sábado, 17 de agosto de 2002

Más dinero en empleo: ¿para qué?

La semana pasada reclamaba una mayor atención a las políticas activas de empleo, y en esa misma semana nuestro nuevo ministro de Trabajo y Asuntos Sociales nos visitaba con su correspondiente lluvia de millones bajo el brazo. Exactamente 10,62 millones de euros (como todavía se nos escapa la cantidad, pues son unos 1.767 millones de nuestras pesetas) para fomentar las políticas activas de empleo.

No habiendo tenido acceso al acuerdo firmado entre el Ayuntamiento y el Ministerio, supongo que los fondos se utilizarán para el Plan de Acción para el Empleo. Con ellos se pretende beneficiar a 1.324 parados, que dividiendo da una cantidad de 1.334.606 ptas. (8.021 euros) por persona. Lo que como siempre viene a ser una nueva subvención a un año, puesto que el que viene hay que votar, al menos hasta pasadas las elecciones volveremos a tener a 1.324 votantes contentos, que nunca se sabe.

El problema es que según el señor Ministro ahora nuestros responsables municipales deberán implicarse en la definición y ejecución de las políticas activas de empleo. Y ahí es donde veo las dificultades. La gestión de nuestro responsable de economía y desempleo es nefasta, sus políticas consisten en la colocación de un cartel en el Ceuta Center, la creación de las famosas Cooperativas (aunque tanta imaginación la veo fuera de su alcance) y los talleres de empleo. No hay nada más que nos permita ser algo más optimistas.

Y si ahora asume las competencias de Madrid, imagínense ustedes, tendremos más de lo mismo: formación en Turismo, Educación, Comercio, Medio Ambiente, etc. Pero sin saber adonde vamos; tan sólo entreteniendo a nuestros parados durante un año con un cursillo en sectores donde se sigue destruyendo empleo, sabiendo quién les da el pan cada día, el pan de la subvención, como ese del PER que tanto se ha criticado y en las próximas elecciones el miedo. Seguimos sin tener una planificación a medio plazo, que analizando las posibles necesidades del mercado de trabajo nos indique cuáles son las profesiones que se demandarán y de esos datos generar un Plan de Formación Ocupacional que de más ventajas a nuestros parados. Eso es realizar políticas activas de empleo y no la colocación de inmensos carteles de propaganda. Si lo hubieran realizado cuando se lo indiqué, quizás para la construcción del famoso Helipuerto estuviesen preparados nuestros parados para hacer frente a las profesiones que exige el ramo de la construcción. Todavía nos queda el Hospital.

Dentro de un año, nuestros 1.324 parados volverán a las listas del INEM con un cursillo más sobre cualquier materia, a la espera de que una nueva subvención les permita acudir a un nuevo cursillo de formación un año más. Así ¿hasta cuándo? ¿Cuánto tiempo durará la cultura de la subvención, de la sopa boba? Ese es el problema que veo, que lo único que se consigue con este tipo de políticas es el mantenimiento de estómagos agradecidos. Pero estos son nuestros políticos y nosotros nos los hemos dado.

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