El
pasado jueves acudía el que, al parecer, era el ministro del Interior del
Gobierno del Partido Popular de D. Mariano Rajoy en el momento en que se
produjo el referéndum y posterior declaración unilateral de independencia, D.
Juan Ignacio Zoido Álvarez, a declarar como testigo en el juicio que se celebra
en el Tribunal Supremo contra la denominada cúpula del “Procés”.
Recordemos
que el Sr. Zoido pertenece a la judicatura, donde ha desarrollado su actividad
como juez desde los juzgados de primera
instancia hasta el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla,
de donde saltó al plano político con el Sr. Aznar. Por lo que conoce
ampliamente cuáles son los obligaciones de un testigo y las de un imputado, las
del primero, decir la verdad, las del segundo, defenderse utilizando todos los
medios a su alcance, incluso la mentira.
El
Sr. Zoido es el mismo ministro que le prometía a nuestro ínclito Alcalde,
supuesto compañero de partido, el envío de las fuerzas y cuerpos de seguridad necesarios
para controlar la frontera y aumentar la seguridad en nuestra ciudad; el mismo
que se comprometía con nuestro inepto Delegado del Gobierno, suponemos que del
mismo gobierno, a modernizar la frontera e incluso a venir a nuestra ciudad
para presentar ese anteproyecto; el mismo que se comprometía con los sindicatos
de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado a equiparar los salarios
con las policías autonómicas;...
Pues
bien el Sr. Zoido comparecía ante el alto tribunal y mas que un testigo parecía
uno de los imputados que se sientan en el banquillo acusado de delitos de
rebelión y sedición, su declaración se basaba en suposiciones sobre lo que hubiera
ocurrido si se hubieran dado otras circunstancias (desde que no se convocara el
ilegal referéndum hasta la plena colaboración de los Mossos d’Esquadra), en el
desconocimiento de las respuestas o en que no era quien tomaba las decisiones.
Quien en teoría era el máximo responsable del Ministerio del Interior descargó
todas las responsabilidades de las actuaciones de esos días en el Secretario de
Estado de Seguridad, D. José Antonio Nieto Ballesteros, y en el Coronel de la
Guardia Civil D. Diego Pérez de los Cobos Orihuel, Director del Gabinete de Coordinación
y Estudio del Ministerio, él nada sabía: “Yo no diseñé el operativo del 1-O”
testificaba: “Los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado son
profesionales y saben lo que tienen que hacer en cada momento. Tienen una
probada capacidad y una profesionalidad. Sabían lo que tenían que hacer. Están
preparados para actuar en las más difíciles circunstancias, incluso cuando son
atacados y perseguidos”.
Y durante
el interrogatorio como testigo continuó con sus evasivas para evitar responder las
preguntas que acusadores y defensores le hacían, en algunas incluso llegó a,
digámoslo suavemente, contradecirse con
otras declaraciones realizadas. Mientras que en el juicio explicaba que: “Había
unos auténticos escudos humanos que impidieron que se pudiera acceder. Había
una resistencia activa y organizada”. El 18 enero de 2018 ante la Comisión de
Interior del Senado indicaba: “En síntesis, señorías,
el contexto en el que se produjeron las intervenciones es en el de una
resistencia pasiva perfectamente organizada y coordinada.” En trece meses se
pasó de la pasividad a la acción.
En el juicio señalaba que desconocía quién fue quién dio las órdenes
de actuar y las de dejar de hacerlo cuando la situación se volvió
incontrolable, dando a entender que sí hubo un cambio de instrucciones para detener
las cargas policiales. Mientras que en el Senado decía: “Insisten en preguntar
por qué paramos. Pues no hubo ni orden de que intervinieran de una determinada
forma ni tampoco hubo una orden de que pararan. No hubo ninguna orden de que
pararan, sino que siguieran cumpliendo lo que en un principio tenían previsto
las distintas unidades que estaban interviniendo”.
El Sr. Zoido, quien encabezara las listas al Parlamento Andaluz en
la provincia de Sevilla por el Partido Popular (perdiendo el 33% de los votos y
pasando del segundo al cuarto partido), tras los resultados renunció al escaño,
pero no para irse a su casa, sino para continuar como diputado en el Congreso,
muy probablemente repetirá como candidato a la Cortes por su partido en las
próximas elecciones de abril, miembro tan destacado no puede ser
desaprovechado, a pesar de que la asunción de las responsabilidades políticas
por el desastre del Ministerio del Interior en todo el “Procés” las haya
trasladado a sus subordinados, cuestión que hacen los felones, los que actúan
con deslealtad abandonando a los suyos a
los pies de los caballos.
Nada extraño en este individuo que nunca ha cumplido con sus
compromisos, al menos con los que le hizo a nuestro inefable Alcalde y que su
sumisión a los intereses de su partido nos ha conducido a las peores cotas de
desempleo, deuda y desequilibrio social. Este individuo es uno de los que nos
gobernaron y esperemos que no vuelvan a hacerlo, en sus manos está no votar a felones
como este.
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