domingo, 26 de octubre de 2003

¡Qué propongan ellos!

Parece que a nuestro gobierno local le disgustan las críticas que realiza la pequeña oposición que tiene desde que ésta ha tomado asiento dentro del palacio municipal (hasta se estudian los papeles y se atreven a proponer otra forma de gastar nuestro dinero) y a pesar de su más que holgada mayoría ha empezado a perder los nervios y a demostrar que el programa que nos vendieron de seguridad y prosperidad para todos, tan sólo se ciñe a lo de sálvese quien pueda mientras coloco a mis conocidos. Cada proyecto que han puesto en marcha ha sido necesario modificarlo, ampliarlo o demorarlo por cuestiones técnicas, financieras o de actualidad pero en las que han seguido adelante siempre se ha incrementado el coste que supone para el erario público (aunque lo pague Madrid, el dinero sale de los bolsillos de los contribuyentes).
Su emblemática obra del desdoblamiento del Paseo de las Palmeras (obra que sigo sin ver cuál es la ventaja que se obtiene para el tráfico de nuestra ciudad), su finalización sigue alejándose en el tiempo, de un primer bosquejo de la arquitectura del siglo XXI enlazada con nuestra fisonomía de los siglos XVI-XVII, se ha pasado a una ruptura estética con el entorno en que se encuentra, de un diseño que se consideró emblemático de los Hermanos Pérez Marín, quienes abandonaron la obra disgustados con los constantes recortes en “su” presupuesto y la negativa a colocar la cubierta, se ha pasado a destrozar visualmente la zona; sin embargo ha habido que aumentar el precio final. Hasta en los pequeños detalles se nota la improvisación, en la Plaza de la Constitución han tenido que volver a abrir el acerado porque alguien se olvidó colocar el alcantarillado. En la Planta desaladora ha ocurrido exactamente lo mismo, tras un año de contrato hay que elevar su precio porque se han olvidado unas “pequeñeces” que encarecen la obra en más del cincuenta por ciento y a pesar de que se comprometió a mejorar las condiciones de los trabajadores sin modificar el precio final, dicen que la firma del Convenio Colectivo obliga a reajustar los costes finales. El grandioso Hospital que nos llevan haciendo toda la vida vuelve a retrasar su proceso inversor, pero no se preocupen pues seguro que es por una cuestión técnica que hace que las distintas cantidades a invertir pasen de un año a otro, pero al final del plan quinquenal tendremos un Hospital como dios manda ¿o no?
Nuestro concejal de presidencia nos dice que no hay problema alguno, que la subida del coste del agua no la vamos a pagar nosotros, que la pagará Madrid, como si el dinero que tiene Madrid no lo aportáramos entre todos (¿o a lo peor piensa que el gobierno de Madrid es un gobierno extraño?), pero que lo que tenemos que pagar nosotros (¡anda! al final si pagamos) ya lo han incluido en los presupuestos de Acemsa, por lo que no hay que preocuparse. O sea que ya lo sabían que había que modificar el precio, que lo único que han esperado es el momento para colarlo y que el dinero saldrá de nuestro recibo del agua o de nuestros impuestos. ¿Quién nos toma por tontos?
Así mismo nuestro multifuncional cargo, en este caso no sabemos en qué faceta, D. Nicolás Fernández, nos sugiere que está empezando a cansarse de tanta crítica “destructiva” y solicita de sus detractores que aporten ideas para poder salir de la crisis que sólo los opositores ven, porque para nuestro concejal de Economía y Hacienda las estadísticas no se las cree porque son de una muestra muy escasa, pero son las que se tienen en cuenta en Europa Sr. Fernández, sin embargo cuando se le propuso crear un Instituto Estadístico, consideró que no era necesario; debe ser que su grandioso programa económico no funciona y por lo tanto necesita de la ayuda de los demás para romper con las estructuras que no crean empleo, porque su modelo de turismo, puerto y pequeña industria no les ha funcionado y ahora sólo se basan en una economía subvencionada que busca desesperadamente la continuidad de unos Fondos Estructurales esenciales para su “proyecto” económico.
Si necesitan nuevas ideas quizás pudieran acudir a las palabras de un gran economista quien hace ya bastantes año dijo que “un esquema básico del aspirado sólido marco económico [de Ceuta] podría estar fundamentado en (...) un sector público suficientemente dotado para prestar los servicios fundamentales exigidos, así como director y corrector de todo el proceso de transformación” (Juan Jesús Vivas Lara). Ideas hay, sólo necesitan tener voluntad política para ponerlas en marcha, pero hay que tenerla y de esa parece que escasean.

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