lunes, 13 de junio de 2016

La verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero



Quien es reo de la justicia por injuriar a la secretaria general de un partido democrático con representación en el Ayuntamiento, utilizando el despacho oficial, con los medios puestos por la administración y pagados entre todos, al menos, debería ser prudente.



Quien ha colgado octavillas insultantes contra un partido democrático con representación en varios parlamentos autonómicos, el congreso y el senado, utilizando la cuenta en una red social de una institución pública,  al menos, debería ser cauteloso.



Quien desde un púlpito público se dedica a menospreciar, mentir y tergiversar los hechos para que se adecuen a su “realidad” como un Goebbels cualquiera, al menos, debería ser cuidadoso.



Quiere el Sr. Trujillo Muñoz, vocero oficioso del régimen del Gobierno de Pancho Vivas, dar lecciones de moral. Bien debería saber que para  ejercer de maestro, primero hay  que aprender la materia y poco parece, si no conocerla, al menos practicarla. Como señala el DRAE la moral es lo “perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva". O nuestras nociones del bien y del mal son contrapuestas o el Sr. Trujillo no tiene ninguna moral, al menos en su aspecto colectivo.



Quiere el Sr. Trujillo, ex asesor de nuestro Alcalde Perpetuo que tuvo que salir de naja por alguna que otra salida de tono, convencer al común de los mortales de lo mala malísima que es la Presidenta del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, Dña. Fatima Hamed, aduciendo que por su boca solo salen mentiras, maldades y maledicencias, que puestas al descubierto por sus “objetivas” fuentes de información logran trasladar la Verdad a todos los fieles ceutíes, que saben que nuestro ínclito Alcalde sólo busca el “interés general” y el de nadie más, que con el de ese ya está todo el pescado vendido.



Quiere el Sr. Trujillo, chambelán en la Corte de los Milagros, hacer creer a la opinión pública que la Sra. Hamed pone “en cuestión el Estado de Derecho, puesto que se limita a poner las acusaciones delante de los medios de comunicación (…) estamos llegando a un punto en que la ciudadanía está dejando de creer en el proyecto que representa esta Señora porque son tantas las falsedades…”



Parece que el Sr. Trujillo desconoce lo que es un Estado de Derecho, y quizás lo de cumplir las normas democráticas que entre todos nos damos no va con él, como hemos visto en su conducta, él con acatar los “principios fundamentales” del Movimiento tiene bastante; los demás o se adaptan a ellos o los adaptan.



Parece que el Sr. Trujillo desconoce que la principal actuación de un Grupo Municipal en la oposición es fiscalizar los actos del ejecutivo, aunque no se haya hecho nunca en nuestra ciudad es bastante sencillo: consiste en analizar todas y cada una de las acciones que realiza un gobierno y poner en conocimiento de la opinión pública aquello que considera que se realiza incorrectamente, y denunciar ante los órganos competentes aquellas que entiende no cumplen con la ley.



Parece que el Sr. Trujillo desconoce que la actividad política del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía está destapando, de una vez por todas, la desidia, el nepotismo y la irresponsabilidad con las que el Desgobierno del Sr. Vivas se ha caracterizado durante sus quince años de poder absoluto, y eso le molesta, quizás porque no está acostumbrado a ver una oposición en el Pleno, dada la tibieza con la que se han comportado los partidos que estaban en el Ayuntamiento; quizás porque cada día son más los que observan que la oposición que realiza el MDyC es seria, rigurosa y categórica, sintiendo como su dulce poltrona empieza a desquebrajarse lenta, pero irrefrenablemente.



Miente el Sr. Trujillo cuando dice que “ha nombrado una lista de acusaciones de la Sra. Hamed (no Mohamed, ya sabemos que para usted todos son iguales) contra líderes políticos, formaciones políticas, asociaciones y demás que se han demostrado totalmente falsas”.



Miente el Sr. Trujillo cuando dice que la Sra. Hamed en el momento en que sus acusaciones “se han demostrado que han sido totalmente falsas en ningún momento ha expresado públicamente sus disculpas”.



Miente el Sr. Trujillo cuando dice que “la ciudadanía está dejando de creer en el proyecto que representa esta Señora porque son tantas las falsedades que está lanzando a la opinión pública que los propios ciudadanos ya dejan de creer en ella”.



Debería saber el Sr. Trujillo que las acusaciones realizadas por el MDyC se basan principalmente en la falta de transparencia, en el mal uso de los fondos públicos y en el nepotismo imperante en el Desgobierno del Sr. Vivas, razones por las que nos encontramos con una ciudad con las más altas cotas de desempleo, deuda y desequilibrio social que jamás antes se hayan conocido.



Debería saber el Sr. Trujillo que antes de hacer públicas las denuncias, el MDyC intenta poner arreglo a las mismas, cuando ello es posible, a través de su participación en los plenos, las comisiones, las juntas o los consejos de administración, donde se exponen las diferencias que se observan y las soluciones que planteamos, la inmensa mayoría no se aceptan porque supone reconocer que nuestro Primer Edil y su troupe de saltimbanquis están equivocados o lo que proponemos va contra los intereses que defienden, que no son el “interés general”.



Debería saber el Sr. Trujillo que cuando el MDyC entiende que existen delitos en la actuación de quienes forman el Desgobierno del Sr. Vivas presenta ante el Juzgado de guardia la pertinente denuncia, puesto que el no hacerlo supondría participar en la comisión del supuesto delito. Y que, de las dos denuncias que ha presentado, los jueces han abierto lo que se conoce como Diligencias Previas en ambas, al entender que pueden existir indicios de ilícito penal. Al menos con la documentación presentada los magistrados no han debido ver las “mentiras” de las que nos acusa, mas bien muy al contrario.



Por último indicarle al Sr. Trujillo que cuando nos hemos equivocado, que recuerde una sola vez, no nos han dolido prendas para pedir perdón y reconocer nuestro error, pública y privadamente. Y por mucho que el Sr. Trujillo piense que, como decía Joseph Goebbels,  "Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá", tan sólo le puedo decir que antes de opinar, las personas con un mínimo de intelecto y sobre todo con algo de moral,  buscamos la información en la que basar nuestros argumentos y sobre todo deje de desinformar a los ceutíes, cuando quiera estoy dispuesto a contarle la verdad sobre esa larga lista de “mentiras” que nos imputa. Se llevará muchas sorpresas.

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