martes, 1 de abril de 2008

Ya no quedan héroes

“Nadie quiere héroes. Ya no quedan héroes. Tan sólo tu y yo” canta Nistal, bien podría ser ese el epitafio de la tumba de quien en vida pasó inadvertida para sus paisanos, sin embargo en su sepulcro del cementerio de Jovánskoye una única palabra en español: Patria. Ahora vuelve a la actualidad por varios reportajes y libros que se han editado sobre su vida o mejor sería decir que sobre el intento de reconstruirla. Me refiero a África de las Heras, nuestra paisana que, como ya tituló Francisco Sánchez Montoya, llegó “del Sarchal a la KGB”, pasando a ser una de las principales espías de la estructura soviética en la llamada Guerra Fría.

Dos libros que quieren acercarnos la vida de esta mujer, esta comunista convencida que entregó todo su esfuerzo, sin discriminar en los medios, por la implantación de sus ideales aquí en la tierra. El primero que llegó a mis manos fue el de Raúl Vallarino: “Nombre clave: Patria. Una espía del KGB en Uruguay”. Editado en principio en ese país y que va a publicarse próximamente en España. Pretende ser una historia novelada de los avatares de esta ceutí, una novela que, a pesar del gran argumento que supone la biografía de esta mujer, no pasa de ser un mediocre folletín, que mal escrito y peor contado, se centra principalmente en la vida de África de las Heras en Uruguay, donde creó una red de espionaje a las órdenes de Moscú.

¡Qué manera de desaprovechar un argumento tan maravilloso! Donde la intriga y el suspense podrían haber sacado una gran obra, sólo hay mediocridad; donde se podría haber basado en aspectos concretos de la reconstrucción de su vida en Uruguay (como la visita del Che y Allende y su intento de asesinato, o su relación con un alto mando militar y las relaciones con los CIA), se desbarata en una trama sin nexo que atraiga al lector. Lástima que Vallarino no haya sabido utilizar mejores recursos literarios para una gran historia.
No debe tener mucha fe en su libro cuando, en la edición española, cambia su extensión y su contenido, puesto que en una entrevista a una revista uruguaya al preguntar el periodista: “Tu novela, además de cambiar de título, cambia de extensión, porque aparecieron, a partir de leerlo, otros datos que llevan a que hay que retocar” y contesta: “ – Agregar hechos, como apareció un documento que muestra que María Luisa de la Heras, o África de las Heras, luego de la Segunda Guerra Mundial, de actuar como guerrillera detrás de las líneas alemanas, apareció en Francia, entró en la sede de la Gestapo como limpiadora y sacó documentos valiosísimos de una manera increíble.” Lo que da a entender que su investigación quedó a medias y ese supuesto diario de África, es sólo eso, suposiciones.
A pesar de ello ha conseguido vender los derechos de su obra a Pablo Álvarez (director de Desalmados y también editor de la novela en España) quien tiene previsto rodar una película y en la que ya se habla de Maribel Verdú encarnando el papel de nuestra paisana, esperemos que el buen hacer de nuestro cinematógrafo logre dar a la historia de África lo que Vallarino no ha sabido ofrecer, intriga, suspense y pasión.



Por otro lado se acaba de publicar a primeros de marzo, la obra Patria. Una española en el KGB, de Javier Juárez, en la Editorial Debate. Un libro que es una investigación sobre la vida de África de las Heras. En esta ocasión Juárez, autor especializado en espionaje con obras como Juan Pujol, el espía que derrotó a Hitler o La Guarida del Lobo. Nazis y colaboracionistas en España, realiza un profundo estudio sobre África de las Heras, una recopilación de datos, de testimonios personales y de informes oficiales que dan una imagen más completa de esta intrigante mujer.



Una mujer que era definida por Jaume Miravitlles, secretario general del Comité Central de Milicias en 1.936, en su libro “Gent que he conegut” (Gente que he conocido) y que recoge Juárez en el suyo, de esta forma: “Mas tarde supe que una de aquellas patrullas estaba comandada por una mujer. Se llamaba África. Ése era su nombre de pila. Y era, efectivamente, de un físico muy africano. Española, naturalmente, pero probablemente de un origen que se remonta a generaciones anteriores y con ancestros africanos: morena, de ojos negros penetrantes, con labios gruesos, sensuales, de dientes brillantes y regulares; un cuerpo muy sinuoso, de curvas prometedoras. Era el prototipo de la mujer sexual; con su mirada y su voz invitaba a la acción y prometía quién sabe qué cielos prohibidos a sus compañeros que formaban su patrulla. Después me aseguraron que en el tercer piso del Náutico, convertido en Cuartel General de las patrullas, se habían producido escenas de una extrema violencia, tanto respecto a asesinatos como a orgías sexuales” (pág. 59). El propio Juárez suaviza esta visión de Miravitlles pues cree que “incurre en una exageración no necesariamente atribuible a él, sino quizás a las fuentes indirectas a las que alude”.



Pero algo más debía haber en esta mujer, esta coronel del KGB que obtuvo las máximas condecoraciones de la U.R.S.S., puede que en el único documento que se conoce atribuido a ella esté la explicación: “Mi patria es la Unión Soviética. Así lo siento en mi cabeza y en mi corazón. Toda mi vida he estado vinculada con la Unión Soviética. Soy miembro del Partido Comunista y creo en los ideales de la revolución, que siempre me han guiado. Ni los años ni las dificultades de la lucha han deteriorado mis convicciones. Al contrario. Estas dificultades siempre han sido una fuente de energía para seguir combatiendo por mis ideas, Gracias a ello puedo vivir tranquila y con la cabeza bien alta. Nadie ni nada podrán arrebatarme mi fe hasta la muerte. Patria”



Quizás sobren en el libro los capítulos que hacen referencia a la posible implicación de África de las Heras en el asesinato de Trotsky, hecho que se produjo el 20 de agosto de 1.940, cuando nuestra paisana “abandonó México a finales de 1.938, clandestinamente, oculta en la carbonera de un carguero soviético” (pág. 146). Aunque el autor vuelva a insistir buscando un recoveco para la suposición “Resulta sugerente, y no descartable, la hipótesis de que se uniera al grupo de Mercader y Eitingon en sus preparativos del atentado de Trotsky, lo que añadiría una visión novedosa sobre tal magnicidio. Pero lo cierto es que ningún permite apuntar en este sentido.” (pág. 180). Aunque no es necesaria esa implicación, para resaltar la increíble vida de esta mujer, una vida llena de violencia, intriga y suplantación.



Resaltar el gran archivo del que debe disponer el Sr. Juárez, al incluir fotografías de nuestra ciudad de principios del siglo pasado o una fotocopia de la partida de nacimiento de África de las Heras, pues en otras reproducciones si indica una fuente distinta de la suya. Quizás haya que ir olvidando las amabilidades y exigir que nuestros investigadores y nuestros archivos sean reseñados con la misma relevancia que lo son otros.



Patria. Una española en el KGB de Javier Juárez es un libro más informativo que nos acerca una visión, puede que más verídica, de la vida de esta paisana que luchó por unos ideales, acertados o erróneos, con todas las armas que tuvo a su alcance y que al final murió sin ver que el sueño de su vida se rompía hecho pedazos. Era el 8 de marzo de 1.988, día de la mujer trabajadora, poco después caería el muro de Berlín y con él, el sistema comunista de la U.R.S.S. Descanse en paz.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Oye que eres un soberbio, nadie ya lo duda. Eres un pobre chaval que se dedica a menospreciar la obra de otros. Los dos libros sobre Patria son muy buenos y distintos. Uno es una novela y el otro un trabajo de investigación.
Escribes como un fracasado que le molesta el éxito de los demás, y no es la primera vez. Sobre todo lo que opinas destilas veneno.
De uno de los libros dices que presentará una nueva edición aumentada y que por eso el autor no hizo una profunda investigación; del otro le criticas que es innecesario tanto desarrollo sobre Trotzky.
Eres tan anormal que no entiendes que ninguna es una versión definitiva, pues van apareciendo datos nuevos casi a diario. Javier Juárez dice textualmente:
"Es posible que este libro tenga una continuidad en el futuro, cuando se desvelen todos los enigmas asociados a África de las Heras y se liberen los documentos oficiales que aun lo impiden".
Tú eres otro de los tontos que aun creen que el Código Da Vinci, es un libro de investigación y no una novela.
Anda, vuelve a trabajar en el circo, suplantando a Miliki.
De descerebrados como tú está el mundo lleno.

Unknown dijo...

Coincido con el comentario anterior; Guzmán está resentido con la vida misma. Todo para él es malo. Tal vez el no poder desarrollarse en lo que estudió de Empresariales, sea el detonante de su ataque al mundo en el que en realidad no logra insertarse.
Vuelca en lo que escribe, el sabor amargo de no reconocer quien es al reprimir y esconder, sus verdaderas preferencias. Hoy ya no es pecado, señor Guzmán, demostrar sus inclinaciones, la sociedad las acepta.
Asuma quien es definitivamente y viva feliz.

Anónimo dijo...

Guzmán...definitivamente eres una histérica...disculpas, quise decir un histérico.
Si un día te muerdes tu mismo mueres por tu propio veneno.
To opinas de todo, de política, de cultura, de deportes, de gastronomía. Falta que opines de embutidos...bueno de embutidos entiendes bastante.

Anónimo dijo...

Esta crítica está bien escrita, tiene su interés, y se agradece el material gráfico que ofrece. Quizá sea algo duro con el novelista y seguramente sea discutible su desagrado por las conjeturas sobre la implicación de esta espía en el asesinato de Trotsky. Sin embargo, está en su derecho y la argumentación es sincera. Más respeto por el crítico.