domingo, 16 de enero de 2005

La imputación de la Concejala

A principios de esta semana comparecía ante el Juzgado Número Cuatro de nuestra ciudad la concejala de Fomento, portavoz del grupo municipal y portavoz del gobierno del Sr. Vivas, Doña Elena María Sánchez Villaverde, acompañada del abogado del Estado, para oír los cargos que se le imputan en el llamado “caso Tesón”. El Juez acusa a la concejala de la comisión de cuatro delitos: prevaricación, contra la independencia del poder judicial, injurias y calumnias y revelación de secretos oficiales. Con ella son ya cinco las personas imputadas: el anterior Delegado del Gobierno L.V.M., el ex comisario del Cuerpo Nacional de Policía A.V., el inspector de policía M.A. y el trabajador de la Delegación R.F.

Si la teoría del Partido Popular (PP) es la de cesar a todos aquellos que ostentan responsabilidades políticas al ser implicados por el ministerio fiscal en graves delitos hasta que el juez determine su culpa, ¿a qué está esperando nuestro Alcalde para pedirle la dimisión de sus distintos cargos a la concejala o firmar su cese “ipso facto”? Las acusaciones son demasiado graves como para que nuestra concejala siga desarrollando su labor en el gobierno municipal, está en juego la escasa credibilidad democrática que le queda a nuestro primer edil. Si en septiembre del año 2.002 exigió a los Señores concejales de su gobierno, Mizziam y Chaib, la dimisión inmediata al ser acusados de graves desórdenes públicos, ¿cuál es la diferencia entre ellos y la Sra. Concejala? ¿O es que hay otro rasero para medir a los miembros de su partido y a los que no lo son? ¿Tiene el PP distinta ética dependiendo de quién sea la persona implicada en los hechos? ¿O es que para el PP la ética ya no existe, solo le interesa perpetuarse en el poder pase lo que pase?

Los cargos a los que se enfrenta la concejala son excesivamente serios, pues atentan, por un lado, a uno de los principios democráticos en que se basa nuestra sociedad, la independencia de los poderes, y, por otro, a la supuesta honradez en las actuaciones de un funcionario público, uno no puede permanecer en un cargo público cuando es acusado, a pesar de la presunción de inocencia de todo inculpado, de prevaricación, es decir dictar una resolución a sabiendas de que es injusta. Es sencillamente, una cuestión de ética, ¿puede el ciudadano confiar en las resoluciones que dicte la concejala?

Nuestro Alcalde se ha convertido en un personaje maquiavélico, donde con el fin de continuar sentado en la poltrona del Palacio Municipal justifica cualquier medio utilizado. A la serie de escándalos económicos y políticos que empiezan a caracterizar su mandato, se une ahora un nuevo escándalo judicial, pero sigue sin exigir las responsabilidades a sus concejales, con “un tirón de orejas”, nuestra primera autoridad arregla cualquier metedura de pata de sus ediles y con ello se convierte en cómplice de esas acciones. ¿Dónde están las promesas de honradez y transparencia que nos hizo? La solución que pone el Sr. Vivas es esconder toda la basura debajo de la alfombra pero no es capaz de hacer asumir las responsabilidades a los responsables de tales desaguisados, no sirve la respuesta de que el asunto que se dilucida en los juzgados pertenece a una etapa anterior de la concejala, se trata de que esa persona está imputada en una serie de hechos que atentan a los fundamentos democráticos de nuestra sociedad y por lo tanto no puede seguir en su cargo político. Es una asunto de ética el que nuestro Alcalde la cese, pero ya estamos acostumbrándonos a que la honestidad en el Ayuntamiento haya dejado paso a una amoralidad escandalosa, donde lo único que prima es continuar agarrado al cargo, pase lo que pase y cueste lo que cueste.

En democracia, no todo vale, es necesario no sólo ser honrado, sino sobre todo parecerlo, como la mujer del César, nuestro Alcalde, aquel que nos vendieron como un técnico impecable, se está acomodando al poder y tan buen gestor no parece, prefiere convivir con los escándalos que depurar las responsabilidades políticas, por mal camino vamos si el Sr. Vivas se nos convierte en un maquiavélico detentador del poder que sólo aspira a perpetuarse en el sillón, tenga la valentía de afrontar los problemas, que sus conciudadanos vean al menos que todavía le queda un resquicio de cordura y el poder no le ha cegado.

No hay comentarios: