Ante las elecciones del próximo catorce de marzo tengo mi decisión tomada y mi
voto intentará cambiar la mayoría que gobierna actualmente España. En primer
lugar porque creo en el diálogo y la negociación, nadie detenta la verdad y por
ello deseo que se oigan y ,sobre todo, escuchen a todos los que formamos parte
de este país, que todas las opiniones puedan ser expresadas libremente y tenidas
en cuenta. Es necesario volver a políticas de consenso, sobre todo en dos
campos: la política exterior y la política autonómica.
Durante cerca de
veinte años, la política exterior de España ha estado consensuada, basada en la
integración en la Unión Europea, el estrechamiento de las relaciones con América
Latina, la amistad con los países árabes y el cumplimiento de las resoluciones
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Hoy estos cuatro pilares se han
derrumbado, por ello es necesario una vuelta a este tipo de política más
dialogante que busque soluciones pacíficas y no de intervenciones militares
innecesarias y demasiado costosas.
En política autonómica es indispensable
abrir un debate sobre la descentralización de competencias, ya no hacia las
Comunidades Autónomas, sino hacia los Ayuntamientos, para acercar más la
administración a los ciudadanos y dotarlos de la suficiente capacidad financiera
para que puedan acometer unas soluciones efectivas a los problemas de sus
administrados. Para ello será necesario modificar la distribución fiscal que
existe, haciendo responsables a cada Administración de los ingresos necesarios
para acometer sus gastos. Con esta medida no se pone en peligro la unidad de
España, primero porque lo que se transfiere es poder y eso hay quienes no
quieren aceptarlo y segundo porque no hay una única idea de España, cada español
tiene su concepto y nadie puede apropiarse de la idea de España, España es de
todos.
Es necesaria una regeneración democrática, la democracia implica
aceptar el pluralismo y la diversidad, la tolerancia y el diálogo, el respeto y
la responsabilidad institucional. La democracia es participativa por lo que el
Estado debe estar abierto a todos los ciudadanos, deben generarse instrumentos
que permitan y motiven la participación de los ciudadanos. Deben desarrollarse
los derechos civiles, desbloquearse las listas electorales, poder elegir
directamente a los Alcaldes. El Gobierno debe responder ante el Parlamento de su
gestión porque es necesario que un gobierno democrático actúe con modos
democráticos. Es imprescindible acometer la reforma del Senado para que se
convierta en una cámara de representación territorial.
Estamos obligados a
promover la sociedad del bienestar, medidas que permitan ampliar y en muchos
casos cubrir las necesidades de los ciudadanos, es posible otro modelo social en
el que se proteja a las personas dependientes, se concilie la vida familiar y la
laboral, se potencia la natalidad y se defienda a la familia, se de una mayor
calidad de vida a nuestros mayores, se incrementen las pensiones hasta un nivel
que al menos alcance la subsistencia; una mejor sanidad pública que acabe con
las listas de espera y atienda a los pacientes con el tiempo suficiente para
reconocerlos, se luche contra la pobreza y la exclusión social, se garantice los
derechos de la infancia; es necesario otro tipo de enseñanza que integre al
individuo en la sociedad y le forme para un puesto de trabajo. Necesitamos una
seguridad pública que acabe con la peligrosidad de nuestras calles con una
Justicia de calidad, rápida e igualitaria.
Debemos combatir la violencia
contra la mujer de una forma decidida y para ello es necesario la implantación
de Ley Integral que garantice los derechos de las víctimas, no se puede
contemplar con pasividad como cientos de mujeres son maltratadas o asesinadas,
es un problema social y necesita una solución inmediata no meros
parches.
Necesitamos una política de vivienda que permita a nuestros jóvenes
acceder a su independencia y que no les suponga endeudarse a treinta años, una
política que libere suelo y reduzca el precio para obtener una vivienda
digna.
España necesita otro modelo de desarrollo económico que nos permita un
crecimiento equilibrado y duradero. Es indispensable el potenciar la inversión
productiva en capital físico, tecnológico y humano, que incremente la
productividad de nuestro país, optar por la Investigación y Desarrollo de una
forma decidida que nos permita crear riqueza y luchar contra la
“deslocalización” industrial y los efectos de la globalización.
Estamos
obligados a realizar reformas estructurales en nuestros mercados de
telecomunicaciones, energético, de distribución comercial, de distribución
farmacéutica que permitan la libre competencia. Es necesaria una reforma del
mercado de trabajo que reduzca la temporalidad y la siniestralidad laboral, en
definitiva que mejore la calidad del empleo y acabe con el abuso de la
utilización sucesiva de contratos temporales. Necesitamos un sistema fiscal
justo, sencillo y eficiente en el que cada ciudadano aporte proporcionalmente a
sus ganancias.
Necesitamos tantas cosas que por ello votaré por un cambio de
gobierno, porque es posible otra forma de gobernar, porque deseo un futuro
cierto para España.
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