domingo, 14 de marzo de 2021

El Mercado

 

Los adjudicatarios de los puestos del mercado central de abastos de nuestro Ayuntamiento esta semana han vuelto a protestar por la situación de abandono en que se encuentra nuestra plaza. Un abandono que se alarga más de veinte años, los mismos que nuestros ínclito Alcalde lleva sentado en la poltrona municipal.


La política de mercados del Desgobierno del Sr. Vivas es la misma que para el resto de sectores, prometer actuaciones faraónicas y una vez obtenido el voto no hacer nada durante la legislatura, hasta prometieron pagar la luz, sabiendo que era imposible llevarlo a cabo; al no disponer de un proyecto de futuro para la ciudad, se comportan como una veleta, que según sople el viento así señala, por lo que poco futuro les auguro a nuestros mercados en manos de estos ineptos, puesto que anteponen otros intereses de empresas de distribución antes que los del interés general. 

Tras quince años intentando llevarse el Mercado Central de Abastos de su edificio actual, tras la realización de varios estudios por parte de la empresa pública Mercasa, de buscar varias posibles ubicaciones como la Manzana del Revellín, incluida la deleznable negociación con el Sr. Simarro y su empresa propietaria del edificio (por si alguien no recuerda a Jesús Simarro Marín, número cinco de la lista del Grupo Independiente Liberal (GIL) en el año 1999, el tránsfuga que todavía nadie nos ha explicado qué le dieron para votar a favor de nuestro ínclito Alcalde) para negociar el alquiler como si no hubiera sacado bastante, tras los vergonzosos informes que afirmaban que se caía el edificio, o  que ponían en duda la salubridad de las instalaciones, tras paralizar la concesión de puestos en 2005 que ha provocado la desertización del mercado, … En definitiva, toda una política del Desgobierno del Sr. Vivas para hundir los mercados locales a beneficio de otros sistemas de distribución, a los que se les ha dado toda clase de facilidades para implantarse en nuestra ciudad.  

Pero el abandono no se ciñe al Mercado Central de Abastos, los mercados de nuestras barriadas sufren un mayor desamparo, el de San José Hadu, tras las innumerables promesas de la construcción de uno nuevo en la Plaza Nicaragua (otra muestra de la desidia de esta Troupe de Saltimbanquis), duerme el sueño de los justos; o el de Real 90, donde ni siquiera se realiza el mantenimiento de las tuberías; o el de Terrones que tiene más puestos cerrados que abiertos. Para este Ejército de Pancho Vivas; los mercados municipales son un estorbo para su política de distribución comercial donde prima la propiedad privada y es a la única que se le permite crecer, sin entender que quienes están al frente de los puestos de nuestros mercados son autónomos o pequeñas empresas que mantienen más puestos de trabajo que cualquier gran superficie de las que alienta el Desgobierno del Sr. Vivas.


Las nuevas técnicas en la actividad comercial han hecho que la distribución de bienes y servicios alcancen niveles de desarrollo desconocidos hasta ahora. Los Mercados Municipales, en este sentido, se han quedado rezagados, toda vez que su estructura comercial necesita modernizarse con objeto de destacar las cualidades de los productos y servicios que ofertan y sobre todo darles capacidad de autorganización para poder afrontar su problemática. Tal como le ha indicado en sus reiterados estudios la empresa Mercasa, es necesario implicar a los concesionarios en la gestión del mercado para que pueda darse un giro a su situación de abandono actual, pero para este Corte de los Milagros debe sonar a social-comunista-bolivariano.

Pero esa nueva gestión debe ir encaminada a integrarse en los nuevos hábitos de compra, la libertad de horarios que su Desgobierno liberal permite a otros establecimientos todos los días del año, la impide en los mercados municipales, no es que hay que abrir las 24 horas del día, pero si adaptarse a las vivencias de cada barriada que puedan facilitar la creación de riqueza y de puestos de trabajo en estas infraestructuras municipales.


A pesar de aprobarse en varias ocasiones la necesaria modificación del Reglamento de Mercados, un vetusto documento de casi un cuarto de siglo, donde ni siquiera está adaptada a la legislación vigente, al menos debería haberse implantado el denominado “paquete de higiene” integrado a nuestra legislación en el año 2006, pero que a esta caterva les da exactamente igual.

En la exposición del informe de Mercasa, allá por 2004, indicaba que el Mercado debía centrarse en dos locomotoras la propia Sala de Mercado de productos frescos y un Supermercado, que complete la gama de productos de compra cotidiana en Alimentación Seca, Bebidas, Limpieza del Hogar y Aseo e Higiene Personal, así como la creación de un Área de Calidad con tiendas especializadas en productos ecológicos, de dietética, enología, etc. La prestación de un adecuado nivel de servicios debe ser uno de los objetivos primordiales del nuevo Mercado (Oficina de Atención al Cliente, Consigna frigorífica y reparto de la compra a domicilio, Promociones y Ofertas Comerciales conjuntas, Ayudas al transporte, Tarjeta de Pago y admisión de tarjetas de crédito) puesto que cuanto mayor sea el valor añadido que se ofrece al cliente mayor capacidad de atracción tendrá, lo que permitiría un aumento de las ventas. Ni cambio de infraestructura, ni cambio de modelo de gestión, ni nada de nada. La política de mercados al Desgobierno del Sr. Vivas se la trae al pairo, que diría en su lenguaje marinero.


Ahora vuelven a prometer la “remodelación” de todas las infraestructuras, y estarán pensando en que   le damos una manita de pintura, le cambiamos los baños y un colega monta un “gastrobar“ y damos el “pelotazo”, ya verás cómo nos van a aplaudir nuestras amistades cuando repartamos los puestos que hemos negado a todo el mundo porque íbamos a cerrarlo; esto sí que va a ser una locomotora de nuestra economía particular.


Mientras esta turba de interesados siga ocupando las poltronas del Ayuntamiento, ni mercados, ni plazas, ni nada de nada podrá estar al servicio de los ceutíes, tan solo al de los suyos. ¿era más necesaria la reforma de la Gran Vía que la del Mercado Central? Ustedes deciden.

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