domingo, 17 de febrero de 2019

La abulia como cualidad política


Cada cuatro años nuestro ínclito Alcalde desempolva las promesas que realiza una y otra vez desde que en febrero de 2001 asaltara la poltrona del ayuntamiento ilegalmente, como si de la carta a los reyes magos se tratara, esa de la que hablaba uno de esos supuestos “técnicos” del Desgobierno del Sr. Vivas.


Durante casi dos décadas ha tenido la oportunidad, nuestro inefable Primer Edil, de llevar a cabo muchos de esos proyectos, sobre todo el de crear unas condiciones para desarrollar una nueva estructura económica, pero su indolencia ha sido tal que  ha sido incapaz de avanzar en solucionar los problemas de nuestra ciudad.

Si en el año 2001 las mayores dificultades que tenía Ceuta eran la búsqueda de un nuevo modelo económico que  consiguiera cambiar el rumbo de nuestro desarrollo, lo que se trasladaba a un desempleo que iría creciendo año tras año, la  falta de vivienda que lograra enraizar a los ceutíes con un proyecto de futuro en nuestra ciudad o la falta de infraestructuras que permitieran tener unos servicios estatales iguales de los que disfrutan el resto de los españoles, trascurridos esos dieciocho años de indolencia del Desgobierno del Sr. Vivas, todos esos problemas se han acrecentado a los que se han unido otros muchos como el absoluto abandono de nuestras barriadas, la apertura de una brecha social entre ricos y pobres insoportable y una corrupción que  traspira toda la Corte de los Milagros que ha creado nuestro incompetente Alcalde.


El “nuevo” modelo económico creado por el Desgobierno del Sr. Vivas ha consistido en utilizar el presupuesto del Ayuntamiento para alimentar su red clientelar que le ha permitido mantenerse en el poder, sin importarle nada solventar los graves problemas de los ceutíes o al menos intentarlo. A través del programa de subvenciones, a toda entidad que lo solicita se le hace entrega de la cantidad que nuestro apócrifo Alcalde considera que es suficiente para atender a sus intereses particulares, nadie comprueba que los fines que se persiguen cubren una necesidad de nuestra sociedad o si son necesarios más o menos recursos, o quienes son las personas que se contratan por esas asociaciones ni si se cumplen los mínimos requisitos de publicad, por no hablar de los de capacidad. Eso de la igualdad de oportunidades nunca ha existido en la mente de este economista del siglo XIX al que le encanta manejar la ciudad desde su Soviet Supremo de la Plaza de África.


Los servicios que debían ser atendidos por el Ayuntamiento se van externalizando poco a poco, de tal forma que el control público desaparece, desconociéndose si el resultado obtenido se corresponde con las necesidades que deben cubrirse. La inexistencia de una  Relación de Puestos de Trabajo ha facilitado que nuestro incompetente Alcalde reparta prebendas entre aquellos que le son fieles, por lo que no ha tenido ningún interés en sacarla adelante. La reducción de la plantilla municipal (un 25%), sin posibilidad ni de ampliarla ni de reponerla (como ejemplo el caso de Bomberos y Policías), se debe  a la nefasta gestión realizada que ha generado una deuda que superó los trescientos millones de euros, que llevo al Ayuntamiento a una situación de falta de recursos que las facturas se trasladan de un año a otro, a espera de poder pagarlas. O se han tenido que rebajar los servicios por la falta de capacidad para pagarlos (como la basura).

Ahora como proyectos estrellas para acabar esta legislatura, nuestro inepto Alcalde ha presentado la reforma de dos leyes, el Código Civil en la cuestión de la nacionalidad y       la modificación de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor para poder enviar a la península a los MENAs. En ambos expedientes tan solo un informe de la secretaria municipal, ya saben puesta a dedo por nuestro inefable Alcalde, en el que se explicita la forma en que nuestro Ayuntamiento puede solicitar el cambio de una norma legal. Nada se dice de si las propuestas que se realizan se  adaptan a la legalidad de España o pueden incumplir principios constitucionales como el de igualdad o el de residencia, por no hablar de la tutela de menores.


En este tema definido por el Desgobierno del Sr. Vivas como de “muy importante” no han sido capaces ni de convocar las Comisiones en tiempo y forma, hecho que  demuestra la desidia con la que esta Troupe de Saltimbanquis actúa, les da exactamente igual solventar los problemas de los ceutíes, tan solo quiere perpetuarse en sus poltronas, manteniendo una Corte de los Milagros que, con unos desorbitados sueldos, nada aportan a nuestra ciudad. Ahí tenemos la incorporación de un nuevo ilegal al cortijo, como se ha rodeado de incompetentes ninguno de esos trece, que solo saben levantar la mano cuando se lo dicen, puede asumir las competencias de la Hacienda Local por tres meses. ¡Vaya tropa!

Durante los casi veinte años que padecemos a nuestro ínclito Alcalde ha demostrado que la abulia es lo caracteriza su devenir político, no ha tenido voluntad alguna para solventar los graves problemas con los que se encontró y que su nefasta gestión ha agravado. Lo que Ceuta necesita es un cambio radical, un nuevo modelo económico que consiga sacarnos de la beneficencia a la que nos ha conducido las dos décadas de apoltronamiento de nuestro ínclito Primer Edil, que reestructure por completo la ciudad y toda esta organización generada para pagar prebendas a la red clientelar que le mantiene en el poder y que solo supone un gasto superfluo para las arcas municipales, si alguna vez nuestro inefable Alcalde fue parte de la solución, cuestión que siempre dude, hoy es nuestro principal problema, un individuo sin ideas, sin equipo y sin futuro no puede continuar al frente de nuestro Ayuntamiento. Ceuta tiene futuro, pero no en manos de este Ejército de Pancho Vivas.

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