La cuestión de la llamada “descarbonización”, es decir el abandono de los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas,…) altamente contaminantes y su sustitución por energías limpias (eólica, solar, hidrógeno,…), que evitan la emisión de dióxido de carbono principal causante del efecto invernadero y el calentamiento global; pues esta deseada “decarbonización” es otro de esos asuntos a los que nuestros cortoplacistas gobernantes han soslayado desde el siglo pasado, evitando tomar una decisión presionados por los intereses de las energéticas con las que han compartido mullidos y remunerados sillones en los consejos de administración.
Ahora, empujados por el olor de los Fondos “Next Generation” de la Unión Europea, nuestras autoridades se lanzan a la conversión ecologista como vulgares Saulos, no por un convencimiento de la imperiosa necesidad de parar el calentamiento global, sino para evitar ser desplazados de los entresijos del poder, manteniendo los intereses de los grupos que en la actualidad controlan nuestra sociedad, el “cambiarlo todo para que nada cambie” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
En nuestra dulce, pequeña y marinera Ceuta, la cuestión energética podríamos dividirla en dos partes, por un lado, el aislamiento de las redes de distribución que pasan a nuestro alrededor y por otro, la generación que se realiza en nuestra ciudad.
El aislamiento eléctrico de Ceuta se ha producido por la falta de voluntad política de los distintos gobiernos nacionales, tanto del PP, como del PSOE, quienes han supeditado los intereses de los ceutíes a sus intereses partidarios. Primero cediendo a las presiones de nuestro vecino, para impedir que alguno de los cables submarinos que unen ambos países (el primero se puso en servicio en 1998) tuviera un ramal, submarino o terrestre, que enlazara con nuestra ciudad. Y segundo, retrasando, una y otra vez, la puesta en marcha del enlace directo, a través de decisiones políticas tomadas por los distintos gobiernos nacionales, ya fueran del PP o del PSOE. No debemos olvidar que la empresa Red Eléctrica Española S.A. (REE) es una sociedad en la que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es el accionista mayoritario y suele ser usada por PP o PSOE como puerta giratoria en los que se recibe un sueldo de más de medio millón de euros como Presidente, y en su consejo han pasado “personalidades” como Ángeles Amador, Miguel Boyer, José Folgado o que ahora preside la ex ministra socialista Beatriz Corredor, quienes deben seguir las órdenes del gobierno de turno si desean seguir paciendo, cuestión a la que el Sr. Sevilla se negó y fue fulminado por el rayo represor de nuestro socialista presidente Sr. Sánchez, una víctima del sueño verde social-comunista, que tan solo espera recibir prebendas del mercado, no una transición hacia una economía verde.
En cuanto a la generación de energía local, se realiza a través de la empresa estatal italiana, ENEL, sociedad propietaria de la empresa ENDESA; que tampoco debemos olvidar era una empresa estatal, donde se aglutinaran la inmensa mayoría de eléctricas del país y que fue vendida en 2007 (Gobierno del socialista Rodríguez Zapatero) a la oferta presentada por Acciona y ENEL (Ente nazionale per l'energia elettrica, empresa perteneciente al Ministerio de Economía y Finanzas italiano), quedándose esta última con la participación de la española en 2009.
Esta participación hace que, a ENDESA, los intereses de Ceuta, de los ceutíes y del consumidor se la traiga al pairo, como así ha demostrado con la falta de inversiones realizadas en la planta diésel de nuestra ciudad a lo largo de los últimos decenios o con el abandono del proyecto de “descarbonización” que pensaba realizar en Ceuta.
En octubre de 2020, la empresa energética presentaba un ambicioso proyecto para realizar unas inversiones medioambientales con los fondos de la Unión Europea denominados Next Generation. El montante total ascendía a 19.000 millones de euros, de los que 16.000 podrían participar de esta fuente de financiación que van a ser los fondos europeos. El argumento primordial que plantea la empresa para convencer al Gobierno de España y a la Unión es la trasformación de las Islas tanto Canarias como Baleares, como de las ciudades de Ceuta y Melilla hacia energías renovables, adelantando la descarbonización al año 2040. El proyecto consiste en producir hidrógeno mediante electrolisis con materias primas renovables, almacenándolo en tanques y utilizarlo en centrales nuevas o adaptadas a este nuevo combustible, sustituyendo a las instalaciones muy contaminantes como la central de diésel de Ceuta.
Sin embargo, Endesa, que controla casi la totalidad del mercado en las islas y sin casi en Ceuta y Melilla, donde padecemos los constantes cortes de suministro, decidió, a finales del mes pasado, que nuestra ciudad no era una de las elegidas para entrar dentro de sus proyectos de pacto verde presentado al Ministerio de Transición Ecológica, donde sí se han incluido dos para Canarias, uno para Baleares y otro en Melilla. El de nuestra ciudad, único excluido de ese proyecto de “descarbonizacón” extrapeninsular, ha sido abandonado sin ningún tipo de explicación por la empresa energética.
En el documento enviado a la Dirección General de Fondos Europeos del gobierno de España por el Desgobierno del Sr. Vivas, se concluye que este proyecto de una planta de hidrógeno era uno de los pocos que podían considerarse locomotoras y que, al menos, se tenía un cierto acuerdo con la empresa, dado que uno no incluye la transformación de la central térmica, sobre todo cuando no es tuya. Pero el acuerdo debió de ser como las promesas de nuestro ínclito Alcalde, puro humo.
Por su parte, la “oculta” Delegación del Gobierno de España en Ceuta se reunía, con gran bombo, con una representación de la filial italiana, “para tratar la puesta en marcha en nuestra ciudad de proyectos destinados a la producción de energías alternativas no contaminantes”, comprometiéndose ante el Ministerio a realizar “las gestiones necesarias que posibiliten a Endesa la mejora de la Red de generación y distribución de electricidad”. En una reunión en la que se habla de continuar con la central como hasta ahora más allá del 2030.
Uno no sale de su asombro, al comprobar que la máxima autoridad del Gobierno de España, ni ninguno de sus afamados asesores, se ha enterado (o han preferido no saberlo) que la filial española de ENEL ha abandonado el proyecto de “descarbonización” en nuestra ciudad y no solo no le piden explicaciones, sino que le van a facilitar continuar contaminando como hasta ahora, con los mismos cortes de suministro, la misma explotación con diésel y el mismo abandono de la central. Todo sea por la poltrona, se enfade Pedro y los eche como a Sevilla, tonterías las justas.
Ni el Desgobierno del Sr. Vivas, ni la críptica Delegación del Gobierno han sabido exigir al Gobierno de España el desarrollo urgente del cable de interconexión (del que las autoridades ya llevan su puesta en marcha más allá de 2030), una conexión imprescindible para nuestro desarrollo, pero tampoco han sabido poner en marcha proyectos de energía no contaminantes que dieran una alternativa al mercado monopolístico existente en Ceuta, por no hablar de exigir a ENDESA un mínimo de calidad en el servicio. Alternativas existen, voluntades políticas, no.
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