martes, 28 de mayo de 2002

El ranking de las ciudades “empresariales”.

El mes pasado una revista de tirada nacional del sector económico realizaba un informe exhaustivo sobre las cualidades de una serie de ciudades para que se instalara en su territorio una empresa. Es decir analizaba qué posibilidades tiene una ciudad para que una empresa decida instalarse en ella y por ende crear unos puestos de trabajo y generar riqueza para facilitar el desarrollo de una población.ç

El primer logro que hay que resaltar es que estábamos incluidos en la lista, la ciudad de Ceuta aparecía entre otras cincuenta y nueve del territorio nacional, que tal como está el patio ya es bastante éxito, pues no es normal que te incluyan correctamente en el mapa. Nuestro segundo éxito es que encabezábamos uno de los cuatro grupos en que se dividían las ciudades, lástima que fuera en el de las ciudades que menos favorecen la instalación de empresas.

El estudio medía siete factores: el mercado, las infraestructuras, el hábitat, la coyuntura laboral, la fiscalidad y las ayudas, el riesgo financiero y los trámites burocráticos. Tan solo en uno de ellos estamos entre los doce primeros, en el de la fiscalidad y las ayudas públicas y subvenciones a las empresas. Pero lo curioso del caso es que ciudades tan poco beneficiadas en su aspecto fiscal como Salamanca, La Coruña, Zamora, Burgos, Guadalajara o Albacete se encuentran por delante de nosotros. Quizás es que estas ciudades han optado por una política industrial seria, en la que se prima la instalación de empresas a través de subvenciones y ayudas que, cualquier ayuntamiento sabe, son una fuente de ingresos en un futuro.

En nuestro caso habría que preguntarse cuáles son las medidas industriales complementarias que nuestro Ayuntamiento ofrece, a parte del consabido descuento en los impuestos directos sobre la renta o los resultados empresariales. Y mejor será no preguntar por políticas de desarrollo económico o de fomento del empleo. Aquí lo único que se hace es solicitar ayudas a la Unión Europea y colocar un cartel para que el ciudadano observe qué es lo que se hace con el dinero europeo. No hay políticas de largo plazo, tan solo el llenar el bolsillo hoy y el mañana ya se verá.

Si ocupamos tan ínfimo lugar no es por las características de nuestra ciudad, si no por la negligencia con la que han actuado nuestros gobernantes, sin definir una política económica que permita el desarrollo sostenible de nuestra sociedad, que permita poder confiar en nuestro futuro y nuestros gobernantes no lo hacen porque no creen en el futuro de esta ciudad.

Esta revista es Actualidad Económica, que la semana siguiente presentaba un especial sobre nuestra ciudad, seguro que en esta ocasión nuestras posibilidades de desarrollo son infinitas. Es que no hay nada como don dinero.

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