El Consejo de la Unión Europea acaba de abrir el proceso para
sancionar al Reino de España por el incumplimiento reiterado de las
recomendaciones que ha ido realizando y, en concreto, la de 21 de junio de 2013.
Según las conclusiones a las que llega la decisión del Consejo, el
Gobierno de Mariano Rajoy tuvo un
déficit en el 2015 del 5,1% del PIB, alejado del 4,2% exigido por la Unión
Europea dado que “la relajación de la política presupuestaria de 2015 tuvo gran
impacto en los resultados presupuestarios”; “las medidas de saneamiento en el
contexto de la reforma de la Administración Pública y el sistema de pensiones,
no han sido suficientes para compensar el impacto de algunas medidas expansivas
aplicadas en 2015, tales como la reducción del impuesto sobre la renta de las
personas físicas y el impuesto de sociedades y la restitución de las pagas
extraordinarias de Navidad anteriormente retiradas, a lo que hay que añadir la
tendencia al alza del gasto debido al envejecimiento de la población”; “pero
los ingresos imprevistos, sobre todo en 2015, no se utilizaron para acelerar la
reducción del déficit. De hecho, se relajó la política presupuestaria, en
particular mediante una reforma fiscal y un crecimiento dinámico del gasto”. Y
finaliza afirmando que “la respuesta ha sido insuficiente. España no ha
alcanzado el objetivo intermedio de déficit global en 2015, y no se prevé que
ponga fin a su déficit excesivo en 2016”.
En el documento queda claro que el Gobierno de Mariano Rajoy en vez de
mirar por el interés general, con el que tanto se llenan la boca pero nunca
defienden, en el año 2015, un año lleno de elecciones, se dedicó a realizar
políticas partidistas que mejoraran su posición de cara a las mismas,
intentando representar una recuperación que no existía, sus reformas tributarias
y su incremento selectivo del gasto han provocado que el déficit se
incrementara, incumpliendo sus compromisos con la UE, un Gobierno que exigía su
estricto cumplimiento a las demás Administraciones Públicas, que realizan la
totalidad de la política social, sanitaria y educativa (a excepción de las
pensiones) pero que ese rigor no existía para conseguir sus objetivos políticos
de ganar las elecciones.
Pero el Sr. Rajoy actuaba con conocimiento de causa, por ello el 5 de
mayo le enviaba una epístola a “su” “querido Jean-Claude”, Presidente de la
Comisión Europea en la que concluía indicándole: “además, conscientes de la
necesidad de salir del procedimiento excesivo cuanto antes, en la segunda mitad
del año, una vez que haya un nuevo gobierno, estamos dispuestos a adoptar
nuevas medidas, si se requieren, para cumplir con ese objetivo”. Sabía que no
estaba cumpliendo con los intereses generales del país, pero para él era más
importante seguir apoltronado en su sillón, su objetivo no era España, su
objetivo era, es y será seguir en la Moncloa hasta que se aburra y se vuelva a
su plaza “reservada” de Registrador de la Propiedad en Santa Pola.
Las consecuencias de la gestión partidista del Sr. Rajoy que ha provocado
estos incumplimientos, aparte de la pérdida de “prestigio” en el mundo
financiero que afectará negativamente a la prima de riesgo, pueden ser una
multa del 0,2% del PIB (y llegar hasta el 0,5%) y la congelación de los fondos
estructurales; en el plano interno un duro ajuste de unos 10.000 millones de
euros que deberán pagar los de siempre, las clases medias de este país. En la
actualidad, la situación en que se encuentra la Unión Europea, debiendo asumir
su fracaso con la salida del Reino Unido, estaría más cercana a una actitud
sancionadora que demuestre al resto de países que las normas se dieron para
cumplirlas.
En nuestra ciudad puede repercutir también muy negativamente, pues lo
que se conoce como Fondos Estructurales son los que nos llegan para cubrir el
Programa Operativo y demás programas que desde Procesa elevan a 80,82 millones
de euros en el periodo 2014-2020 y hasta 100 millones con la inversión de los
entes nacionales. Unas inversiones que se podrían paralizar si la sanciones siguen
adelante y la Comisión decide paralizar los fondos hasta que se cumpla el
déficit.
En la presentación del programa de los Fondos Estructurales que se
hizo en octubre del año pasado se indicaba que estos fondos iban destinados a
inversiones como la frontera, la construcción del nuevo instituto, los 13.5 millones
para “la regeneración integral” del Príncipe, el apoyo al tejido empresarial,
la instalación del cable submarino o el cambio de luminarias. Lo que podríamos
definir como la “columna vertebral” de la política del Desgobierno del Sr.
Vivas. Todos estos proyectos, si se paralizan los fondos de la Unión Europea,
no podrán llevarse a cabo, pues no existirá financiación alternativa que pueda
cubrirlo.
En el mismo acto, nuestro Alcalde Perpetuo en su faceta de adulador
mayor del reino defendía la política presupuestaria del Gobierno de Rajoy
comentando que se habían defendido los intereses de España, como siempre
confundiendo el interés de su partido con los de nuestra nación, una política
que nos ha llevado a no cumplir con los compromisos españoles, quizás ahora, si
la Unión Europea sanciona a nuestro país y nos quedamos sin fondos, nuestro
ínclito Primer Edil dirá que es debido a la herencia recibida, no a las
maniobras electorales que el Sr. Rajoy hizo para volver a ganar las elecciones;
el inepto Sr. Vivas es un leal lacayo de su señor, no de su pueblo, por eso ni
se le oirá decirle a su jefe que su mala política puede hundir nuestra
economía, volverá a darle las gracias “por el trato que ha dispensado y
dispensa a Ceuta, que le ha dado la vuelta a la tortilla a la situación
económica”, será por eso que seguimos siendo la primera en desempleo, deuda y
desigualdad.
Ya va siendo hora de que se vaya, Sr. Vivas, usted nunca ha defendido
a nuestra ciudad, tan sólo su poltrona; su política de servilismo a los
intereses de su partido y el mantenimiento de su Corte de los Milagros sólo han
servido para convertirnos en una ciudad subsidiada, que usted controla desde el
Soviet Supremo de la Plaza de África, mientras los ceutíes deben arrodillarse
ante usted para conseguir las miserias de sus planes de empleo, colaboración
social o organizaciones sociales que usted mantiene si son de su agrado. Una
auténtica lacra para nuestra ciudad.
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