domingo, 13 de junio de 2004

El desmantelamiento del Estado del Bienestar

Ante un auditorio compuesto por la aristocracia financiera bilbaína, Don Alfredo Sáenz Abad, vicepresidente segundo y consejero delegado del Banco Santander Central Hispano (BSCH), clamó que es imprescindible “desmontar el Welfare”(el Estado del Bienestar) recalcando que “no tenemos demasiado tiempo para hacerlo”. No es nuevo el interés de la oligarquía financiera en acabar con uno de los mayores logros de la civilización europea que es el Estado del Bienestar, desde la tranquilidad que da un salario anual de 5,75 millones de euros (casi novecientos cincuenta y siete millones de pesetas) y una jubilación de 60 millones de euros (casi diez mil millones de pesetas), uno puede permitirse el lujo de pedir la demolición de los derechos que nos asegura el Estado y hasta la desaparición de los deberes que es lo que más les interesa.

La estructura que el Sr. Consejero Delegado del BSCH quiere desmontar es un signo distintivo de la identidad europea, una estructura social que se inició en el último cuarto del Siglo XIX, cuando en Francia se instauraba la enseñanza obligatoria y gratuita (1.881), o en Alemania se establecían las leyes de pensiones de vejez e incapacidad (1.889), de accidentes de trabajo (1.884) o del seguro de enfermedad (1.883) y se ha desarrollado a lo largo del Siglo XX dando lugar a uno de los mayores logros de la Europa Occidental, pero los logros obtenidos no son un regalo, sino una conquista de la sociedad, una sociedad que gracias al Estado Social ha permitido una mayor cohesión social y una mayor prosperidad en la Europa del fin del Siglo XX, sin la protección del Estado difícilmente se hubiera obtenido la paz social que ha caracterizado este período histórico.

Pero estas ideas no son nuevas, las teorías neoliberales imperantes en el pensamiento único han logrado convencer a todos de que no existe salvación económica fuera del la bondad del mercado, la laxitud de las regulaciones laborales, la ineficiencia de lo publico y el lastre de la protección social. Hasta los propios partidos socialistas han abandonado las teorías keynesianas del pleno empleo con inversión del Estado y han adoptado la llamada Tercera Vía avergonzados de sus confundidas políticas económicas que según las teorías neoliberales sólo crean “vagos y maleantes”.

Sin embargo el Estado del Bienestar no es un derroche como asegura el pensamiento único, sino una inversión, unas personas que están formadas gracias a una enseñanza gratuita de calidad, o sanas gracias a un sistema sanitario gratuito, podrán desarrollar un trabajo de mayor capacidad y serán más rentables que personas sin ningún conocimiento y enfermas. Si lo vieran así nuestros sesudos neoliberales seguro que hasta podrían cambiar de opinión.

Es curioso que estas “boutades” no sean perseguidas por el Fiscal General del Estado pues atentan contra nuestra Constitución, quien en su artículo primero se define como un Estado social y democrático de Derecho y entre los derechos que nos asiste están los de la educación, la sanidad, la Seguridad Social, la protección social, económica y jurídica de las familias, la suficiencia económica a los ciudadanos de la tercera edad, etc. Quien así se expresa atenta contra la base de nuestra convivencia y así debería ser tratado, pero quizás el asunto sea más sencillo, explicarle al Sr. Sáenz en qué consiste el Estado del Bienestar pues parece que sólo conoce el magnífico estado de bienestar propio, quien posiblemente se desplace a su médico en avión privado, sus hijos y nietos estudien en colegios privados en el extranjero y no considere necesario aportar al régimen común de la Seguridad Social cantidad alguna con la pensión que su empresa le asegura a costa del beneficio de miles de accionistas.

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