viernes, 25 de enero de 2002

Seguridad Jurídica.

En los últimos meses viene siendo habitual el oír a nuestros dirigentes políticos realizar comentarios sobre el futuro económico de nuestra ciudad. Comentarios que llevan aparejadas, mas que propuestas sobre el marco legal al que se desea llegar, meras hipótesis de trabajo que confunden y desalientan a cualquier posible inversor. A tanto ha llegado el asunto que nuestra Cámara de Comercio junto con la concejalía de economía y desempleo realizaron unas jornadas para analizar las posibles consecuencias de nuestra entrada en el marco aduanero de la Unión Europea, puesto que en el marco político se nos supone dentro, como el valor en nuestra antigua, pero ya empezada a llorar, mili.

Todavía no he oído, ni por supuesto leído, que de eso si queda constancia, ninguna propuesta seria que pueda permitirnos iniciar unas discusiones sobre los efectos que tendría sobre nuestra anquilosada economía local, y por tanto sobre todos nosotros, la toma de una decisión en un sentido u otro. Tan solo meras indicaciones sobre posibles estudios o sobre análisis de las posibles consecuencias. Esperemos que esta vez no se les pase y lleguemos al 2.010 sin haber tomado una determinación que al menos nos haga ver el inicio del final del túnel. Recordemos que hubo que ir deprisa y corriendo a renovar las famosas Reglas de Origen, pues cuando casi estaba vencido el plazo alguien hizo sonar la alarma y ,gracias a dios, no nos cerraron la puerta de Bruselas en las narices.

Recuerdo que en ese seminario sobre el Régimen aduanero un empresario, que ha realizado una fuerte inversión en nuestra ciudad creando unos puestos de trabajo, preguntaba al Jefe del Grupo de Coordinación de las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea, la posibilidad de convivencia de la Reglas de Origen con la plena integración y si era posible el mantenimiento de unos cupos para poder exportar en las condiciones actuales a la Unión Europea. La contestación fue clara, la Reglas de origen y la plena integración son incompatibles; en cuanto a los cupos, estos se aprueban en función de un histórico de importaciones realizadas por la Unión Europea, es decir que los cupos se establecerían en función de los productos que ahora se están exportando a la Unión Europea y sus series estadísticas. Si en el momento de negociarse la integración se han exportado 10 unidades, ésas serán las que figuren en los cupos, por lo que el proceso de expansión de una empresa recién creada, con su búsqueda de mercados, de clientes, se ve coartada por este límite temporal para poder generar un volumen de ventas capaz de hacer rentable el negocio.

El principal problema de estas conversaciones, jornadas, reflexiones o llámenlas como gusten, es la inseguridad jurídica que genera y que un posible inversor puede observar; si el gobierno municipal es el primero en crear esta rumorología, son pocos los inversores que se decidirán por invertir en un lugar donde se desconocen las reglas de juego a aplicar en su corto plazo. Las inversiones productivas no se hacen de un día para otro, sino para largos periodos de tiempo que permitan recuperar el capital arriesgado, el desconocimiento de sí existirá un régimen u otro solo provoca desconcierto en el inversor. Si a ello añadimos la falta de infraestructuras, de personal cualificado, de vida cultural, etc. Mal panorama es el que se ofrece, aunque ahora vayamos a venderlo a Miami (léase “maiami” y queda superguay de “pihippy”, que es lo que se lleva ahora) .

No es que desee que nuestra economía se quede estancada en la situación de encefalograma plano en que se encuentra, viviendo de los presupuestos del estado y de las subvenciones de los fondos estructurales, como vulgar sopa boba y que algún día se acabará, sino que el dinamismo debe surgir en primer lugar de nuestra clase política, asumiendo que tan sólo ella puede provocar un cambio en nuestras estructuras enfocado hacia la construcción de una sociedad generadora de una mayor riqueza que poder repartir entre los conciudadanos. Si se desea cambiar nuestro régimen fiscal y aduanero, hágase, pero con la celeridad necesaria para evitar que las deliberaciones se alarguen provocando que más que un estado de derecho nos convirtamos en una república bananera donde la mordida es lo único que funciona. Y adquieran el compromiso de llegar a un acuerdo con todos los agentes sociales implicados y los partidos políticos, es la forma de que sea aceptado y asumido por todos.

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