martes, 22 de enero de 2008

Todo lo que me gusta es ilegal...

“Todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda”, cantaba ya en solitario Rafael Amador en el año 90 con el nombre de Pata Negra, y eso parece pensar la prensa del Movimiento que nos gusta a todos aquellos que nos alejamos del pensamiento único y que no comulgamos con ruedas de molino, a aquellos a los que nos gusta que las explicaciones, las justificaciones y los razonamientos de quienes son nuestros responsables políticos sean lo suficientemente claros, sencillos y evidentes como para que no sea necesario volverles a preguntar.

Así que, la gratificada prensa, ha decidido iniciar su campaña en defensa de la posible resolución, que todavía no ha tomado nuestro Alcalde Perpetuo, de trasladar el Mercado de Abastos a la Manzana del Revellín, basándose en el axioma de que cualquier decisión que se toma con el respaldo de una mayoría lo suficientemente amplia es absoluta, total y rotundamente legal. Lo que desconocemos es si tamaña proeza de la teoría política ha surgido de nuestros complacidos medios de comunicación o han tenido que apoyarse en ese inconmensurable gabinete de comunicación que acompaña a nuestra primera autoridad por donde quiera que va, para que saliera tan rumiada campaña en la que poder fundamentar una resolución tan obscura como ese traslado.

Dice la correspondida prensa local que los 22.484 votos que obtuvo el Partido Popular en las últimas elecciones municipales le habilitan para tomar cualquier decisión sobre la Manzana del Revellín u otro tema que tenga a bien disponer para gloria de D. Juan, sus votos se lo permiten todo. Por no alejarnos mucho en el tiempo y acercarnos a aquella Alemania que conducía a Adolfo Hitler al poder de una forma totalmente democrática o trasladarnos a esos ayuntamientos de las provincias vascongadas o de Navarra donde ciertas mayorías imponen su autoritaria forma de gobernar, también elegidas de una forma totalmente democrática, nos acercaremos a ese Ayuntamiento de la provincia de Málaga que algunos tanto añoran, Marbella. Allí el Grupo Independiente Liberal(GIL), en las dos primeras elecciones en las que se presentó (1.991 y 1.995) consiguió un porcentaje de votos muy superior al que ha obtenido el Partido Popular en nuestra ciudad; entonces podemos concluir, según la teoría que defienden los agradecidos medios locales, que todas las decisiones que tomaron D. Jesús Gil y Gil y todos sus concejales fueron totalmente legales y por ello ninguno ha sido procesado y por supuesto ninguno de ellos condenado.

Parece que los satisfechos medios locales han olvidado que también fue el Gobierno municipal de Don Juan Vivas quien decidió autorizar la licencia de obras de la Manzana del Revellín, firmada por el entonces responsable de Fomento D. Nicolás Fernández Cucurull y que dicha licencia fue declarada ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla, a pesar de que el firmante señale que “no me arrepiento y estoy orgulloso de la Manzana”. Frases como esas se han oído a muchos de los miembros del GIL (los de Marbella, que la mayoría de los de Ceuta fueron engañados). O bien estos medios de comunicación deberían repasar el Informe del Tribunal de Cuentas cuyas recomendaciones bien podrían resumirse en una sola: que el Alcalde haga cumplir la legislación vigente; y el Informe de dicho Tribunal se refiere a los ejercicios que van desde 1.998 a 2.001 (de los que sólo 15 meses gobernó el GIL, el Partido Popular lo hizo los 33 meses restantes, un 68,75% del tiempo analizado).

Pero claro que cómo se va a tomar una decisión ilegal por D. Juan Vivas con la de imputados, expedientados, sancionados y condenados que ostentan y han ostentado puestos de responsabilidad en sus gobiernos, es imposible; si ellos conocen porqué han obtenido esa condición administrativa o judicial, sabrán qué hacer para que nuestro Alcalde Perpetuo no caiga en ese error y esa debe ser la razón por la que han sido seleccionados.

Y aunque fuese legal la decisión de trasladar la Plaza de Abastos a la Manzana del Revellín, bien podrían haberla incluido en su programa electoral los chicos del Partido Popular que ni siquiera hace un año que fueron las elecciones, y de esta forma los ciudadanos que les apoyaron sabrían que también votaban ese proyecto y muy posiblemente hubieran obtenido el mismo apoyo. ¿Por qué no estaba la propuesta en el Programa? ¿Qué se oculta tras ella para que sea ahora cuando salga a la luz? Son demasiadas las dudas que surgen, sobre todo porque este problema “heredado”, que dicen algunos, tenía soluciones más fáciles y no las quisieron poner en práctica.

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