La empresa Acuicultura de Ceuta se encuentra en una
situación de quiebra financiera que la aboca a un cierre definitivo, si no se
toman las medidas empresariales adecuadas para hacer de esta empresa el motor de
un nuevo sector económico dentro de nuestra ciudad.
Recuerdo los inicios de esta empresa, cuando nuestro actual Alcalde se encontraba a la cabeza de Procesa y fue el máximo impulsor del proyecto, pues entendía que la apertura de nuestra economía a nuevos sectores la potenciaría y coadyuvaría a la creación de nuevas empresas y por lo tanto de nuevos empleos. Cuestión de la que Ceuta carece bastante.
El principal problema que ha tenido esta empresa es su falta de
gestión profesional, cuestión bastante normal en nuestra ciudad, donde se miran
antes los intereses personales que los de los ciudadanos, como paga el
presupuesto de la ciudad da exactamente igual quien dirija la empresa, con tal
que lo haga algún amigo del político de turno. A los problemas de gestión
profesional hay que unirle, en los primeros momentos, los problemas técnicos que
impidieron la construcción de la planta de la forma más adecuada, ante el
desconocimiento absoluto del funcionamiento de este tipo de explotaciones
intensivas. Fueron tales los despropósitos que se hicieron, que la empresa entró
rápidamente en crisis.
Así en el año 2001, el Consejo Económico y Social
(CES) emitía un dictamen en el que describía el fraude que suponía la empresa
“es una empresa totalmente INACTIVA que ocupa a doce personas en mantener unos
reproductores que ponen millones de huevos que se tiran al mar”. Y señalaba “el
Consejo considera conveniente se dote a la empresa de un órgano profesional para
la gestión económica de la misma, y que la planifique, desarrolle y controle de
manera permanente”. Así mismo recomendaba “la creación de al menos una empresa
de engorde como alternativa al Sector Pesquero en franca crisis”.
A pesar de
estas indicaciones, Acuicultura de Ceuta continuó con la misma política
empresarial, se hicieron ciertos cambios técnicos, pero ni económica ni
comercialmente se produjeron los cambios necesarios para hacer rentable la
empresa. Ni se pensó en la construcción de la planta de engorde de doradas. Las
inyecciones económicas realizadas, una buena parte fue a parar a un fondo de
inversión y el resto a pagar deudas de años anteriores.
Mientras tanto, la
Unión Europea mantenía un cupo a las exportaciones de nuestros productos
pesqueros (2,5 millones de alevines y 100 Toneladas de pescado), restricciones
que no se han suprimidos hasta junio de 2004. La empresa empieza a ser rentable
con una producción de 3 millones de alevines, por lo que no sé qué es lo que ha
hecho el Sr. Vivas durante los ocho años de gobierno del Partido Popular que no
ha exigido a su Ministro de Agricultura, aquel que conocía empresarialmente tan
bien nuestra ciudad, la supresión, muchísimo antes, de este cupo.
En el
Pleno de marzo, era nuestro multifuncional cargo el Sr. Fernández quien
solicitaba una nueva oportunidad para Acuicultura y se enterraban 1,2 millones
de euros (200 millones de pesetas) para realizar nuevas inversiones que pudieran
hacer competitiva la empresa, pero sin cambiar las cuestiones de dirección
empresarial difícilmente puede hacerse competitiva una empresa, y siempre
suponiendo que, en esta ocasión, el dinero se haya aplicado en las mejoras que
necesitaba la empresa y no en convertirnos en financieros colocándolo en fondos
o jugando a la bolsa.
No han pasado seis meses y ahora la solución es,
primero despedir a todos los trabajadores, los menos culpables de la nefasta
gestión económica de nuestro “gran gestor” el Sr. Vivas, en segundo lugar se
estudiará buscar una solución a los despedidos, ¿recolocándolos en el
Ayuntamiento? Lo que no se plantea es un estudio serio de la viabilidad de la
empresa, la acuicultura en España tiene futuro, para el año 2020 se estima que
el 50% del pescado consumido provenga de este tipo de explotaciones, pero aún
así nos encontramos a años luz de la producción de los países asiáticos, y el
mercado de la dorada y de la lubina está a punto de desplomarse, por lo que
sería necesario buscar nuevos cultivos que nos permitan hacernos con una cuota
de mercado, diversificando la producción de la planta. Imagínense si es posible
hacerla rentable que la empresa Alice ya ha realizado una oferta para comprar
las instalaciones.
El problema no es la falta de rentabilidad de la planta,
ni que sea gestionada de una forma pública, sino que la dirección empresarial
que ha implantando el Sr. Vivas, haciendo caso omiso a los principios
elementales de dirección de empresas, incluso hasta el CES se lo decía,
anteponiendo a los intereses de Ceuta los suyos, como siempre, por ello la
situación en que se encuentra la empresa Acuicultura de Ceuta es otro de sus
fracasos.
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