El próximo doce de febrero la coalición Caballas (unión
de aquella añorada UDCE y del sectario PSPC) celebra una Asamblea en la que
tendrá lugar el rendimiento de cuentas y la elección de los órganos de
dirección de la “coalición”, “partido” o vaya usted a saber qué.
Y con esa fecha no se me puede venir a la cabeza mas
que aquel doce de febrero de 1974, para aquellos que su juventud les impida
conocer cuál es aquél otro doce de
febrero, indicarles que el entonces Presidente del Gobierno D. Carlos Arias
Navarro (más conocido por la oficialización de la muerte del dictador veinte
meses más tarde) presentaba ante los Procuradores a Cortes de aquel sistema
agonizante, un nuevo “modelo” en el que se autorizaban las “asociaciones
políticas”, que no los partidos, las elecciones de los alcaldes y hasta elevar
hasta el 35% los procuradores “elegidos”, lo que venía a suponer el intentar
controlar desde la caverna la imparable caída del régimen dictatorial. Como
intento fue un absoluto fracaso, provocado por la intransigencia del ala más
dura del franquismo (Girón, Piñar, etc.) y la ausencia de la oposición
democrática. Salvando las distancias, las situaciones se asemejan tanto, que
podemos intuir cómo acabará la maltrecha coalición.
En su afán de consolidarse como la única alternativa al
Partido Popular, como partido único (¡qué miedo me da eso de la unidad de
destino…!), fagocitando todo lo que
intenta aparecer en rededor de la izquierda (ahí tenemos el ejemplo de Podemos),
creyéndose los ungidos para representar lo que ellos consideran el progreso,
pero que lo único que buscan es perpetuarse en esa posición de oposición, desde
donde continuar con su manipulación diaria de la política local, haciendo y deshaciendo
todas las decisiones que el Sr. Vivas toma, aún recuerdo en un Pleno como decía
“eso no lo has hablado conmigo”, en esos diálogos de besugos a los que,
saltándose todos los reglamentos, se dedican el Sr. Aróstegui y el Sr. Vivas.
Aduce la dirección de Caballas que el Partido Popular
ha creado una serie de grupúsculos que
han provocado su estancamiento “con menos votos”, utilizando una “campaña de descredito que ha sufrido
Caballas en general y sus líderes en particular”. Esto es lo que en política se
denomina una auténtica autocrítica: “la culpa de mis errores la tienen los
demás”. Sus actos, sus conductas, sus posturas, sus apoyos, sus… no tienen nada
que ver con su pérdida de votos. Somos los demás los errados (o quizás nos
quieran herrados), los que hemos caído en conductas desviadas que deben ser
corregidas en algún que otro Gulag donde se nos reconduzca a la Verdad.
Y para que nadie me diga que escribo desde la
subjetividad vayamos a los hechos y dos muy recientes, este viernes el Sr.
Mohamed Mohamed Alí presentaba una carta a su “Presidente” en la que le decía en
lenguaje “arosteguiano”: “pero le advertimos que, en caso de ignorar este
ofrecimiento, y actuar de manera unilateral, reproduciendo actuaciones
ilegales, nos veremos en la desagradable obligación de denunciar ante la Inspección
de Trabajo, y los Tribunales, en su caso, todas aquellas actuaciones que
contravengan la legalidad vigente”.
El párrafo destila prepotencia, ciertas actitudes
mafiosas y sobre todo perplejidad en quien lo lee; el Sr. Mohamed (que es quien
firma la epístola, supongo que no quien la escribe, pues destila ese estilo
ofensivo de su jefe) “advierte”, tras todo un panfleto de contrayente
abandonado en el altar, que si no se admite lo que propone rompe la baraja. El
diálogo no es imposición, a lo que le ha acostumbrado su capo, sino intercambio
de posturas, acercamiento y acuerdo, si es posible, pero lo que no es, es lo
que ustedes intentan: la imposición de sus posiciones sin tener el respaldo
democrático necesario, ya saben cómo se llama eso.
Y sobre todo eso de “reproducir actuaciones ilegales”, ¿qué
estaban haciendo mientras se cometían esas actuaciones ilegales? ¿o es que en
ese momento, dado el cariz de esas “actuaciones”, no las observaron tan
ilegales? ¿por qué no fueron al juzgado en ese momento? ¿o ustedes si pueden
difamar sin prueba alguna? ¿en qué se diferencia su acusación de las que usted
ha recibido? Si ha tenido conocimiento de esas “actuaciones ilegales” que
presuponen un delito público, como abogado debe saber cuál es su obligación, a
no ser que se encuentre en alguna de las eximentes que la ley determina.
Y otro ejemplo, en unas declaraciones a la Cadena Ser
del Sr. Mohamed el pasado 23 de diciembre con relación a la suerte de una
persona a la que le correspondieron dos viviendas en el sorteo de Loma Colmenar
decía: “Vamos a ser sinceros con nosotros mismos, imagínese que en vez de
sorteo hubiésemos aprobado una lista o una adjudicación de cualquiera otra
manera, el escándalo también sería mayúsculo, todo el mundo sería sospechoso de
hacer irregularidades y de alguna manera
hay que poner un punto final a todas las suspicacias que rodea a cualquier proceso
de adjudicación” Y sentencia: “el sorteo es injusto, pero es el sistema más
transparente de cara a evitar cualquier tipo de irregularidad”.
Con todos mis respetos, y si no me equivoco, Sr.
Mohamed, lleva en la Comisión Local de la Vivienda desde que es concejal, donde
se han aprobado las listas de las adjudicaciones de viviendas de esta ciudad,
¿Y es usted capaz de señalar que en las
listas de adjudicatarios se han podido producir irregularidades? Que estaba
usted sentado allí cuando el 21 de febrero de 2013 se “procede a someter a
votación la aprobación y ratificación de la Comisión Local tanto del listado de
adjudicatarios (Promoción de Loma Colmenar de las 170 VPO) como del listado de
compromisos emitidos para la siguiente promoción, siendo ambas aprobadas por
unanimidad de los presentes con derecho a voto”, ¿usted levantó la manita para
votar que sí pensando que se cometían irregularidades? ¿era usted partícipe o
solo tenía pensamientos?
Podría explayarme con bastantes más ejemplos, pero
sería reiterativo. Son ustedes los que con su comportamiento han provocado la
huída de sus votantes, quizás si hicieran un poco de autocrítica comprenderían
lo que ha sucedido, pero ustedes están sumidos en ese victimismo al que le ha
conducido sus malas compañías. Recuerdo como hace doce años escribía un artículo
sobre la “oferta” de unidad que lanzó su capo, basada en “la novedad, la pluralidad y la integración” de la izquierda,
en ella le expresaba cuáles eran las condiciones por las que debería pasar esa
unidad para ser posible, tan sólo usted cayó en sus redes, atrapado por el canto
de las sirenas de la alcaldía que le prometían, usted se creyó Ulises, impasible a esos cantos y
acabará como Orfeo.
Si todavía le queda algún ápice de aquella honradez con
la que formó la UDCE, el próximo doce de febrero debería dejar su cargo y
abandonar la política, abriendo las ventanas para que ese partido logre airear
tantos años de obscurantismo y endogamia, dejando que la sociedad entre en su
grupo.
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