domingo, 9 de septiembre de 2018

Las comparaciones son odiosas, pero necesarias


Señala la sabiduría popular que las comparaciones son odiosas, pero no por ello dejan de ser, en algunos campos técnicos, tremendamente necesarias para poder conocer si quienes dicen gestionar los fondos públicos de una manera eficiente es cierto o sencillamente es solo otra de esas grandes mentiras a las que nuestro ínclito Alcalde nos tiene acostumbrados, que con esa prosa meliflua nos indica que el solo se desvive por esta pequeña, dulce y marinera tierra.

El estudio “Panorama de la Fiscalidad Local 2018”, realizado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas, además de mostrarnos la ineficiente y voraz gestión fiscal en que ha convertido nuestro inepto Alcalde  la hacienda local, incluye el resumen  de los presupuestos de los municipios, es decir de dónde obtienen los ingresos y en qué prevén gastarlos.




Siempre ha aducido nuestro inefable Primer edil, para intentar justificar su rotundo fracaso económico en nuestro municipio, la distinta situación en que se encuentra nuestra ciudad, un ente amorfo y “aconstitucional”, ideado por los dos grandes partidos nacionales que no ha solucionado nuestro encaje en la integración territorial de España; en relación a otros entes totalmente constitucionales como los ayuntamientos, los cabildos o las diputaciones, pero sí que es totalmente válida la comparación con Melilla, así como orientativa con otros ayuntamientos.

Así en el lado de los ingresos, nos encontramos que mientras los impuestos directos, Impuesto Bienes Inmuebles (IBI), Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) y el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) apenas suponen una parte de los impuestos de Ceuta y Melilla (3.60% y 4,81%, respectivamente), frente al 38.14% que supone en el resto de los Ayuntamientos, explicada por nuestro Réfimen Fiscal. Pero lo que sí llama la atención es que los Impuestos Indirectos supongan en Ceuta un 41,52%, mientras que en Melilla sólo es el 29,88% del total de ingresos para el año 2018. 


Estos Impuestos indirectos son fundamentalmente el IPSI, las labores del Tabaco y los Hidrocarburos en Ceuta y Melilla, los tres compensados en nuestra ciudad, frente solo los dos primeros en Melilla, impuestos que no representan actividad económica real, sino la aplicación de una fórmula que hace que, año tras año (si el PIB y la inflación son positivas), crezcan, asegurando a las arcas municipales unos ingresos, que junto con las transferencias, permiten afianzar más del 70% de los ingresos presupuestarios sin ningún esfuerzo, mientras que el resto de Ayuntamientos se ven abocados a realizar una buena gestión fiscal si desean asentar el cobro de sus impuestos, de ahí que la hacienda local que nuestro inepto Alcalde ha desarrollado durante su nefasto mandato sea la más ineficiente e ineficaz de España.

En el tema de la partida conocida como “Pasivos Financieros”, es decir la solicitud de créditos, prácticamente triplicamos en porcentaje a Melilla, el 9,84% de los ingresos frente a los 3,62% de la ciudad hermana, por no señalar el 2,57% que alcanza en los Ayuntamientos, la necesidad de fondos de la ineficiente gestión del  Desgobierno del Sr. Vivas hace necesario un endeudamiento excesivo, no para realizar inversiones, sino para soportar un gasto corriente, para financiar una red clientelar que le ha mantenido en el poder durante las casi dos décadas que lo padecemos.


En el caso de las transferencias, se produce el caso contrario, en Melilla suponen casi el 50% del presupuesto de ingresos de la ciudad, frente a un 31,15% de Ceuta, lo que da a entender que el vetusto perito mercantil sabe obtener más fondos del Estado para cubrir los servicios que reciben los melillenses que nuestro moderno economista, cada ceutí recibe en transferencias un 27,37% menos que un melillense (1.540€/hab. en Melilla, frente a 1.117€/hab. en Ceuta).


En los Gastos se evidencian las grandes diferencias en la gestión de uno y otro mandatario del Partido Popular, en nuestra ciudad nuestro apócrifo Alcalde se gasta un 11.76% del presupuesto en devolver la deuda, frente al 3,98% de Melilla, pero no solo es este año, sino que la evolución de los últimos años de la deuda evidencia que la gestión que realiza nuestro inepto Primer Edil no nos saca del pozo donde nos ha sumido, sino que retrasa su pago, sobre todo en función de las elecciones. 

Así mientras que en el 2012 ambas ciudades pedían unos 15 millones de euros en créditos; en el 2018, Ceuta solicita 30 millones y Melilla 9,7 millones, una tercera parte. Igual ocurre con la devolución de la deuda, mientras Melilla ha pasado de devolver 16,9 millones de euros en el 2012 a solo 12,7 en el 2018; la gestión de nuestro inefable Alcalde hace que hayamos pasado de devolver 21,5 millones en el 2012 a 35,8 millones de euros en el 2018. Una evolución inversa que obliga al Desgobierno del Sr. Vivas a gastar más recursos en esa deuda que no se ve transformada en inversiones productivas.


Igualmente se produce una gran diferencia en los gastos de personal, así en Ceuta representan un 38,52%, mientras en Melilla solo es de un 31.04% y la media de los Ayuntamientos apenas llega al 28,42%. En Melilla la nómina asciende a 90 millones, en Ceuta a 117,5 millones, un 30% más. 




Aunque en Inversiones parece que nuestra ciudad está muy por encima de Melilla, casi el doble (13,09% en Ceuta frente al 6,88%), la realidad hace que las inversiones reales que se llevan a cabo apenas sean una mínima parte de los que se presupuesta, en el año 2015 apenas se alcanzó el 17% de lo presupuestado, el 7,5% en el 2016, y en el 2017 se roza el 20%; mientras que en la ciudad hermana el plan de inversiones se realiza prácticamente en su totalidad.


Mientras que el 50,28% del presupuesto de nuestro inepto Alcalde está atrapado entre gastos de personal y deudas, impidiendo cambiar la política del Ayuntamiento,  el de Melilla solo tiene el 35,02%, lo que le permite  aplicar más recursos en otros servicios que mejoren la calidad de vida de sus ciudadanos. Una pequeña comparación de los grandes números de los presupuestos nos hace ver que la política que sigue nuestro inefable Alcalde no conduce al desarrollo de la ciudad, sino a perpetuar un modelo que solo sirve a su interés de mantener una red clientelar con la que poder continuar en la poltrona. Pero ya saben en ustedes está la solución.

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