para cortar esta lacra y permitir el arraigo de nuestra población; los jóvenes al no poder optar al mercado de trabajo deben marcharse y como siempre los mejores preparados son los que primero se van. Las políticas de empleo de nuestro Ayuntamiento se centran en los planes de formación (talleres de empleo y escuelas taller) y en el apoyo al autoempleo (las famosas cooperativas con que iniciábamos el año) y ambas financiadas en un alto porcentaje por los fondos europeos. Y los Planes de Empleo, que el año próximo serán gestionados en su totalidad por nuestro consistorio y que más que dar una salida profesional buscan la prolongación de situaciones de dependencia y nepotismo que permitan la obtención de unos cuantos votos cautivos. Estas políticas son insuficientes para lograr la ruptura de la tendencia del crecimiento del paro. No existen acciones de control sobre la efectividad de los planes de formación lo que hace dudar sobre su capacidad como generadora de empleo.

A este proyecto que nuestro Alcalde, único que se lo cree, fundamentó en el puerto, el turismo y la industria ligera de transformación, hay que añadir la falta de equipo, nuestra primera autoridad es un gran profesional, pero con un único profesional no se puede sacar adelante un proyecto que necesita del esfuerzo de muchos y eso es lo que le falta.

El principal problema de nuestra economía es la dependencia de los presupuestos estatales o europeos, que son los que están inyectando dinero a nuestra sociedad, dinero que no está siendo utilizado de la forma correcta para hacer que nuestra ciudad converja con Europa y cada vez nos encontramos más alejados tanto de la media europea como de la española (desde el año 1996 hemos perdido 2,14 puntos con respecto a la media europea, los años del España va bien), parece como si los fondos de convergencia sirvieran para todo lo contrario. Menos mal que el año que viene hay elecciones y eso supone que los Presupuestos Generales del Estado vendrán cargados de dinero y eso nos permitirá respirar un año mas.

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