sábado, 12 de octubre de 2002

El futuro nunca llega

Nuevamente vuelve a ser noticia nuestro futuro económico, ahora no sólo envuelto en las maravillosas propuestas de nuestro partido gobernante y sus fabulosos Presupuesto Generales del Estado, donde se incluyen infinidad de inversiones para nuestra ciudad, al menos en el papel, luego ya veremos si realmente se llevan a la práctica o no ( como ese otro mundo virtual en el que vive el Gobierno; el de la radio digital con menos de mil receptores; o la televisión digital sin receptores; o la telefonía móvil de tercera generación cobrado pero sin tecnología para emitir; etc.). Sino en la preocupante situación de saber hacia dónde vamos. Esta vez ha sido nuestro Presidente del Consejo Económico y Social quien le ha sacado los colores nuestro gobierno local.

En el último (y segundo) número de la revista “Participación Ciudadana” editada lujosamente por la concejalía del ramo para mayor gloria y honor de su tránsfuga de turno ( en la cual sale su persona en ocho páginas , es decir el 25% de su tamaño, vaya publicidad), Basilio Fernández en una entrevista que le realiza algún sufrido currante sin derecho a salir (como toda la revista que esta basada en el anonimato) nos dice que “hay otra cuestión que debe preocupar a los ceutíes y que debe tomarse su solución con la rapidez que la situación requiere “establecer el modelo que queremos tener para los próximos años, no podemos estar meditando constantemente en si Reglas de Origen sí o no, Aduana comercial si o no, integración en la UE totalmente o seguir con un régimen especial. Cualquiera puede ser bueno, pero establezcámoslo, porque no podemos seguir dando tumbos, no hay mucho tiempo que perder””.

Es decir que después de un año de estar meditando sobre cual va a ser el modelo de desarrollo económico una de las personas más influyentes de la ciudad todavía no sabe cuál va a ser. Es demasiado grave, pues ahora en los dos próximos años electorales nuestros políticos van a estar con sus pensamientos en obtener el voto y eso de pensar (que ya de por sí es un ejercicio harto improbable en sus mentes de cortopensantes) lo tendrán puesto en el golpe de imagen para la próxima elección.

Si nuestro futuro económico debe estar definido para el 2.010 como fin del desarme arancelario de nuestro vecino o para el 2.005 con la ampliación de la Unión Europea hacia el este; poco tiempo nos queda para seguir moldeando nuestro futuro. Hace ya un año que vengo indicando la necesidad de definir este modelo, por una cuestión de seguridad para las posibles inversiones productivas que generen nuevos empleos y para poder generar las infraestructuras necesarias para ese modelo. Nuestros políticos siguen pensando en el corto plazo, tal como escribía en noviembre del año pasado “no sólo el trabajo conduce a la obtención de resultados, el estar muchas horas trabajando puede no ser lo mejor si no sabemos hacia donde vamos o el camino que hemos tomado se decidió incorrectamente”. Podemos ir hasta los fines de semana a trabajar, pero si los proyectos están equivocados solo retrocederemos.

Es necesario y urgente definir nuestro modelo de desarrollo. No podemos esperar dos años a que nuestros políticos se decidan ( que eso de que tomen decisiones ya es raro); si ellos no lo hacen nuestra sociedad civil debería enseñarles el camino.

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