martes, 14 de agosto de 2001

Ceuta por Gibraltar: ¿Un intercambio insólito?

No es la primera vez, ni será la última, que salta a nuestras páginas la idea de intercambiar las plazas de soberanía de Ceuta y Melilla por la colonia del Peñón de Gibraltar. Esta idea no es de hoy en día y podría remontarse hasta el Tratado de Utrecht, pero quizás si nos acercamos un poco a su desarrollo podríamos analizar mejor sus posibilidades.

El interés del Reino Unido sobre el estrecho de Gibraltar se remonta a los tiempos de Cronwell quien ya deseaba poseer una base naval que le permitiera cubrir dos objetivos: por un lado proteger el comercio británico de los piratas argelinos y por otro, piratear las naves españolas procedentes de América, controlando el puerto de Cádiz. Para ello tomaron Tánger, que estuvo bajo su dominio entre 1.656 y 1.681. Olvidado momentáneamente en los intereses británicos, el estrecho de Gibraltar reaparece con la Guerra de Sucesión española, donde la participación británica buscaba cubrir sus intereses en el Mediterráneo, donde deseaba evitar que se convirtiera en lago francés, por lo que consideraron como posibles bases: Barcelona, Cádiz, Menorca y Ceuta. Siendo tardía la posibilidad de ocupar el Peñón, cuando las circunstancias de un ataque a Cádiz se sustituyó por el de Ceuta de donde fueron expulsados, acabando en Gibraltar.

Varias ofertas se hicieron para retornar la Roca a la corona en cuyo nombre se conquistó (no olvidemos que la conquista se hizo en nombre del Pretendiente Don Carlos y por sus tropas), en algunos casos infructuosas por las peticiones españolas y en otros por las británicas. Otras veces a través de la fuerza (1.727, 1.779 ó 1.782). En este último asedio se hicieron varias propuestas por parte de Gran Bretaña solicitando Florida, Puerto Rico, Menorca, Oran, etc.

Las guerras napoleónicas colocaron el tema de Gibraltar en el candelero. Se buscaban bases que permitieran derrotar a Napoleón en el Mediterráneo occidental, como Malta y Sicilia hicieron que Nelson arruinara los planes del Emperador en el este. En esta búsqueda una flota británica en 1.799 ancló en Ceuta al mando de Lord Keith para supervisar la costa y realizar informes sobre sus posibilidades, concluyendo que “sería criminal no poner en práctica el Plan para ocupar Ceuta”. La participación de España junto a Gran Bretaña en la Guerra de la Independencia hizo pensar en su entrega, pero el Congreso de Viena lo impidió. En el transcurso de la guerra una guarnición británica se estableció en Ceuta, entre 1.810 y 1813. Ya Godoy había ofrecido a los británicos cambiar Ceuta por Gibraltar, pero la alianza contra Francia hizo imposible el canje. A mediados del siglo XIX las escaramuzas fronterizas en la zona de Ceuta, hicieron que el Gobierno de España solicitara la cesión de territorios a su alrededor para una mejor defensa de la plaza. Nuevamente el Reino Unido salta a la palestra para oponerse, incluso envía una flota de aviso. El Ministro de Asuntos Exteriores Collantes, rápidamente expresa la opinión del Gobierno indicando que una vez devuelta Gibraltar, Ceuta dejaba de tener sentido para España, prometiendo no ampliar el territorio alrededor de la plaza.

Pero el interés del posible intercambio sigue en los británicos, hasta la prensa se hace eco de ello, así leemos en The Spector el 7 de julio de 1.883 “La cesión o cambio de Gibraltar puede en cualquier momento convertirse en cuestión política de primer orden y sus aspectos deben ser estudiados con antelación, aunque las ventajas comparativas de Ceuta obligan a una cuidadosa consideración”.

Es durante la I Guerra Mundial cuando se realizan los estudios mas intensivos e incluso llega a crearse un Gibraltar-Ceuta Committee para el análisis de la cuestión. Los británicos desean que el territorio comprenda toda la kábila de Anghera, lo que ellos denominan el Hinterland necesario para la defensa del territorio, lo que conlleva automáticamente a la situación de Tánger y los protectorados español y francés. Los límites de estas cábalas llegaban a plantear la siguiente situación:

A) España: devolución de Gibraltar, entrega de Tánger.

B) Francia: Rectificación de la línea fronteriza en el sur ( entrega de Ifni), puesto que Baleares o Canarias se consideraba excesivo.

C) Reino Unido: Ceuta y Melilla, ésta por su puerto y sus minas de hierro.

Éstas eran las consideraciones geopolíticas, pero las que echaron hacia atrás el proyecto fueron las consideraciones militares y navales. El memorándum remitido por el Almirantazgo al Gibraltar-Ceuta Committee indicaba: “Ningún puerto que pueda construirse en Ceuta o en sus cercanías puede proporcionar tan buen fondeadero como el del puerto y bahía de Gibraltar porque la península es el único territorio a ambos lados del Estrecho que proporciona abrigo real para defenderse de los vientos de Levante”. Además señalaba que las mismas razones que se exponen para desalojar Gibraltar podrían darse en un futuro en Ceuta, a no ser que “un fuerte ejército ocupe la región circundante”. Podríamos concluir que el Reino Unido estaría interesado en ese intercambio si se añaden un cierto Hinterland, que comprendería desde Tánger hasta Rincón, que permitiera su defensa. Que la posibilidad de ese intercambio, en los momentos en que se plantean, afectan a la seguridad de Francia, con quien deberían haberse puesto de acuerdo ¿ En el día de hoy sería posible ese cambio? “Cosas más imposibles hemos visto, amigo Sancho”.

¡Ah ! Esta es la visión de la documentación británica, quizás un análisis de los estudios españoles cambiarían el final del análisis británico y a lo mejor lo ven altamente positivo. Al menos así lo veía nuestro Godoy, Príncipe de la Paz. Ya sabemos lo del cuento del lobo y las ovejas, a lo mejor llamamos al lobo para defender a las ovejas del pastor. Nunca se sabe.

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