La pasada semana se nos presentaba un nuevo estudio sobre la situación del
comercio en nuestra ciudad, esta vez era la empresa Inmark la encargada de
realizarlo al ganar el concurso realizado por el Ministerio de Economía. El
Informe poco nuevo aporta, pues parte de las hipótesis de trabajo de los ya
existentes como el del Consejo Económico y Social (CES) de la ciudad del año
2000, en el cuál ya se adelantaban muchas de las propuestas ahora recogidas en
este estudio.
Como siempre lleno de errores sintácticos, gramaticales, con
invento de palabrones como “emprenditorialidad” (que ellos sabrán lo que
significa) y que creen que dan más enjundia y sentido técnico, incluso han
estudiado “la situación general de Melilla” y “la situación del comercio
melillense”, es decir que hasta se puede poner en duda qué es lo que han
estudiado, pero esto pasa por no leer lo que escriben.
La primera conclusión
que obtengo de su lectura es la deficiente clase empresarial que, con honrosas
excepciones, padece nuestro pueblo, con una autocomplacencia desconcertante
indican que su oferta es la más moderna y competitiva del mercado, cuando la
inmensa mayoría de los consumidores opinan lo contrario; unos empresarios que
esperan de las administraciones públicas el maná que les permita seguir
subsistiendo sin caer en la cuenta que deben ser ellos los primeros en arriesgar
en las mejoras de sus negocios para poder afrontar la crisis con un mínimo de
oportunidades. Si no se solventa esta actitud de los empresarios difícilmente
podrán salir de su crisis, las administraciones pueden colaborar, pero nunca
sustituir a la iniciativa privada.
Cinco son los objetivos que se persiguen:
definir el Modelo Comercial; modernizar, adecuar y fortalecer el tejido
comercial; apoyar la mejora empresarial en el comercio; hacer de Ceuta una
ciudad comercial abierta; e interaccionar sinérgicamente con el entorno (sic).
Pero con las medidas propuestas en algunos casos ni se atacan los problemas o
van en contra de las conclusiones del mismo o se presentan medidas que surgen
por generación espontánea, sin fundamento en el estudio.
Según el estudio
del CES, en el año 1999 los ceutíes realizábamos el 51% de nuestros gastos en el
centro de la ciudad (hoy en día estaría desfasado al entrar en funcionamiento
Parque Ceuta, pero en esos datos se han basado para realizar el estudio),
incluyendo el Mercado Central de Abastos, por ello para el resto de las zonas
comerciales se despachan con tres líneas en todo el estudio, será que el estudio
pretende que todos vayamos a comprar al centro incluso nuestra molleta.
El
83,5% de los ceutíes valora positivamente la implantación de una gran superficie
como un centro comercial, por ello “en cuanto a las medias y grandes superficies
se sugiere aplazar hasta 2006-2007 cualquier decisión”, menos mal que el plan se
asienta en valores como el “respeto al derecho de la población de tener igualdad
de acceso y de elección en relación con la adquisición de bienes y servicios y
los canales y lugares de compra, así como a los demás derechos que le asistan
como consumidor”. Y eso que según el estudio una de las debilidades es la
“ausencia de tractoras comerciales” y que dan ejemplos de grandes superficies
donde se ha primado la implantación de los comercios locales, o que los ceutíes
“muestran una intensa orientación hacia el disfrute en el acto de compra y su
asociación con el ocio/entretenimiento”. O sea que como nos gusta ir a una gran
superficie para distraernos mientras compramos, seguiremos evadiendo cada vez
más gasto.
Y nos meten con calzador, pues en el estudio no se encuentra bien
razonado, el llamado Centro Comercial Abierto, espacio lúdico festivo comercial
que irá desde la Plaza de África a la de Azcarate, pero en un principio sería
sólo el primer tramo de la Calle Real, no otro. Un proyecto en el que sólo creen
70 comerciantes ( y no todos del centro) de un total de 637, pero nada, las
cosas hay que hacerlas con un consenso máximo y si no ven la clarividencia de
nuestros líderes ya las verán cuando tengan que afrontar los costes de las
mismas (cuotas de participación, incrementos de impuestos, según el propio
estudio) sin haber realizado un estudio de viabilidad mínimo que indique las
ventajas e inconvenientes del mismo. Esta actuación se lleva el 25,16% del
presupuesto presentado con su unidad de gestión, su gerente, su técnico.
Y
sobre todo subvenciones, muchas subvenciones, como para “la gestión del cese”,
porque según los autores del Informe debe desaparecer el 12% de los locales
minoristas de la ciudad en tres años, porque han concluido que hay
sobredimensionamiento, pero ¿por qué el doce y no el veinte o el ocho? Y ¿por
qué hay sobredimensionamiento? Porque el número de comercios sobre la población
es más elevado que la media nacional, no hemos partido de que Ceuta es una
ciudad comercial, entonces deberá estar sobredimensionada en esa ratio. Pero si
quieren dar subvenciones lo primero que deben hacer es una política de
comunicación efectiva, para que todos nuestros empresarios las conozcan, no como
ahora que sólo un 55,7% dice conocer alguna, así nos encontramos con créditos
blandos sin utilizar, subvenciones sin cubrir o ayudas sin utilizar.
Como
conclusión acabaré indicando que el Estudio no afronta los verdaderos problemas
del sector (transporte de mercancías y pasajeros, el tema fiscal, la atracción
de la demanda, las otras “zonas comerciales”, los mercados de abastos, etc.), se
apoya en demasía en la respuesta de las Administraciones como motor del cambio
comercial, cuando deben ser los propios empresarios los que se pongan a la
cabeza del mismo. Y en algunos casos se priman ciertos intereses por encima de
los de la Ciudad. Mal vamos si seguimos con este tipo de estudios.
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