viernes, 14 de diciembre de 2001

Un nuevo conejo de la chistera

En esta ocasión el Partido Popular nos obsequia con el encargo por parte, nada más y nada menos, que del Presidente del Gobierno de un Plan para el desarrollo de Ceuta, al Ministerio de la Presidencia orientado a potenciar el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad y de nuestra vecina Melilla. Elogioso proceder el del presidente del partido popular (pues con ese título nos visitó) que con dicho estudio parece acabar con nuestros males de un plumazo.

Sin embargo son muchas las dudas que se me plantean ante semejante trabajo hercúleo, pues tras ese sencillo planteamiento siempre se esconden cuestiones más trascendentes que pueden hipotecar nuestro futuro. Mi mayor duda se refiere a quiénes van a realizar el estudio; ¿se dará participación a nuestros agentes sociales: sindicatos, empresarios, partidos políticos, asociaciones de vecinos? ¿O será un plan realizado en los despachos de Madrid en interés de ciertos sectores? ¿ Será una imposición manu militari de nuestro nuevo imperator? ¿O nos permitirán opinar sobre nuestro futuro? Algo que a nuestros vecinos de enfrente parecen negarles.

Parece que el Partido Popular quiere con esta acción lavar su conciencia de abandono en el que ha mantenido a ambas ciudades a lo largo de su estancia en el poder, ahora parecen recordar que existimos, cuestión que habrá que agradecerle a nuestra primera autoridad local D. Juan Vivas, quien se desvive por los despachos de Madrid buscando un oído que le pueda escuchar, guiado por su benefactor, quien bien conoce los entresijos de los pasillos de la villa y corte. Este abandono, en un primer momento motivado por la prepotencia de su antecesor en el cargo de su partido, quien hacía gala de sus magníficas dotes diplomáticas colocándose en tales situaciones que era despedido con cajas destempladas por sus propios compañeros; y más recientemente por nuestro craso error de votar a quien no debemos, pues en democracia no hay mayor yerro que decidir tu sufragio libremente de quien tiene la sartén por el mango.

Así que para evitar este segunda causa no sería desdeñable el realizar las elecciones en nuestra tierra una vez
acabada la investidura del presidente del gobierno, de esta forma no nos equivocaríamos y nuestro sufragio iría a quienes tienen el calcetín con los duros y viviríamos la mar de felices, pues en los Presupuestos Generales del Estado se incluirían las suficientes aportaciones para poder cubrir nuestras necesidades; y no que debemos esperar a esa comunión entre los de aquí y los de Madrid para que nos puedan incluir en las cuentas nacionales y construirnos por fin un hospital, levantarnos dos institutos y unas viviendas y realizarnos un helipuerto. Es que no aprenderemos nunca.

Aun así este plan sigue oliéndome a chamusquina y más bien parecen fuegos artificiales para tapar otras cuestiones de mayor calado que afectan a nuestra línea de flotación. Puede que el famoso "plan de desarrollo" (terminología de la tecnocracia tardofranqusita) sea la recopilación de las actuaciones a realizar en la ciudad incluidas en el Programa Operativo y las aportaciones introducidas en los Presupuestos del Estado; con todo ello tendríamos un conjunto maravilloso, pero que ya sabemos qué es y con el que no creo que se solucionen todos nuestros problemas, en algunos casos se ahondarán nuestras diferencias con el resto de europeos y en otros vendrán a paliar una deuda histórica del estado con los ceutíes. Tan solo nos queda esperar a que el plan sea presentado, mientras tanto será un nuevo conejo sacado de la chistera.
Quisiera expresar mi solidaridad con los trabajadores de Procesa. Las cooperativas no son una solución.

No hay comentarios: