Un año electoral más y nuevamente nuestro Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
nos ha mostrado, en una generosa campaña publicitaria, el considerado por su
ministerio muy significativo aumento de las pensiones que ha llevado a cabo
nuestro glorioso gobierno del Partido Popular. Pero cuando se analizan fríamente
los datos, la conclusión es bien distinta, ni suben todas las pensiones ni las
que suben son las de los más necesitados. Eso sí, nuestro Gobierno Popular nos
vende la idea de que gracias a la estabilidad presupuestaria de su política
económica nuestras pensiones están garantizadas ad infinitum, hay que reconocer
que su responsable de publicidad es todo un lince.
En primer lugar hay que
señalar que la “paga extraordinaria” que iguala la subida de las pensiones con
la subida de los precios medida por el Índice de Precios al Consumo (IPC) es un
mandato legislativo que obliga al Gobierno por el Pacto de Toledo y el acuerdo
de pensiones con los sindicatos (Unión General de Trabajadores y Comisiones
Obreras); mandato que debe cumplir cualquier Gobierno sea del signo político que
sea; y en segundo lugar estas “pagas extraordinarias” están motivadas por la
falta de control que la política económica de nuestro popular gobierno tiene
sobre la inflación y que debido a la falta de acierto a la hora de
pronosticarla, nuestros pensionistas reciben con un año de retraso.
En este
año 2004, 1.270.000 pensionistas perceptores de pensiones mínimas de jubilación
e incapacidad permanente mayores de 65 años no tendrán revalorización adicional
alguna; tampoco las 706.000 pensiones de viudedad de mayores de 65 años. Es
decir de las 2.660.000 personas que perciben pensiones mínimas, más del setenta
y cuatro por ciento no verán mejoradas sus pensiones. Igual ocurre con los más
de 480.000 pensionistas no contributivos cuya pensión media es de unos 270 euros
(unas cuarenta y cinco mil pesetas) quienes no verán ganancia alguna de su
pensión, tan sólo lo que la ley les obliga el IPC previsto y además impide a los
gobiernos de las Comunidades Autónomas complementarlas argumentando que se
intenta romper la caja única.
Las subidas de las pensiones que ha practicado
nuestro gobierno popular no han significado un incremento de la generosidad del
sistema, mas bien todo lo contrario, nuestros pensionistas han perdido renta
relativa, así si la pensión máxima suponía en 1996 el 69% del Producto Interior
Bruto (PIB) por ocupado, esa relación se ha reducido al 63,5% en 2003; y la
pensión mínima ha pasado a ser del 15,7% del PIB por ocupado en ese mismo año,
al 14,8% en 2003. Como vemos, nuevamente los datos ponen de relieve la falta de
solidaridad de la política del Gobierno Popular.
Si comparamos el acuerdo al
que llegaron en 1999 los sindicatos con el Gobierno para las pensiones del 2000
supuso un incremento medio en un solo año del 2,42%, ese incremento medio en el
período 2002 a 2004 (tres años) sólo ha supuesto el 1,04%. En este período que
el Partido Popular nos ha vendido como de grandes logros económicos la mayoría
de los pensionistas no han mejorado su situación, sino que la han empeorado, así
si analizamos la relación de las pensiones mínimas con la renta familiar bruta
disponible observamos el empeoramiento de esta situación: la pensión con cónyuge
mayor de 65 años en 1995 suponía el 58% de la renta familiar bruta, en el 2003,
tan sólo el 52,2%; la pensión sin cónyuge de más de 65 años, era el 49,3% en
1995, en el 2003 es el 44,4%; y la pensión no contributiva alcanzaba en el año
1995 el 32,8% de esa renta familiar, pero en el 2003 solo significa el 29,8%.
Nuestros pensionistas no sólo no han participado de esta mejoría económica, sino
que han perdido parte de su riqueza en este período de esplendor popular.
La
política de pensiones del Gobierno ha consistido en cumplir de una forma rácana
con lo que la ley le exigía y apoyar la entrada en el sistema de pensiones de
personas con menor edad de la legal para adquirirla (65 años) aprobando los
planes de prejubilación de las grandes empresas para que sigan acrecentando sus
beneficios a costa de la sociedad, la edad media de jubilación en la actualidad
es de 62,5 años, dificultando la salud del sistema general de pensiones. Pero
eso sí la publicidad se les da muy bien ¿no les acusará la Asociación de
Consumidores y Usuarios por publicidad engañosa?
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