domingo, 7 de febrero de 2021

20 años de ¡Viva Vivas!

 



El 7 de febrero de 2001 rendidas y enfermas las huestes del GIL, el Partido Popular alcanzaba sus últimos objetivos y junto con el Partido Democrático y Social, el Partido Socialista Obrero Español y cinco tránsfugas del Grupo Independiente y Liberal, nuestro “pequeño, dulce y marinero” Sr. Vivas era alzado a la poltrona del Ayuntamiento vilipendiando el estatuto, lo que a partir de entonces se ha convertido en una pauta para nuestro ínclito edil.

De esa moción de censura, en la que estuvieron implicadas las más altas esferas del Estado, quedan muchas cuestiones por aclarar: desde cómo se aceptó saltarse la ley, hasta los acuerdos para que esas cinco personas aceptaran mudar de bando y sobre todo a cambio de qué se consiguió que Doña Aida Piedra Rubio, la única persona que podía hacer triunfar la moción de censura, decidiese firmarla. 


 

Realizar un balance sin encontrar grandes logros y sí numerosas chapuzas y sobre todo fracasos, muestra la falta de capacidad de nuestro ínclito Alcalde para gestionar lo público, entendiéndolo como su cortijo donde actuar a su libre albedrío sin tener que rendir cuentas a nadie, ni siquiera a la justicia, de la que reinterpreta las sentencias una y otra vez. 

 

En el plano político, el Sr. Vivas alardeaba de “estabilidad” y se remontaba, para intentar conseguir algo de “auctoritas”, a toda la democracia, indicando que antes que él, el caos y sin él, la ruina; en un burlesco intento de convertirse en líder in pectore de una ciudad que ha descubierto sus trucos de vulgar trilero. Y de la “potestas” ningún ejemplo puede dar quien para ocupar la Alcaldía se salta la ley.


 

Se sintió creador de una “estabilidad política” basada en la continuidad en el cargo. Bien debería entender nuestro inefable Alcalde que comprar voluntades con el presupuesto municipal, no es generar estabilidad, sino un régimen caciquil en el que se ha mantenido a base de prebendas; una prolongación de su estatus que se acabará en cuanto vean que ya no pueden obtenerlas de este tahúr presupuestario.

Se arroga una estabilidad institucional que ni siquiera sabe qué significa, el ser sumiso con su partido cuando gobierna en Madrid y condescendiente cuando lo hacen otros, no es darle una seguridad a la organización, tan sólo es colocar al Ayuntamiento de Ceuta como un títere, al que no se le supone ni objetivos ni estrategias para conseguirlos. La institución que dice presidir se merece mayor respeto, no se puede hoy apostar por una solución para nuestro Ayuntamiento y mañana la contraria porque su partido político ha decidido que no es el momento de llevarla a cabo cuando ellos gobiernan; si hubiera tenido un mínimo de dignidad y sobre todo una gran consideración por nuestro Ayuntamiento se hubiera marchado en cuanto le dieron las primeras negativas en su partido, pero la poltrona es demasiado mullida. 



 

Y por último se apropia de una supuesta estabilidad financiera que tan sólo su ingeniería contable la hace realidad. Una institución que depende de que le tapen su agujero negro a través de transferencias cogidas con pinzas de leyes presupuestarias, de convenios con ministerios sujetos a la arbitrariedad del titular o de compensaciones de impuestos irrealmente hinchados, no tiene ningún equilibrio.

Nunca ha tenido un modelo económico en el que sustentar el desarrollo de Ceuta, sus constantes bandazos han provocado la mayor crisis que se recuerde, anterior al cierre de la frontera, y que la pandemia puede darle la puntilla si continuamos sin un proyecto serio para la ciudad. Esa crisis de veinte años ha creado una grave brecha social, entre aquellos que lo tienen todo (empleo, vivienda, bienestar, …) y los condenados por el Sr. Vivas a no tener nada. La COVID19 hará que este último grupo sea casi el 60% de la población, puesto que a nuestro Primer Edil el futuro de Ceuta siempre se la ha traído al pairo.



 

A fin de cuentas analice lo que  se analice, se llega a la misma conclusión, lo que ha creado nuestro Alcalde Perpetuo no es una ciudad en la que cualquier ceutí puede pensar en crearse una vida, lo que nuestro inefable Alcalde ha montado es una red clientelar con la que mantener su poltrona, una Corte de Aduladores que le digan lo grandioso hombre de estado que es y otorgarle sus canonjías y prebendas, una Corte en la que ha entrado hasta la supuesta oposición, entendiéndose como “leal” oposición, pues ya saben quién está contra Vivas, está contra Ceuta, mas bien, de “su” Ceuta.

Su incapacidad para crear un proyecto de futuro ha provocado el ascenso de la extrema derecha en nuestra ciudad, como su antecesor le puso una alfombra roja al GIL, él se la ha puesto a VOX, que ha tenido un éxito fulgurante entre los votantes del Partido Popular.


 

El Sr. Vivas se ha creído en un papel de salvapatrias que el condenado L.V.M. le otorgó y, en esa funesta interpretación que ha realizado en estos veinte aciagos años, ha tornado su interés personal, el de seguir en la poltrona, en el interés general al que todos los ceutíes debemos someternos, convirtiendo la mínima crítica a su nefasta gestión en un ataque a Ceuta y sobre todo a España, argumentos que utilizan otros individuos que se han dedicado a saquear las arcas públicas aclamando a ese patriotismo malentendido de charanga y pandereta. Le ha dado igual las artimañas utilizadas para conseguir sus propósitos, por eso, si alguna vez fue parte de la solución, cuestión que siempre dudé, ahora nuestro inepto Alcalde es el problema, sin proyecto, sin equipo y con la corrupción acechándole sólo le queda una salida, su marcha voluntaria, antes de que le obliguen.

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