domingo, 11 de enero de 2004

Un lugar en el paraíso

Se acercan las elecciones y con ellas empiezan las guerras internas en los partidos para buscar un lugar en las listas que les permitan poder optar a ese puesto en Madrid tan codiciado por nuestros políticos, pues asegura un buen sueldo y unas mejores relaciones; debido a la escasa representación que nuestra ciudad tiene en las Cortes, dos senadores y un diputado, estas luchas se hacen mucho más feroces, sobre todo en aquellos partidos que pueden tener alguna opción a obtener el respaldo de los electores. Y es en el Partido Popular donde parece que estas disputas están en su fase más apasionada.

Pero quizás deberíamos conocer algo más del desempeño que han realizado nuestros parlamentarios. La actuación de nuestro Diputado en el Congreso, Sr. González Pérez, puede decirse que ha sido inexistente, a lo largo de los cuatro años que ha durado la legislatura ha tenido sesenta y seis intervenciones y once iniciativas, muy lejos de las 136 iniciativas presentadas en la primera legislatura que obtuvo el acta de diputado o las veintinueve de la legislatura anterior; parece como si su larga estancia en el cargo le fuera causando una especie de cansancio parlamentario que le impide aportar ideas para legislar nuestro país.

Recordar que se hizo famoso allá por octubre del año 2002 cuando su nombramiento como asesor de una empresa de seguridad hizo correr ríos de tinta en la prensa canallesca obligándole a no asumir ese cargo, que aunque no fuera incompatible con su puesto de diputado si que era más que moralmente reprochable que un vocal de la Comisión de Justicia e Interior, encargada de realizar las normas de funcionamiento del sector se siente en el consejo de administración de una de esas empresas; pero para el Partido Popular parece que el mal entendido liberalismo les permite mezclar sus intereses privados con los públicos sin tener en cuenta cualquier ética.

El senador Sr. Morales Montero ha pasado inadvertido en la Cámara Alta sus intervenciones en el Pleno se limitan a dos mociones sobre cuestiones relacionadas con la inmigración y dos preguntas orales; y tan sólo ha realizado una pregunta en una comisión. Un gran bagaje para cuatro años de mandato que posiblemente le permitan repetir en la candidatura.

En cuanto al Sr. Fernández Cucurull quizás sea el parlamentario más preparado de los tres, ha intervenido en doce proyectos de ley, ha presentado dos mociones en el Pleno y una en una Comisión y realizando tres preguntas orales en el Pleno. Su última intervención ha sido una apasionada defensa de los Presupuestos Generales de 2004 actuando como portavoz del grupo parlamentario popular en el Senado. Pero su momento estelar fue en la defensa de la moción en la que se instaba al Gobierno de la nación a la realización de una campaña de comunicación que mejorara el conocimiento de las ciudades de Ceuta y Melilla, en aquella ocasión de febrero de 2003 exigía a su gobierno que cumpliera lo que la ley le obliga. De aquella campaña no volvimos a saber nada más, cuáles han sido las acciones que desarrollan esa moción, como todo lo que ha realizado nuestro Partido Popular: mera campaña publicitaria.

Nuestros parlamentarios mas han sido miembros de un partido que defensores de los intereses de nuestra ciudad, pero nada extraño hay en ello en el sistema político del que disfrutamos, son los partidos los que mandan y ordenan cuando se ha de levantar la mano para votar.

Las listas de las próximas elecciones parecen casi cerradas y si bien en el Congreso está bien claro que nuestro ético representante repetirá en su cuarto mandato, la segunda plaza del Senado está en duda ante los deseos del presidente regional del Partido Popular para encabezar las listas y nuestro funcional cargo parece no estar dispuesto a abandonar su escaño. Lo peor es que nosotros no decidiremos por lo que han hecho nuestros electos miembros de las Cortes, porque si por ello fuera pocos votos deberían conseguir ante la escasa defensa de nuestros intereses que han realizado.

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