sábado, 9 de julio de 2016

Rajoy nos quita los fondos de la UE



El Consejo de la Unión Europea acaba de abrir el proceso para sancionar al Reino de España por el incumplimiento reiterado de las recomendaciones que ha ido realizando y, en concreto, la de 21 de junio de 2013.

Según las conclusiones a las que llega la decisión del Consejo, el Gobierno de Mariano Rajoy  tuvo un déficit en el 2015 del 5,1% del PIB, alejado del 4,2% exigido por la Unión Europea dado que “la relajación de la política presupuestaria de 2015 tuvo gran impacto en los resultados presupuestarios”; “las medidas de saneamiento en el contexto de la reforma de la Administración Pública y el sistema de pensiones, no han sido suficientes para compensar el impacto de algunas medidas expansivas aplicadas en 2015, tales como la reducción del impuesto sobre la renta de las personas físicas y el impuesto de sociedades y la restitución de las pagas extraordinarias de Navidad anteriormente retiradas, a lo que hay que añadir la tendencia al alza del gasto debido al envejecimiento de la población”; “pero los ingresos imprevistos, sobre todo en 2015, no se utilizaron para acelerar la reducción del déficit. De hecho, se relajó la política presupuestaria, en particular mediante una reforma fiscal y un crecimiento dinámico del gasto”. Y finaliza afirmando que “la respuesta ha sido insuficiente. España no ha alcanzado el objetivo intermedio de déficit global en 2015, y no se prevé que ponga fin a su déficit excesivo en 2016”.

En el documento queda claro que el Gobierno de Mariano Rajoy en vez de mirar por el interés general, con el que tanto se llenan la boca pero nunca defienden, en el año 2015, un año lleno de elecciones, se dedicó a realizar políticas partidistas que mejoraran su posición de cara a las mismas, intentando representar una recuperación que no existía, sus reformas tributarias y su incremento selectivo del gasto han provocado que el déficit se incrementara, incumpliendo sus compromisos con la UE, un Gobierno que exigía su estricto cumplimiento a las demás Administraciones Públicas, que realizan la totalidad de la política social, sanitaria y educativa (a excepción de las pensiones) pero que ese rigor no existía para conseguir sus objetivos políticos de ganar las elecciones.

Pero el Sr. Rajoy actuaba con conocimiento de causa, por ello el 5 de mayo le enviaba una epístola a “su” “querido Jean-Claude”, Presidente de la Comisión Europea en la que concluía indicándole: “además, conscientes de la necesidad de salir del procedimiento excesivo cuanto antes, en la segunda mitad del año, una vez que haya un nuevo gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas, si se requieren, para cumplir con ese objetivo”. Sabía que no estaba cumpliendo con los intereses generales del país, pero para él era más importante seguir apoltronado en su sillón, su objetivo no era España, su objetivo era, es y será seguir en la Moncloa hasta que se aburra y se vuelva a su plaza “reservada” de Registrador de la Propiedad en Santa Pola.

Las consecuencias de la gestión partidista del Sr. Rajoy que ha provocado estos incumplimientos, aparte de la pérdida de “prestigio” en el mundo financiero que afectará negativamente a la prima de riesgo, pueden ser una multa del 0,2% del PIB (y llegar hasta el 0,5%) y la congelación de los fondos estructurales; en el plano interno un duro ajuste de unos 10.000 millones de euros que deberán pagar los de siempre, las clases medias de este país. En la actualidad, la situación en que se encuentra la Unión Europea, debiendo asumir su fracaso con la salida del Reino Unido, estaría más cercana a una actitud sancionadora que demuestre al resto de países que las normas se dieron para cumplirlas.

En nuestra ciudad puede repercutir también muy negativamente, pues lo que se conoce como Fondos Estructurales son los que nos llegan para cubrir el Programa Operativo y demás programas que desde Procesa elevan a 80,82 millones de euros en el periodo 2014-2020 y hasta 100 millones con la inversión de los entes nacionales. Unas inversiones que se podrían paralizar si la sanciones siguen adelante y la Comisión decide paralizar los fondos hasta que se cumpla el déficit.

En la presentación del programa de los Fondos Estructurales que se hizo en octubre del año pasado se indicaba que estos fondos iban destinados a inversiones como la frontera, la construcción del nuevo instituto, los 13.5 millones para “la regeneración integral” del Príncipe, el apoyo al tejido empresarial, la instalación del cable submarino o el cambio de luminarias. Lo que podríamos definir como la “columna vertebral” de la política del Desgobierno del Sr. Vivas. Todos estos proyectos, si se paralizan los fondos de la Unión Europea, no podrán llevarse a cabo, pues no existirá financiación alternativa que pueda cubrirlo.

En el mismo acto, nuestro Alcalde Perpetuo en su faceta de adulador mayor del reino defendía la política presupuestaria del Gobierno de Rajoy comentando que se habían defendido los intereses de España, como siempre confundiendo el interés de su partido con los de nuestra nación, una política que nos ha llevado a no cumplir con los compromisos españoles, quizás ahora, si la Unión Europea sanciona a nuestro país y nos quedamos sin fondos, nuestro ínclito Primer Edil dirá que es debido a la herencia recibida, no a las maniobras electorales que el Sr. Rajoy hizo para volver a ganar las elecciones; el inepto Sr. Vivas es un leal lacayo de su señor, no de su pueblo, por eso ni se le oirá decirle a su jefe que su mala política puede hundir nuestra economía, volverá a darle las gracias “por el trato que ha dispensado y dispensa a Ceuta, que le ha dado la vuelta a la tortilla a la situación económica”, será por eso que seguimos siendo la primera en desempleo, deuda y desigualdad.

Ya va siendo hora de que se vaya, Sr. Vivas, usted nunca ha defendido a nuestra ciudad, tan sólo su poltrona; su política de servilismo a los intereses de su partido y el mantenimiento de su Corte de los Milagros sólo han servido para convertirnos en una ciudad subsidiada, que usted controla desde el Soviet Supremo de la Plaza de África, mientras los ceutíes deben arrodillarse ante usted para conseguir las miserias de sus planes de empleo, colaboración social o organizaciones sociales que usted mantiene si son de su agrado. Una auténtica lacra para nuestra ciudad.

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