domingo, 25 de diciembre de 2005

Dame limosna, Europa.

El fin de semana pasado, la Unión Europea (UE) lograba llegar a un acuerdo para cerrar las perspectivas financieras del período 2.007-2.014. Un acuerdo que unos han considerado un “fracaso clamoroso” y otros un “éxito incuestionable”. Pero al final los números serán los que den el definitivo calificativo al acuerdo y se podrán determinar los logros de quienes negociaron ahora y antes.

La situación que vive actualmente la UE no es de lo más boyante, el espíritu europeísta, tras el rechazo del texto constitucional europeo de franceses y holandeses y la presidencia británica (el país menos europeo), ha sufrido un retroceso importante. Añadir que la ampliación hacia los países del Este ha provocado una alta reducción de la renta media, provocando un gran aumento de las disparidades regionales entre los países miembros, por lo que es lógico que las nuevas perspectivas financieras fueran enfocadas a integrar a estos nuevos Estados.

Nuestro país se enfrentaba a la negociación con dos condicionantes aceptados en la legislatura anterior, el primero era que al aprobarse la ampliación de la UE no se había incluido una cláusula de salvaguarda que permitiese a nuestro país un esfuerzo financiero acorde con su potencial económico; y el segundo que se aceptara en el año 1.999 un incremento considerable de la aportación de España al llamado “cheque británico” (cantidad que es devuelta al Reino Unido de su aportación al presupuesto europeo).

El resultado obtenido ni es tan lesivo como nos indica el Partido Popular (PP), ni tan excelso como nos quiere hacer ver el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero. La reducción al 1,03% del Producto Interior Bruto (PIB) como aportación al Presupuesto de cada país, desde el 1,06% propuesto por la Comisión, ha provocado que las cantidades a repartir fueran menores; si a ello se añade la continuidad de la Política Agrícola Común (PAC) en sus condiciones actuales, que supone el uso de más del 40% del Presupuesto en estas ayudas para el 2% de la población activa europea y el mantenimiento del “cheque británico”, los resultados no han sido lo más favorecedores para nuestro país, que bien podría haber presionado para ver su esfuerzo financiero reducido y haber intentado disminuir el impacto negativo en las regiones que han abandonado el Objetivo 1 debido al efecto estadístico, no al crecimiento real de su renta. España, gracias a los fondos europeos, ha logrado un desarrollo económico que ha repercutido en la nueva distribución para el próximo período; los nuevos países integrantes de la UE también tienen derecho a percibir estas ayudas y más cuando el principal pagano del Presupuesto, Alemania, está más interesado en su desarrollo que en el nuestro. No es el mejor acuerdo y bien podría haber sido explicado así por nuestro Presidente, pero no creo que utilizar trucos contables para intentar maquillar el resultado sea la formula más correcta para dirigirse a los ciudadanos, eso no es lo que se esperaba de un Presidente que vino a luchar contra la mentira. Pero tampoco es el peor acuerdo posible, se ha logrado no ser contribuyente neto en la nueva fase presupuestaria y algunos fondos adicionales para Investigación y Desarrollo, aunque estos fondos no sean suficientes para cumplir con los Acuerdos de Lisboa II y la creación de unos nuevos recursos para tratar el problema de la Inmigración y del que obtendremos una gran parte posiblemente.

En cuanto a nuestra ciudad, ya hemos visto las distintas versiones de los partidos, hay quien ha calificado como “limosna” a los fondos que nos corresponden con este nuevo acuerdo y quienes han proclamado que se recuperan antiguas ayudas perdidas en el 2.004, quien piensa que es una “propina” el fondo de los 25 millones de euros adicionales y quien cree que con esa “propina” se compensa la cantidad perdida al dejar de ser Objetivo I. Ya saben que sobre gustos no hay nada escrito.

Lo que no comprendo son las cantidades que nos ha suministrado la empresa Procesa, encargada de la “gestión” de estos fondos. Según los datos facilitados a los medios de comunicación, la Ciudad recibe 130 millones de euros para el período 2000-2006 en Fondos Estructurales y 22 millones de euros en Fondos de Cohesión, para el mismo período. ¿Dónde se han utilizado esas cantidades? ¿Qué proyectos o programas se han llevado a cabo con esos 155 millones de euros? Pues según la Memoria del Consejo Económico y Social (CES) los fondos que recibe la Ciudad ascienden a 80,5 millones de euros para el periodo 2.000-2.006, o al menos eso son los datos que el CES dice que Procesa justifica (página 324 de la Memoria socioeconómica y laboral de Ceuta 2.004). Nada extraño que los datos no coincidan, cuando no es la primera vez que el Director de Procesa ofrece las cantidades a su libre albedrío para que les sirvan a nuestro Alcalde para justificar cualquiera de sus traspiés.

Si los datos son los 155 millones de euros que Procesa comunicaba esta semana a la prensa ¿Dónde están justificados los 71.5 millones que faltan en la memoria del CES? ¿O de esos no hay que dar justificación porque se distribuyen en estudios, informes o auditorías en todos los campos o servicios, o sirven para tapar todos los agujeros que va produciendo la Ciudad? ¿Por eso el Secretario General de Comisiones Obreras, indica que no se han ejecutado todas las ayudas europeas? ¿No forma parte, el Sr. Aróstegui, de la comisión de seguimiento de los Fondos Europeos?¿Por qué no lo denunció antes o es que ahora está mejor informado de las ayudas europeas por su consorte, actualmente contratada en la empresa que los gestiona? O cuando el Delegado del Gobierno dice que “debemos invertir para aprovechar los fondos”, ¿es que no se han invertido? ¿Está queriendo decir que se han malgastado en cuestiones menores? Porque si uno acude a las ayudas del período 1.944-1.999 pues al menos podemos palpar el Pueblo Marinero o la remodelación del Alfonso Murube o las mejoras en los colectores Norte y Sur. ¿Qué nos ha dejado el Plan 2.000-2.006? Quizás una gran cantidad de cursos de formación dados, pero ¿inversiones que cambien nuestra estructura productiva? Para qué queremos tantos fondos si no sabemos utilizarlos.
Y si son realidad los 80.5 millones de euros que se justifican en la Memoria del CES, en lugar de los 155 millones que denuncia a los medios de comunicación, bien se han notado los colores de la camiseta de este técnico que dice ser un “gran” profesional y milita en el partido de nuestro gobierno local.

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