Esta semana hemos contemplado dos hechos que dejan entrever cuál es la situación
de la izquierda en nuestra ciudad, por un lado el candidato de Izquierda Unida
arremetía en el inicio de su campaña contra el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE), acusándolo de acomodaticio y vendido al Partido Popular (PP), obteniendo
puestos de trabajo por nepotismo, acusaciones tan graves que acabarán en el
Juzgado. Por otro lado, el líder de un partido extraparlamentario arremetía en
su columna semanal en el decano, con una vehemencia inexplicable, contra el
mismo partido, insultando, no sólo a su dirección, sino a toda su militancia por
no tender hacia la unidad de la progresía.
Sobre el primero, cualquier
comentario sobra, una persona que ni siquiera reside en nuestra ciudad y de
quién desconocemos qué intereses defiende y de quién obtiene sus recursos, el
sólo se descalifica en este debate. Únicamente debe respondernos cuál es el
futuro que desea para nuestra ciudad, si el de continuar en la senda
constitucional o acudir a la Célula de Reflexión que promovía el anterior
monarca alauita. Y antes de acusar a nadie, Sr. Llodra, haga un acto de
conciencia sobre su vida y vea si realmente está limpia como para poder imputar
a alguien un delito, pues eso es lo que usted ha hecho y creo que su conciencia
no está muy limpia.
El Sr. Aróstegui desde su infalible ideología nos llama a
la unidad de la izquierda para crear un proyecto político solvente, creíble y
convincente que sea capaz de arrebatar la hegemonía que ostenta el PP. Desde su
posición inmovilista decide que la unión de la progresía debe realizarse sobre
la base de tres condiciones: novedad, pluralidad e integración. En eso creo que
todos los que nos sentimos de izquierda estamos de acuerdo. Que sea nuevo, por
lo que, para empezar, debería asumir la derrota que las urnas le han otorgado
elección tras elección y abandonar su postura de líder carismático y marcharse a
su casa; que sea plural, no se puede exigir pluralidad queriendo imponer sus
ideas; e integrador, lo único que no transpira su escrito es integración, sus
palabras rezuman rencor y odio, lo que pretende con su panfleto, permítame el
calificativo, es aniquilar y desprestigiar a su adversario político, no integrar
a nadie en un proyecto.
Creo que debería mostrar un poco más de respeto por
los afiliados del PSOE quienes, de una forma u otra, han elegido a sus
candidatos siguiendo las normas que marcan sus Estatutos, a los que usted alaba
en otras cosas para intentar volver a ese partido. Ellos equivocados o no han
sido libres para refrendar la propuesta de su ejecutiva. Y si hacemos
comparaciones, Sr. Aróstegui, debería hacer una buena reflexión sobre el
funcionamiento de su partido, que más se asemeja a una secta que a un partido
democrático donde reine la libertad de expresión. No creo que sea el más
adecuado para dar lecciones a nadie ni de descalificaciones, ni de insultos de
los que usted en sus escritos semanales hace uso y abuso, ni tampoco creo que
sea el más apropiado para valorar a las personas que en su momento tuvieron
responsabilidades en el PSOE y que de una forma u otra las dejaron, su
“independencia” debería hacerle pensar por qué lo hicieron, si no puede
preguntarlo, creo que nadie le negará esa respuesta.
Para distancia de la
sociedad, la suya Sr. Aróstegui, que ni siquiera ha podido obtener
representación en la Ayuntamiento de nuestro pueblo y no culpe, como siempre
hace, a la manipulación de los medios de comunicación (de la que usted es un
experto) o a las visitas de ministros y cargos oficiales diciendo que Ceuta es
España, quizás si hiciera un poco de autocrítica se daría cuenta que es usted el
que no conecta con sus conciudadanos.
También son muchos sus fieles que
añoran esa posibilidad de diálogo para crear un proyecto de unidad, pero su
soberbia, su egocentrismo y su irreflexión le hacen incapaz de dar su brazo a
torcer ante la posibilidad de perder su altar donde es adorado. Cuente las
ocasiones en que el PSOE le ha tendido la mano a su partido para iniciar ese
camino en común, no en función de personas que es lo que usted desea, sino sobre
la base de ideas y proyectos que creen esa unidad que, precisamente ahora en
campaña electoral, viene reclamando y verá que sólo usted es el culpable Sr.
Aróstegui.
Reflexione, no por el bien de la izquierda de esta ciudad, sino
por su equilibrio psicológico, porque no se puede soñar con la victoria de un
gobierno de la derecha para castigar a su adversario, desde una posición que
usted considera de “izquierdas” sólo conseguirá que este país, España, siga
teniendo una política que castiga a los más desfavorecidos. Libérese de sus
prejuicios y avanza hacia ese proyecto de unidad con ideas, proyectos y sobre
todo confianza en el futuro. En ese camino estaremos juntos.
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