domingo, 7 de marzo de 2021

El Ingreso Mínimo Vital

Esta semana, el Gobierno de España, a través de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales, contestaba al Senador por las Cortes Valencianas del Grupo Izquierda Confederal, D. Carles Mulet García, su pregunta escrita sobre diferentes cuestiones del Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Este ingreso debía ser un avance para combatir la lucha contra la exclusión social y la pobreza severa, el llevar a la práctica el eslogan publicitario de que “nadie se va a quedar atrás” sin embargo, no ha funcionado como se esperaba, debido a las excesivas expectativas creadas por el Gobierno del PSOE y Unidas podemos, por una falta de planificación y por la prepotencia de un ministro que ha preferido el retraso que se ha producido en la gestión administrativa, que reconocer sus errores a la hora de ponerlo en marcha.


A mediados de diciembre pasado, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones daba a conocer la gestión que se estaba realizando del IMV. Según los datos facilitados, después de algo más de seis meses desde su creación, esta renta beneficiaba a un total de unos 245.000 hogares y a unas 465.000 personas, de las que unas 220.000 son menores.  En la respuesta dada al Senador de Compromís a su pregunta sobre la situación del IMV, le dan “la información actualizada en cada ámbito territorial solicitado” firmando la carta el 3 de marzo de 2021; los resultados son exactamente los mismos que los ofrecidos el 16 de diciembre.

 

Un gobierno que oculta la información a los representantes del pueblo no es un gobierno democrático, quizás se refería a esta falta de trasparencia de su gobierno cuando el Vicepresidente Segundo del Gobierno, D. Pablo Manuel Iglesias Turrión, hablaba de que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España”, cuando los parlamentarios no reciben la información de su Gobierno o se les niega a los medios de comunicación su acceso a la misma, a pesar de que los tribunales les amparan (Caso Civio) no hay normalidad democrática.


El anuncio que realizaba el Gobierno de España sobre el IMV era que alcanzaría a 850.000 hogares y a 2,3 millones de personas; éste ha sido el mayor de los fracasos, a pesar de haberse presentado más de un millón de solicitudes, el ingreso no ha llegado ni a un quince por ciento de esas familias. Lo que ha provocado una gran decepción y un mayor sufrimiento al no recibir el único subsidio que esperaban y ver que son abandonados por el Gobierno de España.

Si analizamos los datos sobre el modelo de Garantías de Ingresos Mínimos (GIM) de los diferentes territorios con datos de 2019, el número de personas que recibían estas ayudas era de 697.124, mientras que el IMV solo alcanza a 462.508, con el grave añadido que el GIM ha sido asumido por esta nueva renta social, generando una gran incertidumbre entre aquellos que no han conseguido acceder a este nuevo modelo y van a ver expulsados del sistema. 


 

Señalar que los datos de Ceuta, donde el porcentaje de personas beneficiarias del IMV son un 570% superiores a las que percibían el IMIS demuestra que la “política de beneficencia” del Desgobierno del Sr. Vivas nunca ha funcionado, la política social es un derecho, no una limosna tal como la han entendido y ejercido el Partido Popular.

En nuestra ciudad, las expectativas no eran menores, a la venta de humo, habitual del Secretario General del partido socialista que parece Penélope Cruz con Pedro todo el día en la boca, se unía el Director Territorial de la Seguridad Social, quien anunciaba a bombo y platillo que la medida llegaría hasta casi 20.000 ceutíes, actuando más como un forofo que como un supuesto técnico de la administración del estado. Unas declaraciones que crearon grandes esperanzas en una ciudad en la que casi 42.000 personas estaban en riesgo de exclusión social en 2019, lo que la pandemia ha podido hacer que lleguen a más de 50.000 los ceutíes que tengan demasiados problemas para llegar a fin de mes, como así vienen manifestando las organizaciones sociales y los diferentes estudios realizados.


 

Sin embargo, este ingreso de subsistencia solo ha llegado a menos de mil familias en nuestra ciudad, denegando dos de cada tres solicitudes presentadas y convirtiéndose en una gran decepción para estos ceutíes. Una gestión que se ha basado en quitarse de encima el coste de los llamados “puntos por hijos” y en no buscar una pasarela a los beneficiarios del IMIS local, que han visto como se les comunicaba la finalización de este subsidio, pero no han visto que se les adjudicara el nuevo IMV, añadiendo un mayor temor a su delicada situación económica.

Tal ha sido el fracaso de esta medida social, que el propio PSOE local ha debido alegar en los presupuestos locales para que la partida del Ingreso Mínimo de Inserción Social que desapareció en 2020, vuelva a crearse para apoyar al IMV, demostrando que lo único que vendían era humo, como todas las promesas de los partidos nacionales.


 

Pero en vez de salir a dar explicaciones sobre las razones por las que se han denegado el 85% de las solicitudes presentadas, tanto el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos como la Delegación del Gobierno en nuestra ciudad, venden esta mísera ayuda como un grandioso éxito, sin pensar en los casi dos millones de personas a las que no han ayudado en España o a los 40.000 ceutíes que han dejado a su suerte. Debe ser que eso de dar explicaciones a los ciudadanos solo lo hacen los partidos de izquierda, que tienen un mínimo de ética y compromiso con sus ciudadanos.

 

El problema ya no es que nadie se quede atrás, el problema que está generando esta falta de política social del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos es que la gente está quedando fuera del sistema. Y se extiende a la vivienda, el trabajo, la sanidad, … Existen soluciones, lo que no existe es un gobierno comprometido con sus ciudadanos.

 

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