domingo, 9 de junio de 2019

Construcción: S.O.S.


Si en alguno de los sectores económicos se demuestra la desidia y la inacción con la que ha actuado el Desgobierno del Sr. Vivas a lo largo de sus funestas dos décadas en la poltrona del Ayuntamiento ese es el de la Construcción.  La falta de un proyecto de ciudad ha permitido que se antepusieran los intereses personales de nuestro ínclito Alcalde para continuar en la poltrona, que el desarrollo de nuestra ciudad, dos claros ejemplos: la falta de un Plan General de Ordenación Urbana y la entrega a una multinacional agraria de las mayores inversiones a realizar en  Ceuta en los últimos años, ambos hechos motivados por su conocida ineptitud para gestionar la cosa pública.

La falta del nuevo PGOU se trasmite con virulencia a la actividad constructiva, cuestión que podemos comprobar en primer lugar con las viviendas construidas en nuestra ciudad, según los datos del Ministerio de Fomento, entre 2001 y 2018 se han finalizado en nuestra ciudad un total de 3.654 viviendas, una media de 203 viviendas por año, pero si observamos el cuadro en los últimos cinco años las viviendas finalizadas no alcanzan las 100 (a una media de menos de 20 al año). Mientras en Melilla en estos 18 años se han finalizado 8.760, de las que 2.081 corresponden a los últimos cinco años.
 


En cuanto a la vivienda protegida, en Ceuta en ese periodo se han calificado 1.309, por 958 de Melilla. En total las viviendas construidas en Ceuta ascienden a 4.963, en Melilla a 9.718, casi el doble.  Según el proyecto de PGOU,  son necesarias para el año 2021 (dentro de dos años) 8.055 viviendas, de las que 3.631 son protegidas, de las privadas, como se puede comprobar en los últimos cinco años nada se hará sin que el PGOU esté aprobado. El proyecto realizado por el SEPES para Loma Colmenar contemplaba la construcción de 1.800 VPO de las que desde que se iniciara la urbanización de los terrenos en el año 1990 solo se han levantado unas 710, menos de la mitad.

Esta falta de vivienda motivada por la falta de un PGOU y por la inexistente voluntad política para levantar VPO´s, provoca por un lado, las construcciones ilegales, una actividad que esta Corte de los Milagros ni ha querido ni ha sabido detener, y por otro un encarecimiento del precio de la vivienda, ya sea en propiedad o en alquiler. El mismo concejal de Fomento debía reconocer que la inexistente política de vivienda (según el auto judicial sí existe: “las viviendas de Ceuta se daban por unos pocos, a otros pocos y sin criterio alguno”) provocaba que tuvieran que elevar las ayudas al alquiler hasta los arrendamientos de 900€/mes. Así el Índice de Precios de la Vivienda ha pasado a ser el tercero más alto de España, tras Madrid y Cataluña y delante de Baleares, subiendo en cuatro años 32,84 puntos porcentuales, cuando el IPC en el mismo periodo (2015-2019) solo subió 3,5 puntos.



Si observamos la evolución del Producto Interior Bruto desde el año 2000 hasta la estimación realizada para el año 2018 en el sector de la construcción, el valor se encuentra a niveles de 2005, pero la caída desde su máximo en el año 2008 hasta el año pasado es de un tercio, a pesar del repunte de los dos últimos años, el incremento no se traslada al empleo, encontrándose a la mitad de su punto más alto.
      



La evolución del sector está íntimamente relacionada con la obra pública, como se comprueba en el siguiente cuadro, En el año 2009 las administraciones públicas licitan un total de 168.5 millones de euros, según SEOPAN, que coincide con el mayor valor de la serie, conforme las adjudicaciones disminuyen, lo hace el sector.




Lo más grave para el sector ha sido la entrega directa a la multinacional agraria TRAGSA  por parte del Desgobierno del Sr. Vivas de 60 millones de euros en los dos últimos años, que como se observa en el gráfico de empleo nada ha incidido en el empleo en el sector ni por supuesto en las empresas, lo que demuestra que lo único que le importa a nuestro inefable Alcalde es su sillón, en ningún momento se ha preocupado por los intereses del sector,  en el último año ha repartido algunas migajas entre las empresas locales para acallar las numerosas críticas.
Desde el año 2000 se lleva intentando modificar el actual PGOU, durante los últimos dieciocho años, una única persona ha estado sentada en la poltrona de la plaza de África, disfrutando de unas mayorías absolutas, tanto en nuestra ciudad como en las Cortes, que le hubieran permitido llevar a cabo los más arduos trabajos con la mayor de las facilidades; sobre todo cuando nuestro inepto Alcalde ha estado presumiendo de las buenas relaciones que ha mantenido con la cúpula del Partido Popular. A pesar de ello, nada ha conseguido para nuestra Ciudad, aparte de que no le corten el grifo para mantener su red clientelar, poniendo en peligro la financiación de nuestro Ayuntamiento, pues todas esas subvenciones que tan digitalmente reparte dependen de la arbitrariedad del Gobierno de turno.


Incluso el Presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Ceuta en noviembre de 2017 indicaba que “en una empresa privada el responsable ya estaría en la calle”, pero como se trata del dinero público, del que ponemos cada uno de nosotros, parece que las responsabilidades se evaporan y nadie asume la más mínima responsabilidad de este rotundo fracaso. Las excusas que salen de nuestro incompetente Alcalde le convertirían en el hazmerreir de cualquier sociedad, sin embargo este inepto ha sido valorado como uno de los mejores alcaldes de España, uno podía entenderlo del Sr. Azkuna en Bilbao, pero de este cantamañanas.

La situación en que se encuentra el sector de la construcción en nuestra ciudad, como el conjunto de nuestra economía, necesita de decisiones políticas urgentes que antepongan los intereses a largo plazo que permitan el desarrollo de Ceuta sacándonos del agujero negro en que la inacción que veinte años de Desgobierno del Sr. Vivas nos ha enterrado,  no solo la crisis ha provocado el hundimiento de la actividad sino la falta de un proyecto de futuro para nuestra ciudad, lo que ha impedido, entre otras muchas cosas, que tengamos un PGOU actualizado y la absoluta paralización de un sector productivo fundamental para avanzar hacia la Ceuta del Siglo XXI.


El cortoplacismo de esta Corte de los Milagros en la que reina nuestro ínclito Alcalde ha convertido la economía de nuestra ciudad en una oficina de reparto de subvenciones dirigidas desde su Soviet Supremo de la Plaza de África. Que cada uno reflexione lo votado, nos quedan cuatro años padeciendo a este inepto.

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